7. Te necesito

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Andrea dio un par de pasos hacia atrás mientras saboreaba la boca de Samuel por completo y llegó hasta la cama, ambos se deslizaron sobre ella sin despegarse, hasta que él se frenó.

Samuel: Andrea, no, esto no está bien-ella siguió besándolo mientras él luchaba por separarse.

Andrea: No, por favor-le dio otro beso y lo miro intensamente-Dame amor, por favor, lo necesito-paso las manos sobre su pecho con los ojos vidriosos-Necesito un poco de amor, por favor, Samuel, te necesito...-Samuel no necesitó que Andrea dijera más para agarrar su nuca y absorber sus labios por completo, deslizó la mano hasta su cintura y la elevó contra su cuerpo para colocarla en el centro de la cama, sin detener su beso Andrea agarro la camisa de Samuel y lejos de desabrocharla tiró fuertemente rompiendo todos los botones de la misma, él la miró demasiado excitado y ella deslizó la camisa sobre sus hombros tirándola al suelo.

Ambos siguieron besándose con pasión hasta que él le quitó la blusa que llevaba puesta, entonces la vio con las mejillas rojas y el movimiento continuo de su pecho debido a su respiración, se dirigió a su pantalón y se lo quitó después hizo lo mismo con el suyo quedando los dos en ropa interior. De nuevo se abalanzó sobre Andrea, sin ejercer mucha presión sobre ella, y comenzó a besarla metiendo su lengua por aquellos lugares que le quedaban por recorrer, metió su mano por su espalda y desabrochó el sujetador liberando sus senos, la miró maravillado con lo que había encontrado, metió la cabeza entre ellos y comenzó a jugar con sus pechos mientras ella arqueaba su espalda llena de placer.

Ella se dirigió al inicio de sus calzoncillos y comenzó a echarlos hacia abajo con desesperación, fue él quien terminó de quitarlos, posteriormente se dirigió a su zona íntima y después de dejar un surco de besos sobre ella retiro lo que le quedaba puesto y se inclinó de nuevo sobre Andrea tocando su sexo comprobando que estaba muy humedecido, entonces se sentó sobre la cama y la agarró de la cintura colocándola sobre él, agarró su miembro y la penetró sin previo aviso, ella gimió fuertemente mirándolo a los ojos.

Él deslizo una mano sobre su nuca agarrando también su cara mientras con la otra agarró su cintura, ella agarró sus hombros y comenzó a moverse hacia arriba y hacia abajo en un ritmo frenético que deshacía a Samuel por completo, él la ayudo a seguir ese ritmo mientras gemía fervorosamente, los gemidos de ambos podían escucharse por toda la casa pero no les importaba, en ese momento solo se podían centrar el uno en el otro, en lo que estaban haciendo y en la pasión a la que se estaban entregando.

Samuel añadió la fuerza a su ritmo y Andrea alzó sus gemidos quedándose sin voz cuando llegó al orgasmo y cuando sintió que Samuel llegó al suyo clavando sus uñas sobre sus caderas, ambos disminuyeron el ritmo dejando que sus respiraciones volviesen a su ritmo normal mientras no se perdían ojo el uno del otro.

Se habían entregado mutuamente, los dos lo necesitaban no solo por lo que comenzaban a sentir el uno por el otro si no por la necesidad de desahogo que a sus almas les hacía falta, se sintieron liberados y exhaustos, Andrea salió de Samuel despeinada y con las mejillas a rojo vivo, se acostó de espaldas sobre la cama deshecha y suspiró, él se inclinó sobre ella y acarició las curvas de su cuerpo y un fuego recorrió por su interior recordando lo que acaban de vivir, le había gustado demasiado lo que había pasado entre ambos... "No puedes" gritó su interior "todavía amas a Patricia" no se podía permitir así mismo volver a caer en las garras de una mujer y menos sin amarla, por qué siempre que caía salía perdiendo y lastimado.

Miró a Andrea que ya permanecía dormida, había sido un día muy duro para ella y lo que estaba a punto de hacerle él podría suponer un problema para ella, pero debía pensar en él, tenía miedo de volver ser lastimado y antes de sucumbir a un posible sentimiento que naciera por ella tenía que poner tierra de por medio, así que, recogió su ropa y salió del cuarto de Andrea en silencio para irse al suyo...

DULCE AROMAWhere stories live. Discover now