17. Se nos fue de las manos

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Andrea y Sofía pasaron el resto del día fuera de la mansión, ambas necesitaban un tiempo para ellas mismas y para desahogarse la una con la otra como hacía tiempo que no lo hacía, se necesitaban y se tenían la una a la otra, pero la noche llegó y decidieron volver nuevamente a la mansión, como de costumbre Andrea dejo su calzado en la entrada y ambas hermanas subieron al cuarto de Sofía, tanto Samuel como Soledad se dieron cuenta, el primero lo notó extraño mientras que la segunda no le vio nada de malo.

Más tarde decidieron no bajar a cenar y eso ya fue lo que terminó de convencer a Samuel de que sucedía algo, llegó la hora de dormir y todavía no había visto de Andrea ni la sombra, permaneció despierto rondando la puerta de su cuarto hasta que escucho abrir una puerta y cerrar, abrió lentamente la puerta y vio a Andrea correteando hacia su habitación, él la siguió y entro sin tocar.

Samuel: ¿Qué ocurre?-Andrea dio un respingo y se tapó la boca.

Andrea: me asustaste.

Samuel: eres tú la que me está asustando, ¿Qué te pasa? Andas muy misteriosa.

Andrea: mi hermana me necesita-vio como cogía su pijama-dormiré con ella esta noche, ¿dejamos lo del domingo para otra ocasión?

Samuel: no me importa aplazarlo, pero quiero que me digas que es lo que te pasa.

Andrea: ya te he dicho que nada.

Samuel: me estas mintiendo-la agarró de las manos-¿hice algo que te molestase?

Andrea: Samuel... yo creo que esto se nos está yendo de las manos y...-ambos se miraron intensamente y ella se acercó inevitablemente para besarlo-ya hablaremos ¿sí? Necesito aclarar unas cosas

Samuel: está bien-ella avanzó desprendiendo su mano de la suya y la vio marchar.

Llegó el lunes y a pesar de vivir en la misma casa Samuel y Andrea no se vieron en todo el domingo, realmente ella lo trató de evitar durante todo el día, tenía muchas cosas que pensar sobre su relación con él, pero ya no tenía más escapatoria, hoy lo tendría que ver en la oficina y debería de hablar de lo que estaba pasando entre ellos.

Sofía llevaba un par de revistas bajo del brazo cuando entró en el consultorio de Arturo, entró tímidamente como siempre y lo saludo con una sonrisa.

Arturo: te decidiste a venir al final.

Sofía: si...-le entregó las revistas-son todo buenas críticas, pensé que sería peor, apenas hacen un pequeño resumen de lo que nos pasó y nada más.

Arturo: eso es una excelente noticia.

Sofía: si... hablan muy bien de la organización del evento.

Arturo: ves como todo el esfuerzo que depositaste en ello mereció la pena.

Sofía: quería consultarte algo... verás, he hecho lo que me recomendaste, buscar trabajo y eso, pero no me llamaron de ningún sitio, entonces estaba pensando que quizá la organización de eventos no me puede ir muy mal.

Arturo: suena bien.

Sofía: si... pero tengo miedo, a lo mejor no me piden mis servicios por lo que me paso con Leonardo.

Arturo: tienes que confiar más en ti misma Sofía, no todo el mundo va pensar mal de ti por los hechos de tu marido, tú no tienes nada que ver y alzando la cabeza es como lo tienes que demostrar, intentar llevar a cabo esa idea y si te equivocas pues volveremos a empezar.

Sofía:-levantó la cabeza con una sonrisa-tienes razón.

Arturo: ¿quien le va decir que no a tu sonrisa?-él se sonrojo y ella sonrió todavía más.

DULCE AROMAWhere stories live. Discover now