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Ruidos, más ruidos... abrí los ojos algo desorientada intentando descifrar de dónde provenían , un pequeño silencio y otro ruido, hago el intento de levantarme pero me encuentro aprisionada por un fuerte brazo que rodea mi cintura, recuerdos de hace unas horas llegan a mí, la discusión y posterior reconciliación, sonrío al recordarlo, el nuevo hilo de mis pensamientos es interrumpido por otro ruido. Esté fue lo suficiente fuerte como para que Ethan despertara.

— ¿ Qué está pasando?— susurró aún medio dormido.

— No lo sé, quizás entraron ladrones— masculló mientras aprovecho la oportunidad para zafarme de su agarre, hace un pequeño puchero en desacuerdo.

Sin embargo se levanta de la cama, toma su celular de encima de la mesita y lo enciende, lo veo buscar algo, entonces recuerdo que ambos estamos, bueno la vista de su trasero es quien realmente me lo recuerde pero no me puedo quejar, la vista es digna de enmarcar . Se coloca su pantalón e interiormente me quejo.

— Espera aquí, si escuchas que digo " Scout" llama la policía.

Lo observo escéptica— ¿ " Scout"?, ¿ esa es la palabra clave?— asiente mientras sale.

Vale, crear palabras que no es su fuerte.

No puedo evitar sentirme nerviosa, observo mi habitación en penumbras, pasan los minutos y Ethan no regreso por lo cual decido colocarme un vestido y salir, busco por toda la habitación algo que me pueda servir de ayuda en caso de que deba darle soporte a mi chico, algo dentro de mi cerebro hace click y recuerdo el bate de emergencia, me agacho y lo busco debajo de la cama, sonrío al verlo ahí, todo negro, malote, esperando por que lo estrene . En momentos como este es que amo a Marcus por regalarme un bate en mi cumpleaños, claro que cuando lo hizo quise pegarle pero ahora le agradezco.

Con pasos sigilosos y bate en mano desciendo las escaleras, puedo ver la luz de la sala encendida y pequeños susurros. Todas las alarmas de mi cuerpo de activan y un escalofrío de recorre.

¿ Será que el ladrón hato a Ethan y no pudo siquiera decir la palabra clave?.

Camino lentamente y de puntitas, si algo le he aprendido a las películas de acción es que debes ser sigiloso si deseas vivir, y yo deseo vivir... también quiero que Ethan lo haga, es por ello que pongo toda mi concentración en bajar el último peldaño, giro lentamente hacia la sala y levanto mi bate dispuesta a actuar, un sólo paso dentro y la escena que veo hace que todo a mi alrededor se desmorone.

— ¿ Papá?.

Contrario a lo que imaginé la sala está hecha un desastre, los muebles en el suelo, observo algunos objetos rotos esparcidos y por último a él, arrinconado a un mueble, con una botella de lo que presumo es alcohol su rostro está escondido entre sus manos , juraría que está llorando y al imaginar tal cosa no puedo evitar el dolor de garganta. No se inmutó al escuchar mi voz, dejó el bate a un lado y me acerco, sin embargo no sé qué hacer o cómo actuar, solo me quedo ahí viéndolo.

— Señor, por favor levántese — escucho a Ethan susurrarle, él descubre su rostro y lo observa.

— ¿ Alguna vez... te has... ena... morado, muchacho—. Al escuchar la forma en que arrastra las palabras confirmo que está totalmente ebrio.

— Lo estoy, señor— susurra mi chico mientras me observa, intento sonreírle pero toda mi atención reposa sobre ese hombre que está ebrio en el piso.

— Te... daré... un consejo... aléjate ahora que puedes... porque el amor es... una maldita Mier... da.

Toma la botella que hasta ese momento soy consciente de que se encuentre ahí, justo a su lado, le da un gran sorbo. Obligó a mi mente a reaccionar, me acerco hasta a él e intento quitarle la botella.

