59. Frente a frente

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Samuel: sé que nuestro comienzo fue un poco raro y tal vez intenso... sentía envidia de ver como ante toda dificultad tú mantenías esa impecable y hermosa sonrisa, llenaste mi mundo con tus manías: esa extraña costumbre de dejar los zapatos en la entrada de casa, la forma en la que chasqueas los dedos cuando tienes una idea y qué decir del sonido de tu risa. Me fascina oírte hablar sobre aromas, tu espontaneidad y tus gracias, echo de menos despertar a tu lado, como siempre lo hacíamos... Metí la pata enamorado de Patricia cuando mi verdadero amor, la que más se sacrificó por mí y la que más amor me dio fuiste tú... lograste enamorarme con ese conjunto de rarezas que tanto te caracteriza y me hiciste el hombre más feliz cuando aceptaste ser mi novia, esa felicidad pudo ser completa con la llegada de nuestro pequeño, un pequeño que nunca vio la luz pero que nos unió mucho más de lo que ya estábamos unidos y también nos hizo fuertes para superar cualquier adversidad. Aunque mi torpeza nos lo puso algo difícil cuando en vez de ayudarte desconfié de ti y el destino nos separó una vez más borrando mis recuerdos, tú, te empeñaste en devolverme esos recuerdos-Andrea lloraba ante sus palabras-porque siempre has sido tú, mi reina, tú luchaste contra mi amargura para hacerte un hueco en mi corazón y enamorarme, tú luchaste por nuestra relación como la que más, tú luchaste por superar aquella amarga perdida y solo tú podías luchar por mí para devolverme todo aquello que significaste para mí. No concibo mi vida si tú no estás a mi lado, deseo verte todos los días de mi vida, salir de la duda de cómo serán nuestros hijos y quiero contarle algún día el como una chiquilla loca, llena de manías y con su dulce aroma a manzana verde enamoró a este hombre terco, desconfiado y lleno de miedos, pero para ello quiero pedirte Andrea del Junco-cogió una pequeña caja del collar de Coco y se arrodilló-¿Quieres casarte conmigo?-abrió la caja y ella llevó sus manos a la boca sorprendida, no se esperaba que aquella tierna y detallada declaración viniese acompañada de un brillante que unía sus vidas para siempre. Se quedó un rato asimilando las palabras de Samuel y admirando la belleza hasta que entre lágrimas exclamó.

Andrea: ¡¡¡SII!!!-Samuel se levantó como un muelle y con el anillo en mano lo deslizo sobre su dedo anular, encajaba a la perfección, ambos se miraron y no pudieron evitar impactar nuevamente sus labios en un beso cargado de emociones y de nuevos planes, él se separó.

Samuel: ¿entonces me perdonas?

Andrea: no vuelvas hacerlo ¿vale? Cada vez que me haces algo así siento que me muero...

Samuel: lo siento-agachó la cabeza apenado.

Andrea: ahora ya está-elevó su cabeza para que la mirase-todo queda atrás, ¡nos vamos a casar!-lo abrazó llena de felicidad-nunca me imaginé que me lo pedirías.

Samuel: ¿por qué?-tomó sus manos.

Andrea: no sé... nunca hablamos de matrimonio... ni de esas cosas...

Samuel: bueno... todo tiene su momento ¿no? Tarde o temprano te lo iba acabar pidiendo-sonrió.

Andrea: tengo ganas de que llegue mañana para contárselo a mis hermanas-rió emocionada.

Samuel: pero... antes de contárselo a tus hermanas, ¿dormirás conmigo esta noche?

Andrea: claro que sí-sonrió y abandonaron la playa, se fueron al hostal y se amaron una noche mas para sellar con hechos su reconciliación.

Patricia entró en el despacho de Pablo y se sentó en la silla frente a la mesa.

Patricia; ¿alguna noticia?

Pablo: nada nuevo, según el investigador parece que viven allí.

Patricia: ¿en serio? O sea... ¿no vendrán a reclamar nada?

DULCE AROMAWhere stories live. Discover now