Capitulo 22

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- Yo... no quise... ofenderte- dije tratando de mantener el equilibrio 

- Pero tu que bebiste? Alcohol de farmacia? - Preguntó con expresión de desagrado- Menuda borrachera Camila

- Puedo pasar? 

- Debería dejarte? 

- Lo siento, el otro día me sentí herida en mi amor propio y ... 

- Y por eso soltaste el dardito envenenado... - Replicó haciendo que re huyera sus ojos avergonzada- Mira me da igual, ya estoy acostumbrada a que me digan de todo así que nada, me alegro que haya pasado sabes? ... pues finalmente te revelaste igual que el resto del mundo - Terminó de decirme con su típico tono despreocupado. 

Muy a su pesar, pude notar en sus ojos cierto rastro de decepción, cosa que me dolió mucho más que el hecho de que tratara de fingir indiferencia. 

- Farfalla, perdóname por ser tan imbécil - le dije haciendo un esfuerzo por sobreponerme a la enorme resaca que traía encima. No quiero que me veas como cualquiera de esos imbéciles que te topas todos los días por favor, yo ... o sea... que a mí .. de verdad me importa mucho tu opinión. 

Le terminé de decir en un pobre intento por justificarme, tratando de usar las palabras "adecuadas" para no romper nuestro pacto, ese estúpido pacto del acercamiento sin acercamiento. Sin embargo, ella parecía dispuesta a ignorarlo todo como siempre, algo que esa noche en particular, me resultaba realmente insoportable. 

- La verdad he estado pensando que nos estamos tomando muy a pecho todo esto Camila y lo que habíamos decidido tú y yo era vacilarnos un poco y... si no lo vamos hacer pues no le veo el sentido. Yo la verdad no quiero complicarme más la vida, que ya de por si es una gran putada.
 
- Y crees que la mía no! - Le grité de improviso - No eres la única Farfalla sabes?- subiendo aún más la voz - ¡Yo tampoco tengo la vida que soñé, por si no te has dado cuenta, iMierda!!! 

- No empieces a gritar o te cierro la puerta en la cara - añadió muy seria 

- Grito porque me da la gana. Tú y esa actitud tuya a veces me... - Apreté los ojos- ¡sacan quicio!!!!!! 

- Claro mi actitud porque la tuya seguro es perfecta no? 

- Nooooooo iCarajo!!!!!! -Comencé a dar vueltas- tú crees que no sé que vivo en mi mundo inventado? Que a veces no quiero ver muchas cosas?- tenía ahora los ojos empañados- Quieres saber porque lo hago? Ah? .... quieres saberlo?- la miré fijamente - Para no sentirme tan miserable ... para no enfrentar que soy una pobre diabla que no va a ningún lado - sonreí irónica- Tal vez mis historias reflejan justamente eso .... -Volví a mirarla- Pero al menos yo si estoy dispuesta a arriesgarme y salir de ese cascarón, así me cague de miedo de estrellarme de cara, así me muera en el intento, no me importa ... y sabes porque? 

- No dramatices tanto quieres - se giró para entrar de nuevo a su casa pero la cogí fuertemente del brazo 

- No Farfalla .... no esta vez... no voy a dejar que huyas sin escucharme 

- Camila suéltame o grito 

- iMírame!- No me hizo caso- ¡Mírame te digo!!! -Volví a repetirle cogiéndole el mentón para que me mirara- Sabes porque?- le dije ahora en voz baja- ... Porque me encanta estar contigo, porque me siento viva al sentirte, y sabes una cosa? ese sentimiento .... Me parece absolutamente grandioso. 

-Camila ... - dijo bajando la mirada 

- Y prefiero mil veces, siiiii mil veces tu huir constante, ese mirarme a la distancia todo el tiempo ... que el no tenerte 

- ¡Camila ya basta! Te lo dije! Te dije que yo no podía permitirme esto carajo- Con un movimiento brusco se soltaba y era ahora ella quien caminaba nerviosamente - Quien te has creído que eres?- Me daba un empujon- Eh? Quien carajo te has creído que eres para venirme a decir todas esta sarta de cosas!!!!!

- Quieres que me vaya?- le pregunté de improviso haciendo que se detuviera- Anda dímelo, dime que ya no quieres tener nada conmigo y yo desaparezco, ahorita mismo bajo por esa escalera y no me vuelves a ver nunca más ... 

- Como jodes mierda 

- Anda dime: Camila se acabó, hemos pasado bonitos momentos tú y yo pero ya no quiero nada contigo ... 

Había decidido finalmente no callarme y arriesgarme a ir más allá, había decidido cruzar la frontera vetada y sabía que con ello podía perderlo todo, pero ya no tenía alternativa. Apenas terminé de decir la última frase me preparé para recibir el merecido castigo por mi osadía. Sin embargo en vez de gritos histéricos, de sonrisas irónicas y posturas autosuficientes, se hizo un gran y absoluto silencio. Fue entonces que su quietud a pesar de distante, me empujó a hacer algo más. 

Me acerqué lentamente y traté de acariciar su mejilla pero ella me quitó el rostro. Volví a intentarlo y me empujó con fuerza, en mi tercer intento me cayó un bofetón en plena cara. Sin dejar de mirarla, insistí y busqué su boca, esta vez se quedó quieta y en entre dientes me dijo: 

- Apestas a ron 

- Un besito ... si? 

Volvió a hacer silencio y yo terminé por acortar distancias hasta que logré llegar a sus labios, ella ya no se opuso y me respondió abriéndose a mi lengua que para ese momento, moría por sentirla. 

- Nada a cambiado te lo advierto
 
- Como tú digas... - Me miró recuperando su postura de autosuficiencia, yo sonreí y añadí- es que en el fondo sé que te soy irresistible ... 

- iCalla mierda! Y pasa de una vez antes que me arrepienta. ¡Ah! y te vas directo a la ducha eh? A ver si así se te pasa la tranca y dejas de decir tanta cojudez 

- Me preparas un cafecito mientras tanto? 

-Carajo...

El cuento de la mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora