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Abrí los ojos lentamente, Sentía la brisa tocar suavemente mis facciones y era realmente relajante tal acción. Respiré de forma sonora al percibir que aún estaba viva, ¡gracias a Dios y a todos los ángeles Ashton no había chocado con nada y mi cuerpo no había salido volando!... Aún.

Afiance más mí agarre, que estuviéramos aún vivos no significaba que debía bajar la guardia, debo admitir que pese a mis pensamientos extremadamente negativos montar en moto no era tan difícil y la verdad, es bastante diferente.

La moto se detuvo, no retiré mis manos de su cintura, de alguna forma era mí seguro de vida.

— Llegamos — anunció.

Observé a mí alrededor comprobando sus palabras, doy gracias interiormente a Dios por ver mi casa.

— Aunque si quieres puedo llevarte a dar otra vuelta — agregó en tono coqueto.

Ja!, ni loca.

— No, gracias— retiré el casco de mí cabeza y se lo tendí, bajé de la moto de forma estúpida. Sino es por las manos de Ashton que me sostuvieron de la cintura hubiera caído en plena acera.

Das pena, aunque si siempre que hagas algo mal tendremos a un bombón sosteniéndonos no me quejaré.

— Mmmm— señalé sus manos para llamar su atención y que soltara me mostró una hermosa sonrisa y luego las retiró—. Gracias.

— Ya sabes mi moto y yo estamos disponibles para ti cuando quieras, hermosa— colocó su casco, me guiñó un ojo y luego encendió su moto y se fue... Muy al estilo Bad Boy.

Ese chico es caliente.

Para ti todos son calientes.

Ignoro a mi estúpida conciencia y camino unos metros para llegar a casa, observo a Ethan sentado en los escalones de la puerta.

Hoy es nuestro día de suerte para ver a los chicos guapos.

Volteo los ojos, a veces desearía que mi conciencia fuera menos perra.

Ethan: es el mejor amigo de Marcus, desde que recuerdo los he visto juntos, es de la misma edad que mi hermano. Seis años mayor que yo, ( sip, tiene veintitrés igual que Marcus). Ethan es un idiota engreído en toda la extensión de la palabra y no me malinterpreten es un buen chico pero no puedo pasar por alto el hecho de que trate a las mujeres como juguetes, creo que he perdido la cuenta de con cuántas chicas le he visto.

Es una lástima que sea tan atractivo, púes sólo utiliza eso para atraer a sus víctimas, es alto, cuerpo tonificado pero nada exagerado, tiene el pelo castaño con leves mechones negros...

A veces me pregunto si serán naturales.

Todo en el es natural, querida, su rostro es hermoso, nariz delineada, ojos color verde, lleva el pelo un poco largo de un lado y eso le sienta demasiado bien, en fin, él es... Hermoso.

Subí el primer peldaño, masculle un hola, al pasar por su lado.

— ¿ Quién era ese?— preguntó.

Detuve mis pasos, aún sin voltear a mirarle.

— Es un amigo.

— ¿ Qué amigo?— replico en tono autoritario.

Olvidé decir que se cree mi segundo hermano, es un celoso enfermo, tanto que puede ser hostigante, en parte él y Marcus son una de las razones por las cuales no tengo mucha interacción con el sexo opuesto.

— Un amigo y punto— Declaro, hoy es uno de esos días en los que no estoy por ser detallista, siento su mano posarse en mí muñeca, giro obligándome a mirarle. Su mirada estaba un poco más oscura de lo normal, su ceño ligeramente fruncido. Podría jurar que estaba algo enfadado.

YO: SOY LA GORDA ©Where stories live. Discover now