— Déjalo, papá, tienes que descansar — aplico un poco más de fuerza de la necesaria para quitarle la botella, es ahí cuando sus ojos conectan con los míos y entonces cede, doy gracias a Dios internamente.

— ¿ Fer?— mi garganta escoció al escuchar el tono lastimero con que pronuncio mi nombre.

— Aquí estoy— Le sonrío, tomo la botella y se la tiendo a Ethan con la intención de que la aleje.

— Mi... niña— su voz se apaga, la frustración me llena el cuerpo al verlo en ese estado—. Lo... Siento tanto — hace una pausa, levanta su mano y acaricia suavemente mi rostro — , debí... tenia que evitar que ella te hiciera daño... que te obsesionara con tu cuerpo... ni... como padre... sirvo— su voz se quiebra, era la primera vez que veía llorar a mi padre y por Dios que era doloroso.

Quería consolarlo, intentar que se sintiera mejor, decirle que nada había sido su culpa sin embargo el nudo en mi garganta me lo impedía, amaba a mi padre, con locura, pero no negaré que durante muchos años espere a que hiciera algo por mí, esperaba con ansias que fuera mi salvador; deseaba con tantas ansias que apretara sus pantalones y me alejara de esa bruja que se suponía era mi " madre", pero no lo hizo, cuando quizo reaccionar ya era tarde, yo estaba en un círculo vicioso, pérdida en mi propio laberinto. No lo culpo por ello, entiendo cuán persuasiva podría ser mi madre, su carácter era inexplicablemente exasperante, narcisista y egoísta, no obstante, como un cristiano que por fè espera un milagro así esperaba yo que mi padre me defendiera.

Ethan se acercó hasta él y lo ayudó a levantarse, no me moví, no podía hacerlo, estaba perdida en mis pensamientos observándolo hecho nada por quien lo no merecía . Cuando quise reaccionar me encontraba sola en la sala.

****




— ¿ Ebrio?— Alisson me observaba como sino diera crédito a lo que acababa de escuchar.

— Odio a Hilary— declaró Maya.

— No más que yo— susurré—. Nunca había visto a papá así, parecía un despojo humano, de no ser por Ethan creo que hubiera dormido en el suelo.

— ¿ Y Marcus?— preguntó Alisson.

— No lo sé, últimamente nunca está en casa y por lo visto tampoco llega a dormir... Estoy preocupada por él.

— Él está bien— declaró Maya, tanto Alisson como yo la observamos curiosas, ella se encogió ante nuestra mirada— es decir... si estuviera mal lo sabrías, ¿ no?.

Ninguna dijo nada, desde el viaje a casa de que playa de Alisson empecé a notar los acercamientos entre Maya y Marcus pero sé que los dos son demasiado orgullosos como para reconocer que algo pueda existir entre ellos.

— Hola— las tres levántanos el rostro para observar a Asthon, estábamos en receso y como casi siempre nos escabullíamos a la parte trasera del instituto, a disfrutar del césped y el silencio.

— Hola— salúdanos Maya y yo al unísono, Alisson se levantó.

— Chicas recordé que tengo una tarea que hacer en la biblioteca, adiós — dijo todo tan deprisa que casi fue imposible entenderle, además de que claramente era una mentira, Alisson nunca iba a la biblioteca y sobre todo Alisson nunca estudiaba,¿ cómo aprobaba todas las asignaturas?, un secreto que ni Sherlock Homes descubriría.

— Está enojada conmigo — susurró Asthon por lo bajo, nos quedamos en silencio esperando a que continuara—. Desde que le dije que me iría a Londres esta así, hace casi dos semanas que no me habla.

— Te perdonará— declaró Maya— te quiere demasiado y está asustada de perderte.

— No lo parece— susurró cabizbajo — sabe perfectamente que una palabra de su parte y yo me quedaría — dicho esto giró sobre sus talones y desapareció.

Maya y yo nos observamos en silencio.

— ¿ Crees qué...?— Maya no terminó su pregunta, nos observamos y al unísono dijimos: Na, imposible...

YO: SOY LA GORDA ©Where stories live. Discover now