Capítulo 15. "Pisando terreno peligroso"

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—Dawn, ¿has visto mi carnet de conducir? No lo encuentro por ningún lado.

La castaña apartó la vista del libro que estaba leyendo y empezó a prestarle atención a Jason.

—¿Otra vez lo perdiste?

—Uh... no. Sólo no sé dónde diablos lo dejé —se rió mientras se encogía de hombros—. Sabes que soy despistado.

—Lo sé muy bien —suspiró negando con la cabeza. Se levantó del sillón y dejó el libro sobre la mesa—. Puedo ayudarte a buscarlo.

—¿Lo buscarías tú, por favor? Te lo agradecería mucho, preciosa —le sonrió encantadoramente. Dawn hizo los ojos en blanco y Jason la tomó de la cintura para plantarle un beso en los labios—. No me gusta que hagas eso, ¿lo sabes, no?

—Claro que lo sé. Y justamente por eso lo hago —se burló.

—Niña mala —dijo cerca de su oído, mordiendo suavemente el lóbulo de su oreja—, te vas a ganar un castigo.

—Uy, que miedo tengo —musitó divertida—. Ya suéltame. Tengo que buscar tu carnet porque eres un desordenado que no sabe guardar bien las cosas.

—Para eso te tengo a ti, nena —le guiñó el ojo haciendo que Dawn lo mirara mal—. Sólo bromeo.

Rió jocosamente mientras besaba la mejilla de su novia. Ella soltó una pequeña carcajada sin poder resistirse y se separó de él, enviándole una mirada divertida.

—Ya vengo.

—Si no lo encuentras, déjalo así. Quiero pedir comida china y ver una película contigo.

—De acuerdo.

El primer lugar en donde empezó a buscar fue en la habitación. Buscó el carnet en el armario, en los gabinetes, en la ropa sucia e incluso debajo de la cama, y nada que aparecía. Pensó y pensó hasta que lo buscó en el pequeño escritorio de Jason. A él no le gustaba que revisaran las cosas que estaban ahí pero no le quedaba otra opción. Revisó minuciosamente el escritorio y sin querer tiró su cuaderno al suelo.

Se agachó a recogerlo y cuando lo hizo, el carnet cayó al suelo; sonriendo conforme lo tomó pero algo le llamó la atención. Ese maldito cuaderno. Jamás lo había tocado ni tenía idea de lo que contenía. Tenía mucha curiosidad por saber qué decía, así que lo abrió —no sin antes asegurarse de que Jason no estuviese cerca— y lo que encontró le pareció raro. Demasiado raro.

Había escrito nombres de diferentes drogas, direcciones, números telefónicos, nombres de personas, cuentas de banco y una lista del precio de cada droga.

¿Qué significaba todo aquello?

—¿Por qué tienes mi cuaderno?

A Dawn se le erizó todo el cuerpo al escuchar la voz de Jason detrás de ella.

—Contéstame, Dawn.

Rápidamente cerró el cuaderno y lo dejó en el mismo lugar donde lo encontró. Y se giró para encarar a Jason, quien la miraba molesto y serio.

—Estaba buscando tu carnet —se lo entregó—. Como me lo pediste.

—¿Y por qué revisabas ese cuaderno?

—Lo encontré dentro del cuaderno...

—No vuelvas a tocarlo, ¿bien? —siseó.

Le arrebató el carnet de las manos y dio media vuelta para irse de allí, pero Dawn lo interrumpió.

—¿Qué me estás ocultando? Lo que vi y leí en ese cuaderno me pareció muy raro —habló con voz firme—. ¿En qué estás metido? Quiero que me digas la verdad. Ahora.

McCann apretó la mandíbula y volvió a girarse, enfrentándola.

—No hagas preguntas estúpidas, Myracle —escupió—. Te dije que no revisaras mis cosas, especialmente ese cuaderno. Piénsalo dos veces la próxima vez. Si no te he contado nada es por una muy buena razón, así que no me toques los cojones.

Se quedó en silencio un segundo.

—Tú no confías en mí... ¿Cierto? No confías en mí.

—Por supuesto que no —bufó—. Deja de hacerme preguntas absurdas. Y no quiero seguir hablando del tema. Te espero en el living.

Y dejándola con la palabra en la boca, se retiró de la habitación.

Dawn sabía que estaba pisando terreno peligroso, pero no le importaba. Quería saber qué estaba pasando y no descansaría hasta saber la verdad.

He's a scam Where stories live. Discover now