Capítulo extra.

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Hoy era un nuevo día para Jason.

Finalmente sus cargos serían retirados. No tendría que ir todos los sábados al trabajo comunitario. Ya no estaba bajo libertad condicional. Era un hombre completamente libre.

Después de que saliera de la cárcel, buscó un trabajo decente y poco a poco se fue levantando. Claro, al principio fue muy difícil conseguirlo pues aún llevaba tatuada la palabra criminal en su frente. O eso era lo que veían de él. Pero aprendió. Era una persona diferente, el Jason malo que alguna vez existió estaba enterrado en el pasado. Ahora se sentía orgulloso de sí mismo. Lo que logró a través de los años, todo su esfuerzo y dedicación, valió la pena.

Con el dinero que ganaba, pudo alquilar un departamento pequeño donde vivir, recuperó su vieja moto y fue ahorrando para comprar un pequeño local. Y lo logró. Durante tres años ahorró el dinero suficiente para poner una floristería. El negocio prosperó bastante rápido. Tenía un montón de clientela y ganaba bastante bien. No obstante, su humildad siguió intacta. Los lujos sólo eran lujos y el dinero sólo era dinero. Existían cosas más importantes que el dinero y aprendió a darles valor.

Antes sólo le importaba el dinero y el poder.

Ese Jason egoísta y orgulloso murió. Y renació un Jason humilde y mejor persona.

Dios le dio una nueva oportunidad.

—¡Jason! ¿Estás listo para esta noche? —Cael rodeó su hombro con sus brazos, y lo miró con una sonrisa—. Porque yo sí.

—Es mi cumpleaños, por supuesto que estoy listo —rió despacio.

—Y también es la inauguración de tu nueva tienda.

—Sí... Creo que no fue buena idea.

—¿Por qué no? ¡Habrá doble fiesta! —exclamó alegre—. Y un pajarito me dijo que Linn vendrá.

Jason sintió que el corazón se le aceleraba.

—¿Linn vendrá?

—Así es, J. Irá por ti —palmeó su hombro—. Es una linda chica. Podrías darte una oportunidad con ella.

Todo rastro de emoción desapareció de su rostro. Jason desvió la mirada.

—Yo... Yo no sé si estoy listo para empezar una relación con otra persona —carraspeó su garganta—. Ha pasado mucho tiempo.

—Sí, viejo. Ha pasado mucho tiempo y es momento de superarlo, ¿no crees? —arqueó una ceja—. Estamos hablando de doce años atrás. Suficiente tiempo para superar y olvidar, ¿no?

—Viví engañado por ocho años —le envió una mirada acusadora.

—Ya me he disculpado por eso un montón de veces, ¿bien? —sacudió sus hombros—. Si callé, fue por una buena razón.

—De todos modos me iba a enterar.

—Sí pero hubiese sido peor para ti. Te deprimiste horrible, Jason —lo miró seriamente—. Estuviste completamente destrozado estos dos últimos años aunque demostraras lo contrario. Yo lo vi.

—¿Y cómo querías que estuviera? —inquirió algo alterado—. La única mujer que he amado realmente; la única que me amó y que le importé, está muerta.

Se podía notar el dolor en sus palabras. Hablar de Dawn aún le afectaba y mucho. Jamás iba a dejar de doler.

—Ahora tienes una nueva vida. Sé feliz —le aconsejó, colocando una mano sobre su hombro—. Te lo mereces.

El castaño suspiró.

—A veces es difícil.

—Lo entiendo —asintió con una pequeña sonrisa en el rostro—. Pero estoy seguro que Dawn estaría muy orgullosa del hombre que te has convertido.

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