Capítulo 26: Desmayo

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Narra Gastón:

Estábamos acostados Nina y yo, las niñas en su cuarto. Se hacía de día y empezó a sonar la alarma, rápidamente la apagué y esperé a que Nina se despertara mientras yo hacía tiempo "descansando los ojos", de todas formas no tenía mucho sueño, había dormido lo bastante bien esta noche. Ahora teníamos que ir a trabajar, y a las niñas las dejabamos dormir hasta que viniera la abuela a verlas, para que no quedaran del todo solas.

Me levanté con cuidado cuando ví que Nina lo hacía. La ví ponerse sus pantuflas y caminar a medias hasta el baño, observé con cuidado su rostro y su piel estaba algo amarilla, o no sé, pero tenía otro color que el que solía poseer habitualmente y eso no me daba buena espina.

Me fui al otro baño y me cambié, me arreglé y esperé a Nina en la mesada para el desayuno, que lo estaba haciendo. Ella tardaba más en arreglarse. Los dos salíamos juntos, yo la dejaba en su lugar de trabajo y luego me iba al mío.

La ví bajar de repente, agarrada a la baranda y me miró con una sonrisa cuando le estaba por servir el desayuno. Yo no sonreí, estaba concentrado en su piel que estaba de otro color y de un momento a otra se puso más blanca que un papel.

— Nina ¿Vos estás bien? — la observé dejando nuestra comida y eso sobre la mesa y le tomé el rostro con delicadeza.

— Si amor, no pasa nada, no te preocupes — asiente pero logro ver lo pálida que está su textura.

— No mientas, no estás bien ¡Estás como un fantasma de blanca! — le dije tocando su frente y mejillas comprobando que no tenía fiebre.

— Me siento normal — suspiró — ¡Basta Gastón te dije que estoy bien! — dijo elevando sus ojos y correspondí a quitar mis manos de su rostro. Sabía que no lo estaba pero no iba a discutir.

— Si tú lo dices — elevé mis manos.

— Vé a despertar a las niñas, porque mamá en realidad vendrá más temprano y quiere llevarlas a desayunar creo — murmuró y asentí.

Fui al cuarto de las pequeñas y Caro estaba despierta viendo dibujitos mientras que Sofía estaba desparramada durmiendo a más no poder.

— Caro, anda a cambiarte y arreglarte, vendrá la abuela a buscarlas enseguida y deben estar listas — le guiño el ojo y asiente — Y vos dormilona, arriba — sonreí mientras besaba la mejilla y la frente de Sofía y le hacía cosquillas.

— Es muy temprano — exclamó cubriéndose con una almohada — Más tarde — dijo sonriendo y volviendo a cerrar sus ojos.

— Sofi, la abuela quiere llevarlas a desayunar, así que es mejor que vayas levantándote, a la siesta podrás dormir tranquila — acaricié su pelo y luego de que bufó se levantó.

— Yo primero al baño — dijo Caro corriendo mientras que Sofía solo giraba los ojos.

— Puedes ir al mío — reí y ella asintió y llevó ropa y se fue.

Bajé las escaleras volviendo al comedor, terminé de poner todo para el desayuno y Nina ya lo estaba haciendo sin mí, le resté importancia y me senté a tomar mi rico café con leche y facturas. Sin embargo, no dejaba de mirarla porque seguía igual de pálida, me preocupaba pero tal vez solo eran ideas mías y ella estaba bien. Espero que lo esté.

Sentí ruidos y ví que eran las gemelas bajando ya cambiadas, se sentaron en el living y se quedaron viendo un dibujito y hablando, sonreí mirandolas al igual que Nina. Ninguno decía nada, estaba cada uno más que concentrado en su desayuno y en sus pensamientos.

— Nina vos estás mal, se nota por tu rostro — volví a insistir, ella me mataría por intenso.

— ¡Te dije que no! ¡¿Cuántas veces debo repetirlo?! — bufó.

Sin Principio Ni Final (Soy Luna)--Editando--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora