Cuando el estudiante de marketing Dave Brown recibe la aceptación para realizar sus prácticas en una de las mayores empresas de mercadeo y publicidad del país, no imagina que se encontrará cara a cara con el enigmático CEO de la compañía, Max Willia...
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Dave POV.
Descendemos por las escaleras del avión, yo siguiendo los paso de Max. Hay un auto negro muy elegante esperando a unos cuantos metros. El pelinegro ha entrelazado nuestras manos recién se abrió la puerta del avión. Su agarre es firme y es él quien dirige el paso. El aeropuerto no se ve tan ajetreado como pensé que estaría, además de que la luz solar ha desaparecido por completo y se ve el cielo estrellado de la ciudad.
Max abre la puerta del auto con una reverencia y me hace ver su linda sonrisa.
—Adelante señorito. — dijo en español.
Entro al coche y hago espacio para que el suba también. Cuando ya está a mi lado vuelve a juntar nuestras manos. Liam sube en el asiento delantero.
—¿Porque señorito?
—Eres un pequeño señorito. ¿No lo crees? —Puedo ver la sonrisa divertida en su rostro. Se burla de mí por ser más joven que él, y tal vez más pequeño, pero definitivamente no soy un señorito. Y ahora que lo pienso, luego de lo que paso en el avión, estoy seguro que ese término no me quedaría tan bien.
—No creo que lo sea. Y deja de burlarte por ser joven y no tan alto, como tú. —digo haciendo una mueca mientras le lanzo una mirada seria. El por su parte solo suelta una carcajada. Se acerca un poco más hasta que nuestras caras están a escasos centímetros.
—No me burlo de ti. No eres un señorito. Eres mi señorito. —me da un corto beso antes de separarse y volear su vista al frente. Mi corazón late más rápido de lo normal solo con un pequeño beso y unas palabras bonitas.
Se lo que eso significa, y tal vez tenga miedo, al ser Max la primera persona que me atrae significativamente, y que con el paso de los días siento que me gusta más. Tengo miedo de que las cosas no resulten como deberían, y que termine con el corazón roto y destrozado. Sería demasiado difícil y tal vez no este lo suficientemente preparado para una ruta. Ni siquiera estoy al cien por cien preparado para una relación. Pero estas cosas que he sentido desde que lo conocí me incitan a seguir adelante sin importar los riesgos.
Observo la vista a través del cristal oscuro. La ciudad se ve hermosa, iluminada.
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