anexo ; tres

897 44 4
                                    

| jamie's pov |

—¿¡Q-qué!? —creo que nunca en mi vida había chillado tan fuerte. ¿Cómo era posible que ella supiera dónde estaba Zoe? No… No podía creerlo. Esto era imposible. Un sueño; sí. Eso era. Un maldito sueño. Ni Alec ni Tanya habían venido y había ocurrido todo lo que había sucedido. Sí… era eso…

¿A quién quiero engañar? Sabía perfectamente que todo esto es de verdad. No estoy soñando ni nada parecido.

Aún no podía creerlo.

—Por favor… Príncipe Jamie no se enoje conmigo… Y-yo no había dicho ninguna palabra por que la señorita Zoe me lo pidió. Pero… —suspiró. Podía ver claramente como le era difícil que las palabras salieran de su boca. —Me dolió y aún me duele el haber permanecido callada y haberlo visto a usted así de mal…

Las siguientes palabras no las escuché. Podía sentir como una ira comenzaba a recorrer mi cuerpo; de pies a cabeza. ¡Ella se había quedado callada! Después de haber visto como había sufrido con su partida…

Mis manos se convirtieron en puños. Quería golpear algo, lo necesitaba.

Lydia seguía hablando por lo tanto no se había dado cuenta de cómo mi estado de ánimo había cambiado de un segundo a otro. Movía sus manos mientras hablaba, pero ya había perdido el interés por la conversación, por sus explicaciones. Sí, sé que suerna egoísta pero era verdad.

A pesar de que quería, no podía enojarme con ella. Si Zoe le había pedido….

No, no podía enojarme… ¡Pero era tan difícil! Trataba de clamar a mi mismo sin que la chica se diera cuenta. Pero no podía calmarme. Necesitaba estar solo. Era la única manera que tenía de poder tranquilizarme.

No me había dado cuenta cuando Lydia se había callado. Supongo que habría sido hace ya varios minutos ya que me estaba mirando fijamente.

—¿Dónde está?

✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿

Debieron haber sido unas pocas horas de viaje; no había mucha distancia entre Suecia e Inglaterra. Nunca se me hubiera ocurrido que ella se encontraría aquí… ¿Y por qué razón?, ¿Cuál era el motivo de que ella se encontrara aquí? No tenía ni la menor idea de que ella supiera hablar sueco…. Pero para eso he venido, para pedir expliciones. Las exigía.

Habían muchas preguntas rondando en mi cabeza que poco a poco comenzó a dolerme. Sentía como si alguien estuviera comprimiéndola por los lados.

Odiaba mis dolores de cabeza. Todos eran igual. Necesitaba mis pastillas pero no las llevaba conmigo. 

—Ugh... —exclamé en un susurro. Mi mano derecha se dirigó hacia mi sien y comenzó a acariciarla, tratando de aliviar el dolor pero sabía que iba a ser imposible. El dolor venía desde adentro, muy adentro. Y no se iba a ir con unas simples caricias.. 

"—¡Por Dios! —exclamé en un susurro sentándome en el borde de la cama. No sabía la hora que era pero afuera seguía oscuro. Debían de ser las cuatro o cinco de la mañana, suspuse. Me había despertado con un dolor de cabeza insoportable. Agarraba mi cabeza con mis manos e inhalaba y exhalaba. Quería gritar. Quería expresar mi dolor de alguna manera.

—¿Amor?— la voz suave de Zoe hizo que por unos pocos segundos me olvidara del dolor. Pero como había dicho, por unos pocos segundos. Con el paso de los segundo el dolor aumentaba. 

Su mano en mi hombro hizo que me sobresaltara. —¿Dónde están las pastillas? —me preguntó. 

—Creo que en el baño —contesté aún con mis manos alrededor de mi cabeza. Cerré mis ojos y escuché sus pasos rápidos. Luego de unos segundos llegó a mi lado con un vaso de agua y dos pastillas.

royals Donde viven las historias. Descúbrelo ahora