Capítulo 18

4.8K 367 62
                                    

Dave POV

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Dave POV.

Terminamos el desayuno, que estaba muy bueno. Y subimos a las oficinas. El trayecto en el ascensor fue silencioso, y he de decir que este, no pide la tarjeta de acceso ya que es solamente exclusivo para la empresa, las otras personas que trabajan en todos los otros pisos del edificio no pueden entrar aquí.

Max esta tan atractivo con ese traje que se adapta a su esbelta y gran figura. Un adonis. Un dios griego. Pero, un pervertido de primera.

Lo miro de reojo, el apoyado despreocupado en el pequeño travesaño metálico frente al cristal que cubre la parte de atrás del aparato. Yo estoy ubicado en una esquina, intentando alejarme lo más que pueda de él, pero sin ser tan obvio.

Intento apartar la vista del hombre parado junto a mí, desviándola a mi móvil. No hay ninguna notificación importante que atender, Instagram, igual que siempre; cuerpos por doquier, famosos derrochando su dinero, y mascotas haciendo cosas de mascotas, lo usual.

Mi correo sigue sin ninguna novedad y justo cuando bloqueo mi teléfono pasado de años el ascensor se abre. Salgo de este pensando, en que hoy no tengo tanto trabajo como el día de ayer. Escucho el sonido de sus zapatos resonando detrás de mí, a pesar de que mantiene cierta distancia, lo puedo percibir por mi visión periférica.

Me encamino hacia mi escritorio, que está esperándome para que comience con la jornada. Me recuerdo pasar más tarde por la oficina de Scott, ya que últimamente no lo he visto tanto como debería, y es la persona a quien le tengo más confianza en la empresa, claro, luego viene Eva.

Él se sientan en su mesa de trabajo, en este ángulo, con su americana abierta, su pulcra camisa desabotonada en los tres primeros botones de esta, con el paisaje de la ciudad detrás de él y acomodando unas cuantas carpetas que están sobre su escritorio, sería la perfecta definición de hombría, masculinidad, sexy, guapo, exitoso y con poder, que podría haber en todo el mundo.

Y además de eso, apetecible de forma sexual hasta los cojones. Niego con la cabeza apartando esos pensamientos, y también mi mirada de ese cuerpo. Sus ojos azules conectan con los míos. Lo siento reír. Bajo la mirada e intento concéntrame en lo importante.

La sonrisa de Max. ¡No! eso no. Pensé. En lo que me toca diseñar u organizar el día de hoy. Tengo el presentimiento de que va ser un día excelente.

+++

Las horas pasan tan rápido que ni siquiera me doy cuenta de que ya es hora del almuerzo, aparto unos cuantos mechones castaños que caen en mi frente y los hecho para detrás con un movimiento de muñeca. Masajeo mis cienes, tengo unas no tan leves punzadas que me están sacando de quicio, tanto como el proyecto de ilustración de hoy.

He pasado literal, toda la mañana intento encontrar el color indicado para este anuncio de televisión, y más por la presión que cae sobre mi porque, si el diseño no está terminado, no pueden seguir con la grabación del comercial y con la post producción del mismo.

Tendría que entregarlo en tres días pero tomando en cuenta de que me ha costado cuatro horas decantarme por tomar un color azul turquesa no tan verde, ni tan azul, perfectamente equilibrado.

No sé cuánto me tomara terminar la ilustración por completo.

—¿Estas bien? —Me sobresalto cuando escucho la voz grave a un lado.

—Sí. Solo un poco estresado. —Miro su rostro que analiza y trata de entender mis expresiones. — Y tú, ¿Cómo vas?

—Bien por los momentos. Ya es hora de almorzar, ¿Vamos? —Extiende su mano frente a mí. La tomo y me levanto mostrándole el intento poco creíble de una sonrisa que sale más como una mueca.

—Vale. —Solo digo soltando su agarre y saliendo hacia el vestíbulo.

Le escucho cerrar la puerta de tras de mí y en ese momento también Scott sale de su oficina. Nos ve y se dirige hacia nosotros. Recuerdo que tenía que pasar por su cubículo en la mañana pero con tanto ajetreo no tuve tiempo suficiente.

—Hola Scott. —digo justo cuando está a un lado de nosotros y todos entramos al elevador.

—Hola Dave, ¡Me tienes olvidado! Ah claro, como conseguiste a un hombre más guapo que yo me botas, ¿Es porque tengo los ojos verdes y no azules? o porque soy alemán ¡Eso es muy xenófobo de tu parte!

Es imposible no reír de manera natural con sus ocurrencias. Hace ya unos cuantos días que surgió en una conversación en donde el castaño me hablaba de su vida más privada. Me dijo que era alemán en su totalidad, nació allá pero se mudó cuando tenía 7 años. Sus padres se mudaron a los Estados Unidos cuando empezó prosperar más su negocio y abrieron una franquicia aquí en New York.

Para Scott, fue difícil adaptarse a otro idioma, otra ciudad, otra cultura. Y más con la sociedad que fue un poco dura con él. En el instituto se metían con él por ser de un pelirrojo/rubio y por ser el más grande del salón, es tan solo un par de centímetro más alto que Max, casi inapreciable, pero sí puedo decir que es más de contextura gruesa. Habla inglés y alemán fluido. Cuando llegamos a la cafetería yo pido unos nuggets, con una hamburguesa pequeña de doble carne y con jamón de pavo, junto a una ración de papas fritas.

Los hombres mayores se quedan mirando mi bandeja asombrados cuando la señora que atiende me la da. Sé que es mucha comida con demasiada grasa, pero qué más da si igual no puedo aumentar de peso por mi metabolismo rápido y aparte, sigue siendo deliciosa. Ellos piden salmón al vapor con vegetales salteados y purés de hortalizas.

+++

CAPÍTULO EDITADO.

Síganme en mi Instagram @isdeivi

Nos vemos pronto ¡Voten y comenten please!

Y Síganme para estar al tanto de próximas historias.

¡Besos en sus partecitas!

ROLLERCOASTER © (Gay)Where stories live. Discover now