Capítulo 6: Jazmín y Gero

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Narra Jazmín:

Agarré mi celular y marqué el celular de mi vieja amiga rubia.

Habíamos llegado de una vez por todas al hotel en Argentina hasta que me lograrán entregar la casa.

Marqué tres tonos a Ámbar hasta que al fin respondió.

— ¡Ámbar! Hola — pronuncié contenta mientras esperaba su respuesta.

— ¡Jazmín! Tanto tiempo sin hablarte ¿Cómo has estado? — en su voz podía notar algo de entusiasmo.

— Muy bien, por suerte estamos todos muy bien — le expliqué — Te llamaba para confirmarte que ya estamos aquí en Argentina, traté de comunicarme por el grupo pero no lograba mandar mensajes, la señal aquí no es muy buena que digamos —

— ¡Que hermoso que ya estés acá! No te imaginas las ganas que tengo de verte, y de conocer al pequeño Gerónimo — dijo e inmediatamente miré a Gero que estaba acostado hojeando un gran libro sobre dinosaurios.

— Yo no veo las horas de verlos a ustedes, a todos, además volver a verte a tí y tus niños, estoy tan ansiosa — confesé sonriendo a través de la pantalla.

Hablé con Ámbar fácil 30 minutos más, charlamos un buen rato. Le comenté varias cosas y tuve que cortar porque Gerónimo quería tomar su yogurth.

Moría de ganas de verlos a todos, en especial a Delfi porque a Ámbar ya la había visto en un desfile de modas que organicé yo cierta vez, al que Gero no asistió por eso no lo conoce.

— ¡Geronimo! — grité llamando su atención — Ya nos vamos ¿Estas listo? — decidí sacarlo a dar un paseo y de paso recorrer un poco la linda ciudad.

Estabamos solos hoy, debido a que Arcade se fue a ver a su familia y no llevó a Gero porque iriamos mañana ya todos juntos.

— Si mami, ya estoy listo — lo ví mientras se acercaba a mí sonriendo.

Lo peiné un poco y le acomodé los cordones y la campera, sabía vestirse un poco solo, pero siempre iba a necesitar mi ayuda, y más a está edad donde aún es chiquito.

Salimos rumbo a la capital de Buenos Aires, la tarde-noche, estaba fresca, corría un viento algo helado pero era lindo, extrañaba las calles de esta ciudad, la ciudad donde me crié y la cual no visitaba hace muchos años.

Caminábamos hasta que paramos por un helado, a pesar de que estaba algo frío el día, el helado nunca podría hacernos algún daño, además de que Gerónimo los adoraba.

También nos detuvimos porque yo quería entrar al shopping. Si, este shopping aquí en Buenos Aires es de cinco pisos ¿Cómo iba a resistirme a no entrar? Si era lo más hermoso de este mundo.

Compré una que otra cosita, algunas innecesarias y otras no tanto. Le compré un juego didáctico y unos naipes a mi bebé para que se divirtiera y no se aburriera tanto.

Al salir, lo alcé, para que no me molestase con que le dolían los pies y no quería caminar.

Miré por inercia a mi frente, podía observar a una chica, me resultaba familiar pero no podía ver su rostro.

Llevaba un pequeño coche, es decir que seguro tenía un bebé. Su cabello era oscuro, ella era alta y tenía un gran tapado de hilo.

Se giró porque se le había caído algo de su coche, al verla quedé sorprendida, aún no podía creerlo.

¡La estaba viendo nuevamente!

Sin Principio Ni Final (Soy Luna)--Editando--Where stories live. Discover now