Capítulo 1: Tu mejor opción

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Hogwarts, el imponente castillo de magia y hechicería se alzó frente al lago mientras negras nubes cubrían el cielo.

Albus Dumbledore, desde su despacho, observó el horizonte por la ventana con el ceño fruncido.

La guerra avanzaba sin ninguna posibilidad de detenerla, aumentando de manera abrupta el total de víctimas para ambos bandos, pero en el último tiempo la Orden del Fénix había sido la más perjudicada.

La muerte de inocentes generaba un peso en los hombros del anciano profesor que veía con nostalgia los horribles resultados del enfrentamiento. Él se aferraba a su intelecto y sabiduría para poder ponerle fin a la guerra de la forma más próxima posible, pero sus planes se venían seguidamente abajo, pues el enemigo era inteligente, astuto y las cosas no estaban marchando como le hubiese gustado.

Su mente comenzó a repasar los últimos acontecimientos con rapidez. Había logrado evitar su muerte, con la ayuda de Snape, pero dicho auxilio le había costado la vida al joven Draco Malfoy.

El director suspiró recordando al joven rubio. El habría aceptado feliz morir en lugar del joven, pero las palabras de Severus le hicieron razonar: si hubiera muerto Potter jamás habría estado listo para lanzarse a la búsqueda de los horrocruxes.

Harry, por su parte, había sufrido más de lo que Dumbledore hubiera querido y haberlo dejado solo en dicha misión suicida no garantizaba que finalmente lograra vencer a Voldemort.

Otro suspiro escapó de sus labios.

Los días se habían vuelto muy oscuros y el director sabía que próximamente Hogwarts sería el blanco de los ataques por lo que debía hacer todo lo posible por protegerlo, no dejaría que sus jóvenes alumnos fueran victimas de una guerra en la cual no tenían voz ni voto.

Su agotamiento mental y físico le estaba haciendo mella y miró al cielo rogando que, donde fuera que anduviera, Harry estuviera teniendo éxito destruyendo esos oscuros pedazos de almas.

Sabia de antemano que Snape estaría ahí para ayudarlo, mientras que Dumbledore debía continuar velando por la seguridad de los estudiantes que quedaban en el colegio. Tenía claro que Voldemort no se rendiría hasta obtener el control absoluto del mundo mágico y eso era algo que no dejaría que pasara, aunque tuviera que sacrificar su propia vida para impedirlo.

Exhaló aire lentamente y continuó mirando por la ventana absorto en sus pensamientos.

— Vaya querido... creo que nunca te había visto tan agotado — dijo una voz a sus espaldas.

Dumbledore se giró sorprendido mientras sacó rápidamente su varita en modo de defensa. Frente a él apareció una joven con una larga capa negra que le llegaba hasta el suelo.

Su largo pelo castaño estaba amarrado en una fina trenza mientras que sus ojos cafés claro lo miraron atentamente, mientras una sonrisa se formó en sus finos y delgados labios mostrando unas paletas un poco anchas junto a unos blancos dientes. La armonía en el rostro de la joven denotó su gran belleza, pero el resto de su cuerpo quedó oculto bajo la capa.

— Tienes una manera muy amigable de saludar... — replicó ella con ironía.

Dumbledore abrió los ojos por la sorpresa y sonrió ampliamente mientras guardó su varita. – Valerie... Vaya susto que me has dado – y se acercó rápidamente a abrazarla.

— Oh vamos... ¿Acaso el mejor mago del mundo no está acostumbrado a mis llegadas sorpresa? — le reprendió ella sonriendo y le devolvió el abrazo, gustosa.

— Hace muchos años que no te veía... Llegue a pensar que te había sucedido lo peor —respondió el mago con seriedad y tomó asiento en su escritorio —Sin embargo, estoy seguro que me habría enterado de semejante noticia...

Corrompiendo tu alma negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora