DULCE AROMA

56. Recuerdos

La noche invadió el pueblo costero de Esperanza del Mar... había sido un día complicado en el hostal ya que coincidía con el inicio de la temporada de playa, este fin de semana ponían altas temperaturas y la gente comenzaba a hacer sus reservaciones, tenían el hostal completo. Después de cenar Andrea subió a su cuarto, pensó en darle las buenas noches a Samuel pero en su puerta vio el cartel de "no molestar" y siguió su camino.

Era incapaz de dormirse pensando en todo lo que había ocurrido no solo en ese último mes, si no desde que Samuel llegó al pueblo... trataba de dormir dando vueltas una y otra vez pero era imposible... se levantó y se asomó al balcón para contemplar la luna reflejada sobre el mar, una silueta se dibujó sobre la arena y en seguida reconoció a Samuel, sin pensárselo dos veces salió de su habitación.

Había pasado la tarde con aquel recuerdo en su cabeza y finalmente acabó de madrugada en la playa, trataba una y mil veces de enlazar sus recuerdos pero era imposible, no sabía si aquella mujer a la que tanto daño le hizo era Patricia o de quien se trataba y que fue aquello que le hizo, golpeaba una y otra vez su frente tratando de forzar algún estímulo, algo que lo inspirase.

Samuel: esto es inútil... los médicos tiene razón Samuel...va ser imposible que recuerdes-suspiró y metió la cabeza entre sus manos. De pronto sintió la presencia de alguien sobre su espalda.

Andrea: yo sí puedo, quiero y necesito decirte que te quiero-murmuro detrás de él intentando una vez mas que recordase-que me muero por cada fibra de tu piel, que desde que descubrí esa sonrisa que ocultas no dejo de soñar con ella, necesito decirte que me derrito con tus besos-Samuel levantó la cabeza lentamente mientras los ojos de Andrea se aguaban-que me enternece la manera en la que me cuidas, el cómo te preocupas y admiro el cómo conoces cada uno de mis gestos, necesito decirte Samuel, que mi corazón late únicamente por y para ti-entonces él se giró y la observó detenidamente-que mi vida ya no es la misma desde que apareciste en ella, que haces que mi piel se erice con solo mirarme y eso significa que me tienes perdidamente enamorada y no me avergüenza declararte mi amor a pesar de que tu no lo sientas-entonces un destello invadió su mente.

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Andrea: te pedí que fueras claro conmigo siempre, lo estás haciendo-colocó sus manos sobre su pelo-estás herido por tu pasado y aunque no estés enamorado de mí me haces sentir que me quieres, no tengo nada que reprocharte, sé que poco a poco lograrás cerrar capítulos para iniciar uno nuevo-ambos se miraban con mucha ternura-yo sí puedo, quiero y necesito decirte que te quiero-sus ojos se volvieron vidriosos-que me muero por cada fibra de tu piel, que desde que descubrí esa sonrisa que ocultas no dejo de soñar con ella, necesito decirte que me derrito con tus besos, que me enternece la manera en la que me cuidas, el cómo te preocupas y admiro el cómo conoces cada uno de mis gestos, necesito decirte Samuel, que mi corazón late únicamente por y para ti, que mi vida ya no es la misma desde que apareciste en ella, que haces que mi piel se erice con solo mirarme y eso significa que me tienes perdidamente enamorada y no me avergüenza declararte mi amor a pesar de que tu no lo sientas.

Samuel:-limpió una lágrima que salió de sus ojos por la emoción, incluso él se encontraba con los ojos vidriosos-Andrea...-ella posó la mano en sus labios.

Andrea: no me digas nada, solo quiero disfrutar de ti, de esto que tenemos... de lo informalmente bonito que tenemos.

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Samuel: eres tú...

Andrea: si... lo soy.

Samuel: Andrea...-agarró su mano y la atrajo abruptamente a sus labios, rodeándola por la cintura, ella se dejó envolver por el mientras abría su boca dando pasó a su lengua.