Capítulo 11

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Dave POV

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Dave POV.

Miro la hora en mi reloj de muñeca, son las 8:12 de la noche y todavía no aparece. Giro mi rostro y observo la avenida completamente sola a excepción de algunas personas que se hallan caminan por las aceras. Muevo mi pierna con ritmo, un tic nervioso que tengo y expreso cuando estoy ansioso, cosa que ahora no se hace dudar.

La luna se alza en el oscuro cielo despejado y lleno de estrellas, que no se notan tanto por la contaminación lumínica de la ciudad. Sin embargo se pueden apreciar unas cuantas constelaciones.

Saco mi teléfono del bolsillo de mis vaqueros y busco el contacto de Max para llamarlo, me lo había dejado en mi escritorio junto con sus otros números de casa, oficina, hasta el de Scott cuando me nombro su nuevo asistente. Por lo cual tenía que guardarlo. Justo cuando le iba a marcar, veo un bonito coche negro brillando y luciendo su andar por la calle acercándose a mi ubicación. Y por supuesto que solo podía ser de un hombre como él.

Guardo de nuevo mi móvil, bajando los pequeños escalones que nos separan. Él, estacionó a un lado y bajo del auto. Trague saliva al verlo, el traje gris con camisa negra que llevaba le queda increíble e irresistiblemente bien. Sin duda alguna es una belleza andante en zapatos brillantes. Se acercó plantándose al frente captando mi atención. Estoy parado en el escalón de la acera por lo cual me vería más alto pero aun con eso el me sobrepasa por lo menos por casi media cabeza.

—Siento la demora, surgió un improvisto en la reunión. —Su voz logró envolverme y más su perfume con olor marino que lleva puesto. Sus ojos azules destacan en la oscuridad y su cabello negro más oscuro con la poca luz de la noche está muy pulcro y peinado hacia atrás.

—No se preocupe. —Le digo por fin bajando el escalón faltante, y acercándome a él. Se coloca a mi lado pasando un brazo sobre mi espalda baja y guiándome al coche. Abre la puerta con una reverencia que me saca una sonrisa, y espera que entre.

—Que te dije sobre las formalidades, quiero que me tutees —dijo cerca de mi oído cuando intente entrar al auto, la nuca se me eriza y mi manzana de Adán sube sin precaución.

—Cierto, no lo recordaba.

Cierra la puerta cuando ya estoy completamente adentro y da la vuelta al coche entrando directamente al asiento de piloto. Lo enciende y arranca silenciosamente. Miro su perfil que se ilumina de vez en cuando por las luces de las farolas que se cuela por el parabrisas.

El voltea y me echa un vistazo rápido e intenso.

—Luces bien con esa vestimenta. De verdad. —Voltea hacia mí. Rio por su comentario y más porque es él, el que luce genial.

—Gracias tu igual. —Le sonrió recibiendo lo mismo de su parte.

La vista de la ciudad totalmente ilumina pasa rápido por la ventanilla del coche. Pasan unos minutos llenos de fugases miradas por parte de ambos y llenados por la tenue música de Sia.

El auto se detiene en un lujoso restaurante de clase en el centro de New York. Baja del coche pero antes que de la vuelta para abrirme la puerta, lo hago yo mismo ganándome una mirada de reproche de su parte.

Miro la entrada de grandes dimensiones y de cristal polarizado en todos sus ventanales gigantes del suelo al techo. Él le entrega la llave al mozo y se coloca a mi lado, posando una vez más su mano en mi espalda, muestra una sonrisa blanquecina que ilumina el lugar y muy característica de él ahora que lo pienso.

—Reserva a nombre de Max Williams. —Le dice a la chica de moño en traje con falda de tubo que esta junto a la puerta también de cristal oscuro y detrás de un escritorio de granito.

—Claro. Luke. Llévalos a su mesa. —El chico recién nombrando de cabello azabache y no porque este de noche, en realidad es muy pero muy negro. Y de impactantes orbes azules verdosos con toques en amarillo. Se acerca y abre la puerta del local.

—Síganme por aquí por favor —dice observándome de pies a cabeza cosa que no pasa desapercibida por Max quien posa de nuevo su mano en mi cintura de manera posesiva. El chico nos lleva a una mesa apartada de todas, ubicada al fondo del lugar pero con una vista espectacular de la ciudad a través de los cristales polarizados.

Max esta vez se adelanta y me acerca la silla, colocando sus manos en el respaldo esperando que me siente. Cosa que hago mostrando agradecimiento. Toma asiento frente a mí. La mesa es perfecta para nosotros dos solo. Unas velas destellantes blancas que desprenden perfume de lavanda la decoran, junto con rosas y lirios de cala.

El chico coloca el menú frente a cada uno. Lo leo y de verdad que no conozco ningunos de los platillos que allí se muestran, todos elegantes, inclusive un simple postre "Suflé a la Miller con crema de chocolate con frambuesas acarameladas en miel de maple". Baya cosa, nombres tan difíciles para unos simples platos.

—Filete de pavo con arroz en salsa de champiñones y un Dom Pérignon Rosé de 1998. —Me observa esperando que algo salga de mi boca.

—En realidad no sé qué pedir. Elige tú —digo sinceramente, el chico mesero muestra un intento de curvar sus labios. Cosa que esta vez Max no nota porque el chico esta justo detrás suyo. En cambio él sonríe con facilidad, lo cual me deja un ligero sonrojo que para ocultar, bajo mi rostro rápidamente y lo escondo dentro del menú.

—El pide lo mismo. —Le oigo decir al chico que si no recuerdo mal se llama Luke—. Y de postre suflé a la Miller con crema de chocolate con frambuesas acarameladas en miel de maple. Dos porciones.

Me causa gracia el hecho de que sea el mismo postre que antes miraba en el menú, pero en su boca y con su acento más elegante pero jodidamente elegante suene totalmente diferente y perfecto.

—En un momento les traigo su pedido. —El chico me hecha un último vistazo antes de irse.

Max me mira directo a mis ojos mieles.

—Lastima. El chico no sabe que ya tienes dueño.

—¿Disculpa? —No lo estoy entendiendo—. Yo no tengo dueño, no soy una cosa para tenerlo — digo reclamándole.

—Oh sí. Claro que lo tienes, Dave. —Se acerca más a mí al punto de que nuestras respiraciones se mezclan y no puedo ver nada más que no sea su caliente mirada azul.

—Tienes dueño desde que puse mis ojos en ti y eso no va a cambiar. —Se acerca hasta mis labios para apenas rosarlos sin dejar de mirarme en ningún momento. A cambio yo quedo perplejo sonrojado, enojado y caliente.

+++

CAPÍTULO CORREGIDO.

Nota del día en que publique el capítulo originalmente:

Hola chicas y chicos del universo mundial. Les quiero decir que gracias, muchas gracias de verdad por llegar a 15k de leídas. ¡Que emoción!

Sé que me van a matar por no haber subido antes pero es que tuve problemas con el internet. Y después estuve esperando a que llegáramos a los 15k porque de paso es mi edad (Cumplo el 6 de agosto).

No digo más porque esto es un especial muy calientito, por ende voy a subir otro capítulo con la continuación tal vez mañana o pasado.

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ROLLERCOASTER © (Gay)Where stories live. Discover now