Capítulo 2: Llegada

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Valerie sintió como su cuerpo era apretado con gran fuerza para luego ver como sus extremidades eran estiradas de manera dolorosa y después girar sin control. 

Los círculos negros no paraban de dar vuelta a su alrededor y de pronto su hombro chocó con uno de ellos provocándole un profundo corte. Finalmente, y de manera abrupta ,cayó brutalmente contra el suelo.

Un gruñido sobrenatural salió de su boca, su cuerpo le dolía, su hombro sangraba y tenía el resto de los músculos entumecidos. Ahora comprendía la preocupación de Dumbledore, si ella había terminado con esas heridas menores no quería saber que le habría podido ocurrir a algún humano al haber hecho ese viaje.

Resopló y con otro gruñido se levantó lentamente del suelo, se tomó su hombro y aguantó el dolor lo mejor que pudo mientras miraba a su alrededor. 

Se percató que se encontraba en el mismo lugar desde donde había partido, la única diferencia eran las luces y los rayos del sol que iluminaban las altas torres del castillo.

Observó el giratiempo que colgaba de su cuello, suspiró y se lo arrancó rápidamente para luego aplastarlo con su mano destruyéndolo por completo, lo que quedó del objeto se lo guardó en su bolsillo. De esa forma se aseguró que fuera imposible de ser usado nuevamente.

Refunfuñó y comenzó a acercarse al colegio lentamente sin saber qué día ni qué fecha era... ¡Qué diablos importaba! Su hombro le dolía bastante y no recordaba que algo le hubiera molestado así desde hace varios años.

Analizando su extraño viaje se percató que Dumbledore había tenido que recurrir a algunos hechizos de magia negra para lograr el viaje en el tiempo. "Claramente no fue una buena idea" pensó con sarcasmo mientras empujaba lentamente la pesada puerta que daba a un pasillo del castillo.

Avanzó lentamente mientras sentía como la herida en su hombro comenzaba a molestarle cada vez más. Maldijo en voz baja la magia negra y continúo caminando lo más que pudo, pero al poco andar cayó al suelo estrepitosamente y sintió como sus fuerzas trataban de repeler el dolor de sus heridas. Necesitaba descansar y alimentarse, sin embargo el dolor le impidió moverse. Trató de ponerse de pie sin éxito y maldijo nuevamente en voz baja.

De pronto unas voces resonaron por el pasillo y sonrió, después de todo alguien debía encontrarla tarde o temprano. No se preocupó de averiguar quiénes se acercaban ya que apoyó su rostro en el suelo y cerró los ojos concentrándose en aguantar el dolor.

— ¡No seas aguafiestas! Sabes que tenemos mejores cosas que preocuparnos y tus teorías contra el mejor alumno que ha tenido Hogwarts en siglos ya me están agotando. 

Un joven Horace Sulghorn caminaba seguido de Albus Dumbledore, ambos con menos canas en el pelo, en espacial el último que todavía tenía rastros de mechones rojizos en su larga barba.

Dumbledore miró a Horace seriamente y le respondió — No niego que Tom sea un excelente alumno, pero creo que lo idolatras demasiado...

— ¡Por favor Albus! ¡El niño es un prodigio, es un joven que...! — las palabras se quedaron atascadas en su boca cuando se topó con el cuerpo de Valerie, la sangre que emanó de su hombro se había esparcido por el suelo dejando una enorme mancha en el suelo. —¡Por Merlín! 

Dumbledore no dijo nada sino que simplemente observó con atención el cuerpo de la joven sin moverse.

Valerie resopló agotada, ¿qué esperaban en ayudarla? ¿acaso no veían que estaba herida? Ella se movió un poco para levantar su rostro y observar a ambos hombres cuando se topó con el joven rostro de su viejo amigo, de la edad más o menos cercana a la que se habían conocido. Clavó sus ojo en él y le sonrió con cariño — Albus... me duele... — dejó caer su cabeza contra el suelo, agotada, simulando un desmayo. Esperaba que con eso ambos magos fueran a ayudarla ya que ella, pese a las heridas que pudiera sufrir, era casi imposible que pudiera realmente desmayarse.

Corrompiendo tu alma negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora