Capítulo 36: Fin de Semana

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La vida de Lexa y Clarke había vuelto a la normalidad después de que el padre de Lexa las atacara. Lo que también habían vuelto eran las pesadillas, Lexa se despertaba algunas noches gritando y asustada y Clarke intentaba tranquilizarla. El problema era que ahora las pesadillas eran peores para Lexa ya que no solo soñaba que su padre le hacía daño, sino que también se lo hacía a Clarke y eso era la peor. Por suerte Clarke siempre lograba calmarla, algunas veces le costaba más que otras pero al final siempre se tranquilizaba.

Antes de que Lexa empezara las clases Clarke decidió que era el momento de irse de fin de semana con Lexa, ellas dos solas, esperaba que así la castaña al menos se relajara algo y dejara de pensar que su padre iba a volver en cualquier momento.

Había alquilado una pequeña casa rural bastante lujosa y pese a que podían ir con los perros quería el fin de semana para ellas dos y convenció a sus padres para que se los quedaran.

El viernes a medio día cerraron el estudio, llevaron a los perros a casa de los Griffin, pasaron a recoger las llaves de la casa por la agencia donde Clarke había hecho la reserva y partieron rumbo a sus mini vacaciones.

La casa estaba a dos horas de la ciudad, situada en un bosque, con un pequeño lago y sin otras casas en las inmediaciones. Ideal para perderse dos días y que nadie las molestara.

Antes de llegar pararon en un supermercado para comprar todo lo que podrían necesitar hasta el domingo ya que Clarke no tenía intención de moverse del sitio. Iban a descansar, relajarse y disfrutar. Y todo eso, solas.

Cuando llegaron a la casa Lexa se quedó sorprendida. No era muy grande pero solo por fuera ya parecía perfecta. Estaba rodeada de árboles y tenía un pequeño lago al lado.

- ¿Te gusta? – Le preguntó Clarke.

- Es precioso Clarke.

- No tanto como tú.

- Zalamera.

- ¡Y a ti que te gusta! – Le dijo Clarke guiñándole un ojo y haciendo que Lexa soltara una carcajada. – ¿Entramos?

Lexa asintió con la cabeza. Clarke abrió la puerta y se encontraron en un pequeño recibidor. Decidieron dar una vuelta por la casa antes de coger las cosas del coche. La casa no era muy grande. Tenía un pequeño salón comedor, un pequeño baño y la cocina con barra americana en la primera planta. En la segunda contaba con dos habitaciones, una de ellas la de matrimonio y la que usarían las chicas, además de un baño. Entraron en la que sería su habitación y a Lexa le pareció perfecta, pero más perfecto le pareció el baño que había dentro de la habitación que contaba con una bañera de hidromasaje.

Clarke se acercó a Lexa y la rodeó por la espalda arrimándola a ella para susurrarle al oído:

- Hemos venido a descansar, pero pienso hacerte el amor por toda la casa así que no se si descansaremos mucho. – Lexa tragó saliva con dificultad, porque solo esas palabras ya la habían calentado, notó como Clarke le dejaba un húmedo beso en el cuello para después separarse de ella. – Vamos a guardar las cosas.

- ¿En serio? ¿Ahora?

Clarke soltó una carcajada y saliendo de la habitación le dijo a Lexa: - Si, ahora.

Lexa salió de la habitación siguiendo a Clarke, no sin antes soltar un suspiro de indignación.

Cuando hubieron guardado todas las cosas, tanto la ropa, que dejaron en la habitación, como la comida que habían traído, se dispusieron a cenar.

- ¿Hoy cenamos la pizza? – Preguntó Lexa.

- Por mi perfecto.

Así que pusieron la pizza al horno y en poco rato estaban ambas en el sofá cenando pizza y haciendo zapping en la tele, aunque no se quedaron con nada de lo que estaban dando. Cuando terminaron de cenar Clarke recogió las cosas y las dejo en la cocina, ya las fregarían al día siguiente. Volvió al salón donde estaba Lexa y se sentó a horcajadas encima de la castaña:

Siempre Te Encontraré (CLEXA AU)Where stories live. Discover now