Capítulo 16

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Dave POV

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Dave POV.

Se separó de mí, sentí mis mejillas arder. Sus ojos celestes me miraron pacientes. Me aparto de él y camino de regreso a la habitación, a pesar de que el beso me había gustado a sobre manera, tenía que llegar al trabajo, no solo yo, él también.

Entro en el baño quitándome mi camiseta y saco mi bóxer bajándolos por mis piernas. Coloco la ropa sobre el lavado de mármol negro, con detalles en dorado que podría fácilmente ser de oro. Claro cómo no, pensé.

Abro las puertas del gran cubo de cristal que es la ducha y me adentro a ella. Cuenta con una gran regadera de forma cuadrada colgaba del techo en un tono metálico. Tome unas de las manillas brillantes con un color rojo en su centro, que supuse se referían al agua caliente, justo al lado de otra gemela pero de un color azul.

El líquido comenzó a salir y a caer sobre mi mojándome por doquier, la temperatura era más que perfecta, una delicia, ojala tuviera este baño en mi casa. Tomo una pequeña esponja apoyada en lo que parecía ser una pequeña hendidura horizontal en los azulejos de la pared, justo al lado de esta estaba el jabón. Al otro extremo otra hendidura pero esta vez de forma vertical surcaba el espacio almacenando el champú y acondicionador.

Frote mi cuerpo desprendiéndome del cansancio y la tensión de estos últimos días que al igual que el agua enjabona que bajaba por mi cuerpo hasta el suelo, se perdía por la cañería. Una vez había desecho del jabón de mi cuerpo, agarro el bote de champú y hecho una buena cantidad para lavar mi cabello, definitivamente iba a cortármelo lo antes posible. Incluso ya muchos risos chocolates están bajando por mi cuello más de lo que deberían.

Mis orbes mieles se cerraron para evitar el contacto con la espuma que bajaba por todo mi cuerpo. Una repentina escena se apareció en mis pensamientos, un Max desnudo junto a mí, mojado completamente. Sacudí mi cabeza para evitar los morbosos y desubicados pensamientos que de repente mi cabeza se dignó a procesar, necesito con urgencia relajarme. Termine de quitar los restos del producto de mi cabello estrujándome los ojos en el proceso porque llego a entrar un poco en estos.

Pero la imagen del pelinegro volvió de nuevo, pero esta vez mucha más explícita. Estaba recordando la escena de hace unas horas. El masturbándome mientras me daba besos, lamia y mordía mi cuello que provocaba espasmos por todo mi cuerpo. Me retorcía de placer pero en ningún momento se detuvo, de hecho aumento más la velocidad de sus embestidas falsas a mi polla.

La excitación comenzó a llegar a mi propasando los pensamiento y convirtiéndolos en realidad, mi cuerpo se estremeció cuando recordé como devoraba mis pezones en su experta boca, mi cuerpo recuerda cada paso que dio sobre este ayer.

Mi miembro comenzó a erguirse y fue inevitable no tomarlo entre mis manos para bajar la presión, he de decir que esto en lo normal no pasa, ni los pensamientos impuros de un adulto necesitado sexualmente al extremo ni que me tuviera que auto complacer cuando no soy de esos chicos, o bueno, era.

Me recosté en la pared fría contraria a la llave de agua, nunca cese el trabajo que había comenzado, acelere un poco mis movimientos haciéndome soltar un pequeño gemido mezclado con un suspiro de satisfacción. De repente un poquito de cordura, de la cual creía que había perdido por completo en este momento, llego a mí, he hizo que parara en seco con lo que hacía.

Me estoy masturbando, una de las primera veces, porque decir que es la primera sería una completa mentira, por un tío que es mi jefe, que me lleva unos cuantos años porque estoy muy seguro que no debe tener menos de 25 años, que ya me masturbó una vez y que ya se masturbó él frente a mí .

Cierro la llave del grifo mientras busco por los cristales empañados un indicio que me diga dónde están las toallas, y las encuentro a un lado del lavado de granito. Salgo de la ducha y camino hasta el pequeño estante y tomo una secando mi torso, mis piernas, para luego enrollarla alrededor de mi cintura en nudo no tan fuerte y aguantándola con una sola mano. Tomo otra y comienzo a secar mis cabellos y cuando termino la vuelvo dejar extendida en el tubo de mental.

Me giro abriéndola la puerta para marcharme del cuarto de baño pero Max aparece frente a mi demasiado cerca y asuntándome en el acto. La toalla se escurre por mis dedos sin pensarlo. Él la toma de nuevo y la amarra en su lugar, pensé que era un gesto de disculpa, de cortesía, de caballerosidad. Pero me di cuenta que estaba totalmente equivocado cuando una vez ya terminado de enrollar el pedazo de tela empapada, mete su mano y aprieta mis testículos y el comienzo de mi pene encerrados en su puño con cuidado, provocando dolor y placer.

— Me gusta que no dejes de pensar en mí. Por lo visto ni siquiera cuando te duchas. — Se acercó a mi oreja aun con la mano en mi incipiente erección que estaba en su totalidad desde la ducha — Y que solo reacciones así conmigo.

+++

CAPÍTULO CORREGIDO.

Nota del día en que publique el capítulo originalmente:

Lo siento por no haber publicado antes, pero ya volví con todo, gracias a las personas que se preocuparon porque no actualizaba. ¡Los amo mucho!

Ah, por cierto. ¿Nadie conoce un Sugar Daddy para que se venga a vivir conmigo y me compre el iPhone X?

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