Capítulo 21: Después de la tormenta

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A veces, los segundos pueden transformarse en minutos. La mente de Valerie trabajó a esa velocidad al escuchar las palabras que Riddle le había dicho.

Miles de pensamientos se aglomeraron en su cabeza, analizando los pros y contras, hasta que una idea interrumpió en su mente: el futuro era lo vendría y se preocuparía de ello más adelante.

- Te lo prometo... - susurró con seguridad.

Riddle sonrió y volvió a besarla ferozmente, pero tras unos segundos unos pasos lo obligaron a separarse, justo cuando Dumbledore apareció frente a los dos.

Lo único que la vampira y el mago no se habían percatado es que habían tenido un espectador, oculto en las sombras.

Cuando Dumbledore ingresó a la enfermería, Malfoy se escurrió sin ser visto, aguantando el horrible dolor que se había aparecido en su pecho, pero con una verdad incrustada en su ser: estaba enamorado de Valerie, pero ella había elegido a otra persona.

***

- Señorita Deanoff, me alegra verla despierta – dijo Dumbledore a modo de saludo. – Señor Riddle ¿sería tan amable de dejarnos unos minutos a solas, por favor? Le recomendaría ir a descansar un poco y notificarle a los amigos de la señorita que ella ya se encuentra despierta.

El joven mago puso mala cara, pero asintió y se retiró de la enfermería.

- ¿Cómo te sientes? – le preguntó Dumbledore tomando asiento, cuando se hubo asegurado que estaban los dos solos.

- Estoy bien. ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

- Solo una noche. Iba a venir a verte más temprano, pero tuve que quedarme conversando con el director Dippet. Es probable que el ministro de magia venga al castillo en unas cuantas horas. –

Valerie asintió.

- ¿Tú te encuentras bien? – le preguntó.

- Perfectamente, gracias a ti... Pese a que no me siento orgulloso por eso..

- No es nada, si hubieras recibido tú el ultimo maleficio era poco probable que sobrevivieras – le interrumpió ella encogiéndose de hombros.

- Hablando de aquello... ¿Qué tanto daño puede hacerte un maleficio imperdonable?

- ¿A qué viene tu pregunta?

Dumbledore suspiró, se sacó sus anteojos y se rascó los ojos.

– Me vuelve a parecer curioso lo débil que puedes llegar a quedar tras un ataque como este. No conozco tus verdaderos limites, pero de igual manera sobrevives a lo que se te pone encima, pero pareciera que lo logras a duras penas... Pese a que no muestras tu poder absoluto.

- Te lo he dicho ya varias veces, no voy a dejar que el monstruo que llevo dentro se libere...

- ¿Eso quiere decir que, si lo dejaras tomar el poder, tus capacidades serían aún más fuertes? – la vampira asintió. – Estuviste dispuesta a sacrificar tu cuerpo para salvarme aun cuando tienes el poder para resistir un ataque como ese.

- No quiero volver a ser el monstruo que era, no volveré a caer en la oscuridad... – volvió a interrumpirle ella.

- No eres un monstro, pero no puedes seguir negando lo que efectivamente es parte de ti – le dijo el profesor con seriedad. – No eres humana, lo quieras o no, pero eso no conlleva a que vayas a caer en la oscuridad nuevamente. Debes aceptar lo que eres y ser fiel a ti misma. El pasado no lo puedes cambiar, pero abraza el futuro con entusiasmo, no retengas tu esencia y mantén el equilibrio. No tienes por qué ser el monstruo que temes, pero no puedes continuar negándolo. Entre más pronto lo aceptes saldrás de la tormenta en la que te encuentras. No tengas miedo a equivocarte, sino de no haberlo intentado, acepta todas tus capacidades y defectos, porque así podrás enfrentarte a ti misma.

Corrompiendo tu alma negraWhere stories live. Discover now