Creo que...

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-Ya está, ya conoces toda la historia- terminó por decir Emma encogiéndose de hombros tras ese largo relato contándole todas las cosas que había vivido durante su secuestro.

-Voy a matarlo. Si ya no está muerto, te juro que vaciaré mi cargador en su cabeza...- dijo el joven seriamente. Ella lo había visto tensarse a medida que le iba explicando los maltratos que había sufrido y había visto las lágrimas en sus ojos cuando le había confesado que en varias ocasiones había deseado dejarse morir.

-No digas eso, David...Destruirías tu vida y él no lo merece- intentó razonar la rubia que sabía muy bien que él estaba hablando en serio -¿Sabes si...Graham lo ha encontrado?

-Han ido a su última dirección en Boston...Pero no han encontrado nada. El apartamento no estaba vacío, pero él no estaba allí. Hace tres días que un equipo hace guardia para ver si hay movimiento, pero de momento no ha dado resultado.

-Así que no sabemos todavía si está vivo o no...- resopló ella. No sabía qué situación podía ser la peor. Si August estaba muerto, ella sería su asesina...y poco importaban las circunstancias, ella tenía un pasado delictivo y eso podía caerle encima. Si August estaba vivo, entonces podía volver a encontrarla, en todo momento...y hacerle pagar por haberse escapado.

-Lo vamos a encontrar, Em...

La rubia le sonrió débilmente. Aunque no lograra recordar todo, David había tenido la paciencia de explicarle su antigua vida, parecía que él aceptaba su deseo de quedarse en Storybrooke, ya que hablaba incluso de hacer venir a Mary Margaret al pueblo.

-¿Cuánto tiempo te quedarás aquí?

-El tiempo que tú quieras

-Deberías pedir una habitación a Ruby, la camarera- dijo señalando con su mirada a la susodicha –Son geniales aquí y me gustaría seguir conociendo cosas de mí.

-Considéralo hecho- dijo él con un guiño

-¿Me reprocharías si te dejo una horas? Tengo una cosa que arreglar...

-Se trata de la alcaldesa, ¿verdad? Vi que algo no iba bien esta mañana...

-Ella me ha salvado, David. No es solo la alcaldesa, ¿sabes?...Ella cuenta mucho para mí...

-Entonces, vete rápido a arreglar ese algo con ella- respondió el joven posando una afectuosa mano sobre el antebrazo de su amiga.

-Gracias...- se levantó de su silla para marcharse, pero dio media vuelta y le depositó un rápido beso amistoso en la mejilla. Había reencontrado a un miembro de su familia, lo sentía en el fondo de su corazón. Si lograba tranquilizar a Regina, entonces sentía que su vida podría tener un futuro más agradable.

Entonces tomó la dirección del ayuntamiento, con una brizna de aprensión en el estómago. Sabía que Regina tenía miedo de ser abandonada, una vez más. Ella lo había perdido todo y le era inconcebible volver a vivir eso de nuevo, era la razón por la que erigía tantas barreras a su alrededor. Iba a necesitar tiempo para bajarlas una a una, pero Emma quería ser la que lo consiguiera.

-Buenos días, ¿qué puedo hacer por usted?- preguntó la secretaria en cuanto hubo franqueado la puerta de la oficina

-Tengo que ver a Re...a la señora alcaldesa, es importante.

-Lo siento, pero me ha pedido que hoy no se la moleste. Puedo darle cita para...

-No- la cortó Emma ligeramente molesta con la joven que, sin embargo, solo estaba haciendo su trabajo –No es nada de trabajo, y es urgente.

Por nuestra segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora