Capítulo 8: Un esperado momento

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Narra Jazmín:

— ¡¡¡DELFI!!! — Grité y me abalancé contra ella, mirándola bien y sin poder creerlo.

— ¡¡¡JAZMÍN!!! — me gritó ella y se acercó casi corriendo.

Me abrazó lo más fuerte que pudo, yo lo hice igual, pude sentir la paz y el amor que transmitía al hacerlo, de verdad a ella la extrañaba mucho.

Nos separamos y ella se acercó a Gerónimo, fácilmente él estiró sus brazos y ella lo alzó, lo abrazó de la misma forma que a mí y lo miró un largo tiempo.

— ¿¡Sabes lo que te extrañe?! ¡No te lo imaginas amiga! — sus ojos estaban algo cristalizados, la conocía y sabía que estaba por llorar.

— Tranquila Delfi, yo sentí las mismas e inmensas ganas de verte, te extrañaba tanto — confesé mientras la abrazaba nuevamente.

Giro la mirada y veo un cochecito, mi ansiedad por conocer a la bebé de mi mejor amiga era impresionante.

Nunca había visto el coche al parecer desde que llegué, pero quería sacar a la pequeña ya de allí, quería conocerla.

— ¿Puedo cargarla? — pregunté mientras me asomaba, pude observar a una bebé muy chiquita, era tierna y hermosa, dormía plácidamente.

— ¡Ay Jazmin obvio que si! Llévala y yo llevo a este bebé hermoso — dijo haciéndole cosquillas a Gerónimo quién rió al instante.

— Oye y... ¿tu reinita mayor? — cuestioné, ella era como una sobrina para mi, aunque nunca la había conocido en persona, la veía en fotos y videos.

Está en su clase de ballet, Pedro la llevó - la miré sonriendo, a punto de responder pero el sonido de su teléfono interrumpió.

— ¡Hola amor! ¿Ya salieron? — preguntó ella mientras ponía el teléfono en volumen alto.

— Si Mami, ya terminé mi clase de ballet, me fue muy bien, la muestra dijo que mejore y que podría ser un personaje importante en la obra — se escuchó la voz de Malena, estaba tan entusiasmada.

Escuchar la voz de ella fue una sensación tan dulce y tan llena de felicidad.

— Delfi ¿Dónde estás? Digo así te paso a buscar — dijo ahora Pedro.

— Me encontré con una persona muy especial en el camino, estoy en la cafetería cerca del Shopping, a la solíamos ir de más jóvenes — le indicó Delfina.

La verdad es que no estábamos en ninguna cafetería aún, ella planeó seguro para que vayamos a hablar un rato todos, me parecía buena idea ya que no la veía nunca.

— Ok Cariño, allá vamos — murmuró Pedro y colgó la llamada.

— ¿Y? Vamos a la cafetería dale — le dije riendo y acostando a la bebé en mi pecho, para que esté más cómoda.

Mi amiga me sonrió y agarró la mano de Gero y fuimos caminando a aquel lugar.

Hacía mucho que yo no venía a Buenos Aires, todos estos años estuve en Chile, conocí casi todo ese hermoso país.

Nos quedamos hablando juntas, le conté sobre todo lo que viví con Arcade, sobre mi carrera en la universidad, sobre Gerónimo y mi familia. Ella, por su parte, se dignaba a escucharme y me contó muchas cosas sobre sus dos pequeñas hijas o sobre su vida, y me dijo un par de veces que me extrañó mucho y no veía las horas de volverme a ver.

Gerónimo estaba comiendo un helado tranquilamente con ayuda de Delfina, yo sostenía a Emma y luego la dejé en su coche.

Giré mi cabeza y ví una pequeña entrar por la puerta acompañada de su papá. Era Pedro y Male.

Se acercaron sonriendo y Pedro me miró sin poder creerlo.

— ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo! Extrañaba verte, no cambiaste en nada — comentó contento mientras me observaba riendo.

— Vos estás mucho más Chic que cuando te ví por última vez, al fin tenés estilo y un buen look — reí porque estábamos recordando lo que yo decia de más chica — Orgullosa de que Delfi te haya enseñado a vestirte — carcajeamos entre los tres.

— ¡¿Viste lo facha que está!? — dijo mi amiga y se apegó al hombro de él.

— No entendí — se oyó una voz y observé y estaba la hija mayor de ambos mirando de manera rara la escena.

— Hola Male ¿Cómo estás? Sos hermosa — dije y ella se tenso y puso cara sería.

— ¿Cómo sabes mi nombre? — dijo preocupada y yo me reí de su cara.

— Malena ella es tu tía Jazmin, él tu primito Gero ¿Te acuerdas que te nombre a Jazmin y viste fotos nuestras? — le comentó Delfi tratando de hacerla recordar.

— ¿La que siempre contabas que se reía como perro caniche con hipo? — puse una cara sería y miré a Delfina.

— ¿Que querías? necesitaba decirlo. Esa risa que tenías era igual a la de un caniche con hipo — ahora reímos juntas.

— Si soy yo — dije y la alcé, me abrazó por el cuello y me secreteo — Es un gusto poder conocerte — y me miró a los ojos.

¡Dios! Esta niña era Delfina de pequeña pero a diferencia sus ojos, eran demasiados grandes y un verde intenso, era imposible no darte cuenta que era hija de ellos dos, lo que no tenía de parecido era la manera de hablar o expresarse... Delfina nunca fue así, supongo que Pedro si.

— El gusto es mío bonitilla — se rió y nos sentamos todos en una mesa.

Pedimos algo más para comer, Male estaba en mis brazos comiendo torta y hablando con Gero que estaba al frente de nosotras digamos, sentado en las piernas de Delfina. Pedro por su parte cargaba a Emma que estaba dormida.

Empezamos a hablar de miles de cosas, me contaron sobre los hijos de los chicos, otras historias que ni sabía, después me comentaron lo difícil que le fue a Nicolás y Jim estar juntos y sobre eso llevar el embarazo de Luli.
No conocía a ninguno de los niños, a Male por fotos y a los hijos de Yam pero de ahí a ninguno más, estaba feliz de que pronto vaya a verlos a todos.

Me enloquecí tanto con las nenas de mis amigos, eran hermosas, además la mayor hablaba y me sorprendía que sea tan avanzada para su edad.

Al final ya se hizo tarde entonces nos despedimos y quedamos en juntarnos después, salude a cada uno y me retiré libremente del lugar con Gero. Seguimos recorriendo un poco lo que es Buenos Aires, cambió muchísimo. Y de ahí nos vino a buscar Arcade para volver al hotel.

Valió la pena salir a conocer un poco más de la ciudad y encontrarte con tu mejor amiga y tomar un café, la extrañaba demasiado.

Sin Principio Ni Final (Soy Luna)--Editando--Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang