47. Adiós Lansing (Smith)

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—La casa tiene un gran potencial —dijo la mujer pelirroja observándola—. Es de un estilo colonial precioso y el patio trasero está muy bien cuidado.

Al final la tasadora había logrado conseguir unos compradores, una pareja (Tammy y Duke Wilde) que remodela casas para revenderlas. Al principio no estaba muy convencido porque prefería que una familia se mudara directamente, pero la casa necesitaba algunas renovaciones y luego de ver algunos ejemplos de sus increíbles remodelaciones pensé que a mi abuela le gustaría ver la casa tan bonita como en las fotos del primer día cuando se mudaron.

Además, ellos parecían estar tan desesperados con conseguir la casa que me estaban dando un precio por encima del que había establecido la tasadora. Un poco más de dinero no caía mal.

—¿Va a mantener la fachada de la casa? —interrogué mientras la observaba con suspicacia.

—La fachada de la casa es preciosa como esta, podríamos agregar más soportes y tal vez reemplazar las ventanas —me dio una mirada curiosa—. ¿Buenos recuerdos de esta casa?

No pude evitar sonreír.

—Los mejores.

Ambos escuchamos un ruido detrás, al darnos la vuelta nos dimos cuenta de que solo era Allison, que se bajaba del auto para ir a vomitar a una esquina donde no pudiéramos verla.

—¿Ella está bien? —preguntó la compradora con claro gesto de preocupación.

—Sí —respondí mientras cruzaba los brazos sobre mi pecho—. Solo está embarazada.

Aun me costaba mucho creerlo. Durante el funeral de mi abuela me había comentado que creía que estaba embarazada, pero como era ella pensé que solo lo estaba diciendo para llamar la atención.

Pero allí estaban los tres meses reflejados en su vientre, algo que nunca creí que llegaría a ver en mi vida.

—Bien, entonces creo que quedamos de esta manera —Tammy me tendió la mano—. Fue un placer hacer negocios con usted señor Dawson.

Reí al escuchar que me llamaba señor Dawson, de repente me sentí como si tuviera unos treinta años y un divorcio.

—Solo llámeme Smith —dije riendo mientras aceptaba su apretón—. Me hace sentir como un adulto

—Vas a iniciar una nueva vida independiente en otro Estado —dijo ella con su leve acento sureño—. Eso significa que eres un adulto, así que creo que tendrás que irte acostumbrando y hablando de eso... ¿tienes lugar para vivir en Boston? Porque conozco a muchos agentes de bienes raíces que te ayudarían a encontrar un lugar bueno, bonito y barato para vivir.

—De hecho, sí, ya conseguí un buen lugar.

Había estado buscando lugares mediante páginas webs y haciendo llamadas hasta que Lisa me comentó que Peter tenía una prima que tenía un amigo que tenía un apartamento libre en Boston. Este quedaba en una zona bastante céntrica, cerca de una plaza comercial y a unos cuantos minutos en auto de la universidad. Era bastante hermoso, de concepto abierto (sala, comedor y cocina estaban en el mismo espacio), dos habitaciones con baño privado y una habitación más que funcionaba como oficina. Además, tenía un balcón bastante grande con muchas macetas para plantar.

Al principio dudé un poco porque era demasiado bueno para que estuviera tan barato y le insistí a Lisa para que averiguara bien porque no quería ilusionarme por nada. Pero cuando ella regresó de preguntar, me dijo que el dueño ni siquiera estaba preocupado por poner un precio de alquiler, que solo me preocupara por pagar las cuentas de luz, agua, gas y mantenimiento.

Parecía demasiado bueno para ser verdad. Apenas me llegó el contrato de arrendamiento hice que un abogado amigo de los Martell lo revisara para ver si no había alguna traba legal o que lo hiciera echarme del apartamento. Pero al parecer todo estaba en orden, por lo que apenas me graduara tendría un lugar para vivir.

Jack & SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora