Capítulo 13. "Disculpas aceptadas"

1.7K 148 2
                                    

El castaño ya no sabía qué hacer para que su novia lo perdonara. Le había comprado su comida favorita todos los días, sus chocolates favoritos, el nuevo disco de su banda favorita, ropa nueva y muchísimos regalos más, pero ella seguía ignorándolo. Ni siquiera le dirigía la mirada. Y cuando llegaba la noche, se iba a dormir a la habitación de invitados o cerraba la puerta con llave para que él no entrara. Desde entonces habían pasado dos semanas.

Empezaba a desesperarse. Ya no sabía qué demonios hacer para que lo perdonara.

También había intentado hablar con Dawn pero esta se negaba. Lo evitaba a toda costa o simplemente lo ignoraba, como si él fuese un maldito cero a la izquierda. Sabía que era el culpable, sin embargo, le molestaba mucho que lo tratara así pues ella solía ser cariñosa y atenta... ¿Y ahora? Era fría y distante, muy diferente a la persona que realmente era.

«Jodida mierda», pensó Jason mientras Dawn le cruzó por el lado sin tan siquiera mirarlo de soslayo.

Cansado de esto, la tomó un poco fuerte del brazo y con su brazo libre le agarró suavemente el mentón para que lo mirara a los ojos.

—¿Vas a estar enojada conmigo toda la vida? Te recuerdo que vivimos bajo el mismo techo.

No le respondió, sólo se limitó a mirar hacia otro lado.

—¡Maldición, Myracle! Basta de esta mierda —gruñó—. Lo siento, ¿si? No es culpa mía que mi trabajo me quite tanto tiempo. Odio que te enojes conmigo por tonterías.

Esta vez Dawn lo miró directamente a los ojos.

—¿Tonterías? Ay, por favor —rió amargamente—. Eres tú quien anda fiesteando y acostándote con putas después del trabajo. No son tonterías para mí.

—No estoy acostándome con nadie.

—¿Cómo puedo estar segura de eso?

Jason rodó los ojos.

—Me conoces, sabes que no soy esa clase de tipo —bufó—. Lo que escuchaste ese día por teléfono... No es nada de lo que estás pensando. Por desgracia no te puedo decir nada, pero lo haré en su debido tiempo.

La expresión en su rostro se suavizó.

—¿Por qué no me lo puedes decir ahora? ¿Acaso no confías en mí? —le preguntó dolida.

—No cariño, no se trata de eso —lanzó un suspiro al aire—. Es algo muy delicado. Y no quiero que me llegues a odiar, ¿bien? Sólo necesito que confíes en mí.

—Confío en ti. Y te amo. Jamás podría odiarte —suspiró—. Pero necesito que seas sincero conmigo. Necesito la verdad.

—Aún no estoy preparado para contarte todo. Te prometo que lo haré, no ahora, pero lo haré —lamió sus labios—. Bien... ¿Me disculpas? No me gusta que estés enojado conmigo.

Suspirando rendida, asintió levemente con la cabeza haciendo que el castaño sonriera de oreja a oreja.

—Disculpas aceptadas —susurró antes de que sus labios fueran atrapados por su boca.

Oh, extrañaba sus besos...

—Joder, que difícil me saliste —dijo sobre sus labios—. Te extrañé tanto, nena.

—Yo a ti también, Jay.

A pesar de que ahora estaban bien, las dudas seguían rondando por su cabeza.

He's a scam Donde viven las historias. Descúbrelo ahora