Sin Principio Ni Final (Soy Luna)--Editando--

Capítulo 25: Larga Noche

Narra Delfi:

Me quedé dormida sobre la cuna, Pedro me despertó con cuidado y ne miró.

— Delfi vení acostate — me dijo sobándome el cabello.

— ¿Emma se durmió? — consulté mientras me refregaba los ojos.

— Después de varias caricias si — ríe — Vamos dale, son las 3AM, te va a hacer mal dormir así — me dijo dándome la mano.

Asentí y lo seguí, me ayudó a acomodarme en la cama y me sonrió mientras me tapaba, Pedro era demasiado bueno conmigo. En minutos me quedé dormida.

Habrá pasado unos minutos y sentí un ruido fuerte, me desperté y miré a mi alrededor. Emma estaba más que despierta, giré mis ojos cansada y me levanté como pude ya que estaba haciendo pucheros para empezar a llorar. Y lo que menos quería que haga era eso ya que despertaría a Malena y esta última se pondrá de muy mal humor.

La alcé y con cuidado y en silencio bajé las escaleras y la llevé a la cocina. Miré el reloj y eran las 4AM, efectivamente hoy no dormiría bien.

— Me dejaste dormir solo una hora ¿Entiendes eso? — murmuré mirándola mal y ella no tenía expresión alguna en su rostro.

De un momento a otro mientras la mecía para que se durmiera, se largó a llorar. No entendía porqué si estaba en mis brazos y quieta. Su llanto al principio era suave pero pasaron unos segundos y ya era muy fuerte, demasiado así que me asusté.

La puse en diversas posiciones y la acomodaba luego en mi pecho, le di la mamadera y la rechazaba, al igual que el juguete. Ya era un llanto ahogado en gritos y eso me puso nerviosa, nunca ella había llorado así y que yo recuerde Malena tampoco.

La puse en el coche segundos a ver si era eso, tampoco estaba como muy pero muy enojada. Y yo estaba entrando en crisis porque no sabía que hacer. La acaricié pero seguía llorando mucho. Estaba completamente roja y se ahogaba de tanto llorar.

— ¿Que pasa? Aquí estoy amor, no llores — susurré mientras la mecía de un lado a otro, me agarró la remera y tiró fuerte.

Volví a intentar darle la leche y tomó un sorbo como para calmarse, luego volvió a rechazarla y la dejé a un costado. Malena era quien me ayudaba a darle la mamadera y a contenerla.

— Por favor ya no llores — murmuré asustada mientras la intentaba calmar pero no había forma.

— Amor ¿Que sucede? — dijo Pedro y me giré a mirarlo.

— Está llorando mucho y no sé qué le pasa — suspiré — No sé calma con nada — lo miré asustada.

— Tranquila, a ver — se acercó y me sacó a Emma de mis brazos. Fue al vicio porque lloró el doble.

— Le dí la leche, la mecí, le hablé, la puse en todas las posiciones, la mime, sin embargo no paró de llorar — lo miré frustrada.

— Delfi está caliente su frente, quizás está con fiebre o se está por enfermar — me miró.

¿Por qué no pensé eso antes?

— Iré a buscar el termómetro — dije y casi corriendo me dirigí al baño donde tenía el botiquín.

Bajé de ls misma forma y le dí a Pedro para que se lo colocará. En medio de llantos y enojos logramos ponerle.

Esperamos unos segundos y luego le saqué el termómetro de su pequeño brazo, efectivamente estaba hirviendo en fiebre, 38° en un bebé era demasiado fuerte.

— Cámbiate, iremos a la Guardia — me mira mientras sostiene con cuidado a Emma.

— ¿Y Malena? — lo miré atormentada.