Capítulo 5: Los hermanos rubios

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— ¡Guadalupe, Joaquín! Dejen de tironearla — decía Lucas a los gritos — ¡Van a romper la tablet! — exclamaba mientras trataba de separar a los mellizos.

Ámbar con Simón en el patio acomodandolo porque en dos días viajabamos. Como siempre hablában y charlaban juntos, al igual que cada tarde.

Ella está completamente enamorada de él desde que cantó en su cumpleaños número 17, quedó flechada y atraída desde ese entonces.

Se escuchaban gritos provenientes del piso de arriba, ya era la 5ta vez en el día en la que Lucas gritaba tratando de separar a los otros dos.

— Simón encargate tú, yo ya me encargué las demás veces, es tu turno amor — pronunció

— Está bien, ahora voy y arreglo el problema — respondió parándose y dirigiéndose al primer piso.

Narra Simón:

Corrí a la habitación de los chicos, al llegar Guada estaba llorando desesperada mientras que Joaquín estaba sentado en un rincón al lado de una de las camas y Lucas los estaba regañando.

— ¿Qué hicieron ahora? — dije en un tono de enfado y al mismo tiempo agarrándome la cabeza.

— Tiraron la tablet al suelo y ahora no prende, y se enojan porque los reto—dijo demasiado molesto el mayor de todos.

— ¡Guada y Joaquín vamos abajo! Lucas vos anda a la cocina y fíjate si la podés arreglar — les ordené.

Llevé a los mellizos de cada lado de mis manos hasta el patio para que le dieran una explicación a Ámbar que por cierto no era nada fácil.

— ¡Cariño! — exclamé señalandoles a los niños las sillas para que se sentarán, mientras que Ámbar venía casi corriendo cuando vió que lloraban.

—¿Qué pasa mis amores? ¿por que lloran así?_conociendola estaba preocupada, angustiada y no entendía nada, les secaba las lágrimas para que pudieran hablar.

— Rompimos la tablet por discutir — contó Guadalupe.

— Y Lucas nos regañó porque no anda — confesó esta vez Joaco.

El estado de Ámbar cambio muy rápido se notaba que estaba enfadada.

— Yo me voy con Lucas — dije en tono temeroso, sabía que iba a enojarse con todos, a pesar de que la amaba, ella tenía un carácter algo fuerte.

Narra Ámbar:

Cuando los escuche decir mi cara se dió vuelta. Ya no tenía esa linda sonrisa dando paz y amor, al contrario, mi expresión cambio completamente estaba muy enojada.

— ¿Qué les pasa? — cuestioné con enfado — ¡¿Acaso no entienden lo que es compartir!? Yo les enseñe desde pequeños a ustedes tres, que las cosas deben  de compartiste, sin embargo, aún no lo comprenden —

Guadalupe se secó las lágrimas queriéndome enfrentar, me miró fijamente y con una mirada desafiante y amenazadora.

— Todo esto sucede por tu culpa — señaló a su hermano muy molesta — ¿Ves lo que logras Joaquín? No me la diste y por eso discutimos — le recalcó y salio corriendo para que Simón la alcé, Joaquín se quedó conmigo.

Después de retarlo a él, me tocaban los demás. No soy muy dura o furiosa con los niños, jamás les hice daño o algo porque sabía lo que era sufrir, solo decidía darle el amor que a mí me faltaba.

No soy la peor madre del mundo por retarlos, ellos deben aprender que hay ciertos límites.

Fui a la cocina con mi principe y estaban todos sentados en la mesa.

— ¡¡Mama!! ¡Si prende, si prende!— dijo Lucas, a lo que dí un suspiro de alivio.

Después de todo el escándalo y de lograr resolverlo, preparé la merienda. Así al fin podíamos disfrutar un poco en familia, a pesar de las peleas y todo... Solíamos ser muy unidos y vivir del uno para el otro.

Los chicos tomaban su jugo mientras que yo compartía café con Simón, al rato siento mi teléfono sonar. Era una llamada proveniente de... Jazmín.

Sin Principio Ni Final (Soy Luna)--Editando--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora