18. Vente a mi fábrica

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Tocó la puerta de aquel apartamento, Sofía estaba muy nerviosa y no dejaba de sollozar por la situación, se sentía miserable por poner a su hermana en aquella situación... no era bueno para su estado psicológico y menos para su embarazo, la puerta de abrió.

Arturo: Andrea, Sofía...-vio a ambas hermanas envueltas en lágrimas-¿Qué ocurre?

Andrea: será que nos dejas quedarnos una noche...

Arturo: claro-no comprendía nada de lo que estaba pasando, se retiró de la puerta y las dejó entrar.

Tras entrar en el apartamento, Arturo, les cedió su cama para que Sofía pudiese descansar, había tomado un té para relajarse pero eso no la tranquilizó, él no dejaba de analizarla con angustia presentaba un cuadro nervioso leve pero no conveniente para su estado, cuando Sofía se durmió Andrea salió del cuarto agotada por todo el día, se desplomó en el sofá al lado de Arturo e inclinó la cabeza sobre su hombro.

Andrea: siento entrometerme en tu vida de semejante manera, solo será por hoy, no tenía a quien recurrir, sé que a tu ética profesional esto no le conviene-lo decía por Sofía.

Arturo: somos amigos, puedes entrometerte siempre que quieras, aunque ya sabes que no es correcto, ella es mi paciente-levanto su rostro y miró sus ojos-Andrea... ¿Qué pasó?

Andrea: el hombre del que te hable fue lo que me paso... me cansé de todo-comenzó a llorar-traté de todas las formas posibles de hacer que me quisiera...

Arturo: en el corazón no se manda, deberías saberlo.

Andrea: ¡Lo sé! Pero como explicas que se portara tan bien conmigo ¿eh? Que me mirase con ternura, que me hiciera suya con tanto amor, que supiera que decir y como para sacarme una sonrisa... realmente tenía la esperanza de que se enamorase de mí, pero él ni siquiera trataba de olvidar a la tipa que lo engaño...

Arturo: debiste esperar a que eso pasara antes de iniciar una relación con él, ahora debe estar muy confundido.

Andrea:-lloró desconsoladamente-lo que más me fastidia es haber perturbado la tranquilidad de mi hermana... tuve que llevármela de la casa sin nada.

Arturo: desde lo de Leonardo tu hermana tiene más facilidad para alterarse y dar pasos hacia atrás, debemos mantenerla tranquila y evitarle disgustos... lo que llevamos trabajado está dando buenos resultados pero cosas de este tipo la pueden hacer retroceder, hay que tener cuidado.

Andrea: no te preocupes Arturo, a partir de ahora me centraré más en ella, mañana iré a por sus cosas.

Arturo: ¿Quieres que vaya contigo?

Andrea: no... iré temprano cuando no haya nadie en la mansión... Gracias por todo Arturo, eres un cielo-besó su mejilla

Arturo: lo que sea por ti y por Sofía...-ella esbozó una leve sonrisa.

Soledad: ¡SAMUEL! ¡Ábreme hijo por favor!-estaba sentado sobre su cama con los ojos rojos y tristes, ¿Qué era ese vacío que sentía dentro de su cuerpo? No la iba volver a ver, no se iba despertar viendo esa sonrisa, como fue tan estúpido de perderla por preferir hablar con Patricia, se maldijo a sí mismo y metió la cabeza entre sus manos, volvió a llorar, todo esto se fue de las manos, adoraba a Andrea aunque no de la manera que ella quería... hacia una hora que se había ido y ya la echaba de menos...

Soledad abrió la puerta repentinamente con una copia de las llaves y lo admiró dolido... hacia mucho tiempo que no lo veía llorar.

Soledad: mi pequeño-lo abrazó protegiéndolo de todo.

DULCE AROMAOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz