Capitulo 52

1.4K 98 10
                                    


" ... ¿Ya te vas? - me dijo al verme coger las llaves 

- Si son casi las 3:00 

- ¿Tienes algo de dinero? 

- No ... recién me pagan mañana - le dije con tristeza 

- Mierda ... - exclamó en tono bajo- bueno voy a buscar a Reina y pedirle prestado
 
- Como quieras ... - iba a salir de la habitación cuando ella me detuvo 

- ¿Ya no te despides de mí? 

- Tengo prisa Farfalla 

Se me acercó 

- ¿Estás harta de mi verdad? O ¿Es que ya no me quieres? 

- No es eso 

- ¿Entonces? ... - Se me acercó de forma provocativa- ya no me buscas, ni me besas, hace tiempo que no hacemos el amor ... - Me dijo mientras buscaba mi boca 

- De verdad tengo que irme .. 

- ¿Porque no me contestas eh? - Me cogió el rostro obligándome a mirarla- ¿Eh? 

- Suéltame, tengo que irme 

- ¿Tienes otra mujer? 

- Estás diciendo tonterías 

- Seguro que es la chiquilla planchadita de la vez pasada ¿No? 

- ¿Quieres calmarte? 

- Anda, dime porque no quieres estar conmigo, dímelo 

- En que momento ¿Eh? - la cogí de las muñecas para que me soltara- a ver dime, ¿En que momento???? Si todo el tiempo estas drogada y fuera de la realidad ... ¡Mierda! ! ! ... 

Me solté bruscamente, cogí mi casaca y salí de la habitación mientras ella comenzaba a llamarme " 

Al salir del cine esa madrugada, no quise ir de vuelta a casa, sentía que necesitaba respirar, tratar de calmar esa angustia, rabia y pena que mezcladas, no me dejaban en paz. No sé cuanto tiempo anduve por calles que por lo general no solía frecuentar. La ciudad a esas horas era tan particular, en parte desierta, en parte poblada, con muchos que como yo, seguramente se sentían igual de desolados y preferían divagar entre las sombras. Miré mi reloj y noté que eran casi las 4 de la mañana, fue entonces que decidí regresar. Comenzaba a hacer frío por lo que opté por tomar un atajo. 

Me encontraba por uno de esos pasajes peatonales, por el lado opuesto del vecindario cuando de pronto sentí que el cuerpo se me helaba por completo. Mis ojos se quedaron anclados a esa sombra rastrera, nocturna, enorme. Todos los sonidos de mi entorno desaparecieron, fue como ensordecer de pronto mientras la sangre, como un torrente salvaje golpeaba cada parte de mi cerebro. Ahí estaba ella, apoyada de cara contra la pared, mientras era empujada rítmicamente por un hombre que la penetraba por detrás. 

Impulsada por algo que nunca antes había sentido en mí, empecé a correr y me abalancé contra aquel tipo, separándolo bruscamente de ella y haciéndolo caer al pavimento. Ahí, comencé a golpearlo con toda el alma mientras el hombre luchaba por zafarse y ella, inmóvil, junto a la pared me miraba estupefacta. En un momento, sentí como el hombre lograba vencerme y tras darme un puntapié que me hizo caer hacia atrás contra los botes de basura, se acercó a mi para rematarme. Fue cuando ella se interpuso y cubriéndome gritó 

- Déjala, vete por favor 

- Mira lo que me ha hecho - trataba de alcanzarme pero ella lo detuvo 

- He dicho que la dejes ¡mierda!!!
 
- Y tu puta de mierda - Le lanzó una bofetada haciéndola doblarse hacia un costado- seguro querían robarme verdad?- Metió un puntapié, logrando alcanzarme en pleno rostro y tras una serie de improperios, el tipo finalmente se marchó. 

La miré y en medio de esa turbulencia en la que se había convertido mi mundo de pronto, lancé un grito ensordecedor, tratando de liberar aquello que tenía atorado en la garganta y en el corazón. 

Si, siempre supe que ella era una prostituta pero no es lo mismo imaginarlo y evadirlo todo el tiempo que verlo con los propios ojos. Ver como el cuerpo de esa persona que se ama tanto y por la cual sería capaz de hacer cualquier cosa, es profanado de esa manera. Y más aún, el hecho que ella no pudiera evitarlo, había terminado por destrozarme esa noche. 

Tirada sobre el pavimento, con el labio sangrando a borbotones lloraba entre gritos de desesperación mientras ella se levantaba y se acercaba a mí para tratar de consolarme 

- Camila por favor cálmate .. ven vamos ... 

- No me toques, déjame, no quiero que me toques 

- Ok no te toco, pero vamos a tu casa ¿si? ... Camila por favor ... – Me suplicó 

- Como puedes hacer esto- la miré en medio de mi llanto- ¡Comoo!!!! 

- Camila estaba desesperada, trata de entenderlo por favor ... 

- ¿y tú? ¿Alguna vez has tratado siquiera entender lo que yo siento? Quererte como te quiero y sentir que no puedo hacer nada- Apreté mis puños de la impotencia- ¿que no puedo darte un motivo suficiente para que no lo hagas?- mi rabia era ya incontenible- ¿Tienes una mierda de idea de lo destrozada que me siento en este momento ... ? -Volví a gritarle- ¡contéstameeee!!!! Tienes una idea lo que se siente encontrar a la mujer que amo tirando entre basurales como una perra callejera? 

- Siento muchísimo que hayas tenido que ver esto Camila... 

Trató de acercarse pero yo retrocedí y me levanté bruscamente tratando de secar mis lágrimas y limpiar mi rostro. De pronto la volví a mirar, ahí sentada, y las ganas de llorar me asaltaron de nuevo al revivir otra vez lo que minutos antes había presenciado. Ella se levantó y se me acercó, con cuidado llevó su mano a una de mis mejillas y yo no pude hacer otra cosa que apretar los ojos con fuerza. 

- Ven, vamos a curarte si? 

- Nooo ... Quiero que te vayas me oyes? No quiero verte, quiero que desaparezcas de mi vida y dejes de hacerme esto 

- Camila por favor ... 

- Lo he intentado todo, todo y ya no puedo más. Quieres seguir con esta vida?, perfecto, hazlo, pero no pretendas que me quede a verlo 

- Camila yo ... 

Intentó acercarse y abrazarse a mí pero yo la empujé y cogiéndola violentamente del cuello, apreté con fuerza. La volví a mirar en medio de esa locura que nublaba todo vestigio de razón y finalmente le dije: 

- Lárgate si no quieres que acabe por matarte ...

El cuento de la mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora