Capítulo 8

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Dave POV

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Dave POV.

Tomo el maletín y salgo volando cerrando de un portazo. ¿Cómo se me ocurre quedarme dormido? aunque él tiene un poco la culpa por hacerme desvelar el viernes, aunque ya estemos a lunes, y por hacerme maquinar todo este tiempo sobre el beso, mi jodido primer beso, bueno en realidad mi segundo beso; contando la niña que bese en el kínder mientras jugábamos a que éramos papas de un oso Teddy.

Todavía sigo teniendo la sensación del sabor de sus labios; menta fresca y pura. Pero eso no viene al caso, me mordió. Y ahora tengo un pequeño rasguño que de vez en cuando da punzada cuando toco mi labio inferior o al comer, todo por su culpa. Porque no podía mantener a raya su calentura. Todavía no puedo creer que me haya besado y lo haya dejado hacerlo.

Sin tener en cuenta la pequeña cortada teñida de rojo carmesí, y una leve hinchazón aunque me haya echado un bálsamo. El beso estuvo bueno, contando mi casta experiencia.

Camino por las calles de la ciudad lo más rápido que mis pies, y mis NIKE pueden. Y obvio que hoy no habrá Starbucks para mí, me conformaré con el latte de la cafetería de la empresa en vez de mi Frapuccino de banana Split de 24 onzas que suelo tomar, y mis preciados cupcakes de chocolate.

Suspiro con alivio al ver el alto edificio cruzando la calle, el tránsito de la ciudad rellena prácticamente cada parte de la avenida. Al estar del otro lado de la calle sigo hasta llegar a las puertas de cristal, el vestíbulo sigue como todos los días. Elegante, moderno, representativo de riqueza y poder, pero vacío. No del todo pero lo está por la hora.

Entro en el ascensor, inserto mi tarjeta de acceso y presiono el último piso, es la primera vez que esta tan vacío desde que trabajo aquí. Las puertas se abren y camino directo a la oficina.

—Hola. Buenos días Eva. —Saludo mientras paso frente a su puesto. Escucho un saludo también de parte de ella. Miro mi reloj, treinta y tres minutos tarde. Bien hecho Dave, rompiste el record de a quien despiden más rápido.

Tomo el pomo y abro. Scott descansa en su silla observando el ordenador.

—Hola Scott, siento haber llegado tarde, se me paso la hora. —El levanta la mirada y me sonríe.

—Tranquilo, aunque es por estar viendo series toda la noche en Netflix —dice burlón.

— ¡No es mi culpa que sean tan buenas! Pero anoche no vi nada. Solo estaba algo cansado.

—Si claro, como tú digas. —Vuelve a su trabajo sonriendo.

—Déjame decirte que no te soporto. —Me volteo haciendo una mueca y camino a mi escritorio. Espera...

¿Dónde está mi escritorio?

Ya me despidieron. No me graduare este semestre por no terminar mis pasantías ¡Cielos!

—Scott mi escritorio... —Lo observo esperando una repuesta lógica, concisa y que no sea la que ya asumo.

—Max te espera en su oficina, ve rápido que ya lleva rato esperando a que llegaras. —Su tono de voz cambia visiblemente, sonando más serio. Mi corazón late más fuerte al saber que voy a ser despedido, poco tiempo que trabajo aquí, ni siquiera llevo un mes.

Salgo de allí, pensando en que ahora debo hablar con el rector de la universidad a ver si me da oportunidad de terminar en otro lugar, y más difícil será conseguir una nueva empresa, en donde todas ya me rechazaron.

No me doy cuenta de cuando llegue a la puerta de Max, toco suave. Mis manos tiemblan al pensar lo que va a suceder.

No se oye un "adelante" o "pase", lo que me pone más nervioso aún, si es posible. Teniendo en cuenta que las pocas veces que he pisado su oficina recibo una respuesta a mi llamado, algo debe estar pasando. Pienso por un momento la posibilidad de que él no está, y me tenga que despedir la chica "Diva" de recursos humanos, como les he escuchado llamarla.

—Pasa Dave. —La puerta se abre rápidamente mostrando al hombre robusto en su típico traje negro, elegante hasta los cojones. Pero intimidante hasta morir. El ver sus facciones marcadas fruncidas mostrándolo molesto no me alienta nada en lo absoluto. Definitivamente mis días en Williams INC. Llegaron a su fin.

Me adentro dudando de mis movimientos, me quedo estático en medio de la sala. El cierra la puerta, sus pasos se detienen en mi lado derecho, su pecho roza mi hombro muy leve. Levanto mi mirada, si me van a despedir que sea con la cabeza en alto, por lo menos. Sus orbes no se apartan de los míos, a diferencia de los suyos que se ven amenazadores solo con su color azulado.

—Solo quería decirte una decisión que he tomado. — Su voz suena potente cerca de mi oído sin olvidar su aliento que impacta directamente contra mi cara. Que intente usar un tono de voz neutro o amigable no lo hace menos imponente.

—¿Cual decisión?— Digo esperando no escuchar la repuesta, intento que mi organismo se tranquilice y normalice para afrontar la noticia de la manera más profesional posible, pero él no lo hace fácil.

—Serás mi asistente personal. —Espera...

—¿Qué? —digo aturdido, lo último que me esperaba era que digiera algo como esto.

—¿Estas pidiendo que sea tu asistente personal? —Me debe estar jugando una broma seguro. Su ceño se frunce.

—No te lo estoy pidiendo, te lo estoy informando. A partir de ahora serás mi asistente. Y aparte...—Toma mi mano y coloca una gran rosa roja, por suerte sin espinas.

—Quiero probar tus labios de nuevo.

+++

CAPÍTULO CORREGIDO.

Nota del día en que publique el capítulo originalmente:

Hola chicxs, ¿Cómo están? Quería agradecerle a todos vosotros que han apoyado esta historia, sé que no soy el mejor escritor y estoy tratando de mejorar cada vez más (Es mi primera historia). Sé de donde provienen, que tan jóvenes son, además, de que si son chicos o chicas. Porque yo reviso las estadísticas siempre, así que un saludo a todas las chicas (que son más la que leen mis historias) y obvio también saludos a todos a los chicos que leen esto.

Saludos a todas las personitas que leen desde México liderando el top de estadísticas. A mi Venezuela querida que está pasando por momentos cruciales con la esperanza del cambio. A España, Estados unidos, Colombia, Perú, Canadá, Chile, panamá, Argentina, Italia. Y a todas las otras partes del planeta que no mencioné.

Recuerda darle a la estrellita para saber si te gusta la historia, comenta de que país eres y si conocen a LA DIVAZA.

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¡Besos en sus partecitas!

El de la foto es Scott, adivinen quien es.

ROLLERCOASTER © (Gay)Where stories live. Discover now