Capítulo 29. "Sabía que serías un problema"

1.3K 133 24
                                    

—¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos?

Dawn sonrió con nostalgia.

—Sí, lo recuerdo.

—Fue una buena época.

Jason mordió su emparedado mientras balanceaba suavemente sus pies en el aire, observando fijamente aquel paisaje que tenía enfrente de él. Estaba viviéndolo. Aquel íntimo momento lo vivía como ningún otro.

—También fue una época muy alocada, dramática y fantástica.

—Viejos y buenos tiempos... ¿A qué no? —le sonrió el castaño.

—Estamos hablando de tres años atrás, ¿por qué usamos la palabra época? —preguntó con un tono divertido.

—No lo sé —se encogió de hombros—. Supongo que así suena mejor.

—Tienes razón.

Otra vez se quedaron en silencio. Ambos estaban sentados el uno junto al otro, observando el maravilloso paisaje, reflexionando sobre sus últimos tres años juntos. Dawn se preguntaba si valía la pena tirar todo por la borda mientras que Jason aprovechaba ese momento de paz y armonía junto al gran amor de su vida. Ese podía ser su último día. Sabía que tenía los días contados y le aterraba enormemente contárselo. Sólo provocaría alejarla. Y esta vez, para siempre.

Ya no quería ocultarle nada. No quería seguir guardando secretos. Estaba cansado de vivir así.

Gracias a esos secretos, arruinó su relación y lo echó todo a perder. Lastimó a la única persona que seguía a su lado. Rompió su corazón. La engañó de la peor manera. También fue apartándose poco a poco de ella, provocando que se sintiera sola y rechazada. Destruyó sus sueños. Aceptó llevársela lejos, alejándola de toda su familia. No permitió que fuera a la universidad. La dejó sola en casa como si fuera un animal enjaulado. Y siempre, siempre le mintió. Desde el primer día en que se conocieron le mintió. Porque nunca le contó la verdad sobre él.

Sin embargo, sus te amo eran sinceros. Al menos su amor era real y sincero.

O eso quería hacerle creer.

—Mucho antes de conocerte, ya estaba muy jodido. Desde que estuve en el vientre de mi madre lo estuve —habló de la nada—. Jamás he hecho las cosas bien. Solía meterme en problemas en la escuela, consumo drogas desde muy temprana edad, mi padre me abandonó a los siete y después de esto mi madre me rechazó, echándome la culpa por la partida de papá. Luego me abandonó cuando tenía trece.

A Dawn se le rompió el corazón escuchar todo eso. Lo miraba asombrada. Era increíble que Jason por fin se estuviera abriendo. Casi no podía respirar con normalidad.

Era tan... impactante.

—Mi abuelo me cuidó hasta que cumplí dieciocho. Estaba enfermo y murió de cáncer de próstata —miró al suelo—. Era todo lo que tenía. Jamás conocí a la familia de mi padre y mi mamá era hija única. Él fue la única persona que me demostró algo de amor y cariño.

Iba a echarse a llorar en cualquier momento.

No le faltaron ganas de tirarse a sus brazos y abrazarlo fuertemente. Quería besarlo, decirle cuanto lo amaba y que deseaba estar siempre a su lado.

—Jason, yo lo siento tanto...

El castaño movió su mano, interrumpiéndola.

—Déjame terminar, por favor —exhaló profundo—. Nunca te conté nada porque tenía temor a que te alejaras de mí. Cuando te conocí... Vi una luz. Llegaste y no te quise dejar ir —le tomó la mano, clavando su mirada en ella—. Jamás he aprendido a hacer las cosas bien. Mi madre no estuvo ahí para enseñarme lo que es el verdadero amor, mi padre no me enseñó a ser un buen tipo y mi abuelo no pudo hacerlo porque debía trabajar para darme de comer. Yo no soy perfecto, Dawn. Ojalá pudiera ser diferente pero no lo soy, por más que quiera cambiar, no puedo —su voz sonó temblorosa—. Aunque a veces siento que soy el culpable de todas mis desgracias.

He's a scam Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon