Capítulo 7: Plan en marcha

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Walburga y Abraxas miraban atentamente a Valerie, ambos seguían sorprendidos de lo furiosa que había llegado a la biblioteca. No les dirigió la palabra en ningún momento y solo se limitó a escribir su ensayo. 

Ni la bruja ni el mago se habían atrevido a preguntarle algo, respetando su privacidad y esperando, en caso que ella estuviera dispuesta a contarles, a escuchar que le había sucedido. Aun así, Malfoy no paso por alto que los ojos de Valerie se habían puesto más oscuros de lo normal, pero no se atrevió a decir nada al respecto.

Cuando llegó la hora de comer los tres se dirigieron al gran comedor en silencio. El semblante de molestia en el rostro de Valerie seguía presente, después de todo necesitaba urgente alimentarse y su mal humor no la ayudaba a sobrellevar ese detalle.

Después de varios minutos y ya cansada de su actitud Walburga le preguntó que le ocurría. La vampira le dedicó una mirada seria y se limitó a decir — Mulcibier.

Malfoy golpeó la mesa con fuerza y siseó — ¡¿Qué te hizo ese desgraciado?! 

—  O mejor dicho ¿qué le hiciste tú? — le preguntó sorprendida Black al ver al mencionado mago ingresar al gran comedor. Malfoy y Valerie levantaron la vista sorprendidos.

Mulcibier tenía el ojo rojo, el contorno de este y su pómulo tenían una marca negra debido a un enorme moretón y su brazo derecho descansaba en un cabestrillo. Tanto Malfoy como Walburga observaron anonadados a Valerie, la cual simplemente se encogió de hombros — Intento acosarme en el pasillo — Walburga ahogó un grito de indignación. Malfoy bufó, pero luego comenzó a reír disimuladamente.

—  No creo que esto tenga gracia Malfoy — le replicó molesta Walburga.

—  Claro que si... ¿No te das cuenta? ¡Es la mejor paliza que le han dado a Mulcibier en toda su vida! — le regaló una sonrisa a la vampira, ella le respondió con una pequeña mueca divertida y relajó el semblante. Walburga puso los ojos en blanco, negó con la cabeza y continúo comiendo.

— Aun así, ¿tu estas bien verdad? — le preguntó Walburga después de unos segundos en silencio.

— Sí, perfectamente — mago y bruja la miraron y le sonrieron entregándole su apoyo.

— Pues tengo que decirte querida — le comentó en voz baja Walburga. — Que ese fue un muy buen golpe — y le guiñó el ojo.

Valerie sonrió y se sintió más tranquila ante el apoyo que mago y bruja le transmitieron, lo que le permitió olvidar su molestia y poder controlar su hambre.

***

Riddle no le quitó los ojos de encima a Deanoff durante su llegada al gran comedor. No comprendía por qué su semblante no se veía alterado o marcado por el terror, en cambio solo vio molestia en su rostro y no era eso lo que él quería. 

De pronto unas risas llamaron su atención y se percató que Mulcibier ingresó al gran comedor. Tuvo que controlar sus expresiones para no demostrar su absoluta sorpresa, sin embargo no pudo evitar la maligna sonrisa que apareció en sus labios.

Miró hacia donde estaba Deanoff y se topó con sus ojos, pero esta vez la mirada de la vampira solo expresaba odio. Sus orbes estaban negras como el carbón y Riddle se quedó pasmado unos segundos mientras Valerie lo fulminó con la mirada. Repentinamente, la vampira desvió su mirada hacia Mulcibier por unos segundos y volvió a posar sus ojos en Riddle, esta vez con una mueca orgullosa en el rostro, finalmente le guiñó el ojo y dejó de mirarlo para continuar comiendo.

Riddle había quedado absorto ante esas oscuras orbes, pero por dentro ardía de rabiapues nuevamente ella se burlaba de él. Tal vez había sido demasiado básico a la hora de enviar a Mulcibier contra Deanoff, lo cual le hizo percatarse que si deseaba asustarla debía ser más inteligente. Al mismo tiempo, se percató que Deanoff no comía nada y por más que le sonriera a Walburga y Malfoy sus ojos seguían igual de oscuros. Riddle no logró descifrar aquella mirada, era como si estuviera vacía de cualquier emoción de un minuto para otro. Era imposible que Mulcibier hubiera podido hacerle daño a Deanoff, con solo ver el estado en que había llegado lo dejó claro, pero no dejó de pensar que sus ojos escondían algo más. 

Corrompiendo tu alma negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora