Capitulo 2

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Dave POV.

Las puertas del ascensor se abrieron mostrando un amplio espacio; pisos negros brillantes como un piano mostraban mis pasos al andar, una joven se me acerca con un traje igual que la recepcionista anterior. Lleva una coleta alta recogiendo su melena rubia.

—Sígame por favor. —Sus tacones negros de aguja retumban por todo el lugar. Aprieto la correa de mi maletín con nerviosismo. Sigo a la mujer de esbelta figura mientras miro el extenso pasillo blanco, pequeños puestos con escritorios dividen el espacio, además de que hay salas para esperar con muebles de cuero y mesas para acompañar. Todo el lugar está decorado con esculturas, plantas y cuadros de seguro de artistas famosos. Y en la misma paleta de colores que el vestíbulo.

Nos detenemos de repente frente a una puerta de madera oscura.

—Aquí es, adelante. —Me abre la puerta, miro por última vez sus ojos cafés. Parecidos a los míos y le sonrió. Me adentro a la oficina, sintiendo la puerta cerrarse detrás de mí.

Observo la oficina grande con vistas espectaculares de la ciudad, una gran pared a mi izquierda cubierta con un estante lleno de libros, y en el centro un escritorio negro con una silla dirigida hacia la ventana. De repente el sonido de dicha silla girándose me sorprende. Un hombre de unos treinta y tantos años o más estaba postrado en ella.

—Así que tú eres el dichoso prodigio, que le tiene la cabeza hecha un lío a Max. —Se levanta de la silla y rodea el escritorio caminando hacia mí. Bajo el maletín y lo coloco en el suelo. Su lacio cabello cobrizo peinado perfectamente era el foco de atención.

—Hola. Este... Creo. Soy Dave Brown un placer. —Se coloca frente a mí observándome de pies a cabeza.

—Sí, lo sé. Aparte eres guapo. —Sonríe. Me sonrojo instantáneamente al escuchar aquello.

—¿Que llevas ahí? —Señala mi maletín.

—No mucho, mi portapaces, laptop y nada más. —Me encojo de hombros— ¿Está vacío? —dice recostando su espalda baja sobre el borde del escritorio.

—Sí. Un poco —respondo con toda la calma del mundo.

—Bueno cuando termines las pasantías vas a necesitar muchos más de esos. —Sonríe y muestra una línea de dientes perfectos y blancos, también le sonrío.

Se quita de la mesa y camina de vuelta a su silla.

—Siéntate. —Ordena señalando la silla negra de cuero. Tomo el maletín y me siento colocándolo en mi regazo. Él toma el teléfono y comienza hablar por el aparato acerca de traer un nuevo escritorio con un ordenador y todo lo necesario, también que sea lo más rápido posible.

Corta la llamada y me vuelve a mirar.

—Cuéntame algo sobre tu vida, que no tenga que ver con tus estudios.

Entrelazo los dedos de mi mamo antes de hablar.

—Bueno. Tengo 22 años, solo tengo a mi madre aunque ella vive en Seattle, no tengo hermanos y no hay más nada que contar en especial. —Vuelve a sonreír ampliamente.

—¿Y tu vida sentimental? Alguna novia ¿Prometida tal vez? —El rubor cubre mis mejillas porque él no sabe que me gustan los chicos, además de que no tengo pareja. Estoy más soltero que monje en un convento.

En ese preciso momento tocan la puerta y el vocifera un "pase". Mientras yo calmo mis pensamientos. La puerta se abre mostrando a dos hombres con overoles negros, cargando un escritorio pequeño, mientras que detrás de ellos. Entran dos más con cajas de distintos tamaños; ellos instalan todas las cosas y las sacan de sus cajas, el señor que esta frente de mí, del cual todavía no se su nombre revisa su portátil despreocupado.

—Disculpe, ¿Cuál es su nombre? —El levanta su mirada y la clava en la mía.

—Oh claro. Disculpa. —Extiende su mano hacia mí diciendo—. Scott Miller, un placer conocerte aunque creo que ya se suficiente de ti. —Le devuelvo el saludo acomodándome de nuevo en el asiento y cruzando mis manos sobre mi regazo.

—Señor, ya está todo listo —asegura uno de los encargados, Scott se levanta de nuevo y camina hacia uno de ellos.

—Ya pueden retirarse. Gracias. —Los hombres se van llevándose consigo las cajas vacías y los envoltorios de plástico transparente. El me llama con la mano, me acerco a donde está de pie y dejo mi maletín sobre el pequeño escritorio.

—Esta será tu nueva área de trabajo. Aquí en el ordenador ya está todo lo necesario para crear publicidad, diseñar, sacar cálculos entre otros. —El me muestras todos los programas que ya sé de sobra—. Hoy comenzaremos con lo básico que es crear una campaña simple para medios digitales, ¿Has usado Phothoshop antes?

—Si, en la universidad era esencial aprender a usarlo —declaro, ya que en la NYU trabajamos en la mayoría de las asignaturas el área digital en los últimos semestres.

—Perfecto, te voy a dar unas pautas que debes cumplir y cuando esté listo el diseño me lo enseñas, yo mientras estaré revisando unos correos importantes. —Escribe algo en un Post-It azul y me lo entrega. Se levanta caminando hacia su escritorio.

Leo el papel que tiene escrito "Crea un plan junto con una campaña para incrementar la audiencia y seguidores de una página del sector de belleza". Dejo el papel sobre la mesa y comienzo con el diseño.

Los colores, textos, imágenes y otras cosas me llevan a una concentración máxima. Siendo detallista con las pequeñeces, luego lo trasformo para que sea compatible con distintas redes y dispositivos. Luego de haber terminado el diseño y la planificación de las publicaciones, llamo a Scott para que lo vea.

+++

Justo había terminado el diseño para la hora del almuerzo, a Scott le ha encantado un montón. Camino luego de haber salido del ascensor en el pido 65 donde está la cafetería de la empresa. Según las indicaciones del pelirrojo. Veo el menú y pido solo una pizza pequeña, un cupcake y un batido de frutos rojos.

Luego de haber pagado, busco una mesa que este desocupada, y al final muy cerca de la ventana se encuentra una. Me encamino hacia ella con la bandeja llena de comida, el maletín lo deje en la oficina ya que Scott aún está allí. Cojo los cubiertos y servilletas comenzando a devorar mi Pizza que esta exquisita, hasta que me doy cuenta que hay una chica rubia de pie frente a mí.

—Hola ¿Eres el pasante nuevo, cierto?

—Hola. Sí —respondo limpiándome la boca con una servilleta. La chica se sienta frente a mí y apoya sus codos sobre la mesa.

—Soy Eva —dice extendiendo sus manos pequeñas. La tomo y la agito.

—Dave, un placer.

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EN MULTIMEDIA EVA

CAPÍTULO CORREGIDO.

Nota del día en que publique el capítulo originalmente:

¡Hola! Sé que no he publicado en días, pero aquí estoy. Este capítulo no es muy largo pero el próximo si lo será. Recuerden votar y comentar si le está gustando la historia.

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ROLLERCOASTER © (Gay)Where stories live. Discover now