|19| Parte Dos

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Era indescriptible la sensación de paz que la arena entre mis dedos podía proporcionarme, es una especie de mezcla entre delicioso y placentero , si a eso le agregamos el hecho de tener a Ethan a mi lado, esto se convertía en algo idílico. Confieso que si es sueño le daré un puñetazo a quien se atreva a despertarme.

Nuestras manos estaban entrelazadas mientras caminábamos por la playa, admirando el paisaje en silencio, era uno de esos momentos en los que no hacía falta decir nada simplemente era escuchar, escuchar el sonido de las olas, la brisa suave que chocaba suavemente sobre nuestros rostros, el olor a sal y mar, ¿ para que hablar si la naturaleza se encargaba de hacerlo por nosotros?.

— ¿ Fer?— volteé a mirarlo, intento acomodar mi cabello el cual no le gustaba tanto la brisa como a mi rostro, el primero volaba a sus anchas. De hecho creo que ha sido efecto de la brisa las palabras siguientes que escucho.

— ¿ Cuándo formalizaremos con tu padre?.

Casi me atraganto con mi propia saliva. ¿ Formalizar?... ¿ Papá?... ¿ Todos Juntos?.

Joooodeeerrr.

— ¿ No quieres presentarme como tu novio ante tu padre?— preguntó en tono dolido.

Creo que pensarlo era más simple que hacerlo, ni siquiera me había acostumbrado del todo a la palabra  novio (aunque me encantaba). Tampoco quería que me malinterpretará, al ver su rostro entendí que era justo lo que estaba sucediendo, pero es que me ha agarrado fuera de base, es decir, ¿ hablar con papá?, creo que ni siquiera me había planteado la idea y no es que no quisiera todo enserio con Ethan, quería todo con ese chico pero el miedo que estaba sintiendo tras sus palabras no me permitían pensar con claridad.

— Fer.

Elevé el rostro al escuchar su voz llamarme suavemente, sus ojos me observaban con la ternura más absoluta y hermosa. Suspiré profundamente al entender que solo necesitaba esa mirada suya para sentirme capaz de comerme el mundo. Definitivamente ninguno de mis miedos era grande frente a todos los sentimientos que Ethan despertaba en mí.

Mis labios se formaron en una linea recta, mostrando mi sonrisa. Su mirada desconfiada recorrió mi rostro antes de que fundiera nuestros labios en un bórax beso.

— Lo haremos cuando quieras — susurré sobre sus labios— somos un equipo, si tu caes yo caigo, si tu paras yo paro, si ríes yo río, si quieres enfrentar a mi papá, lo haremos juntos.

Una hermosa sonrisa se ensanchó en sus labios, su mirada llegaba hasta lo más recóndito de mi interior, provocando tantas emociones que me era imposible describirlas; buscó mis labios y me besó, un beso lleno de ternura, quizás un tanto de nostalgia.

Los latidos de mi corazón se aceleraron, por instante me sentí desmayar. Ese beso estaba absorbiendo parte de mí y joder amaba sentirme así.

— Te quiero— susurró uniendo nuestras frentes mientras intentábamos recuperar la respiración.

— Y yo a ti.

(*****)

Sol, playa y arena... de saber que esto era lo que necesitaba para relajarme habría convencido a Alisson mucho tiempo atrás, en definitiva esto era vida.

Los chicos estaban jugando voleibol, mientras que yo estaba bajo una palmera observándoles. Nunca he sido muy deportista ( soy un asco) es por ello que prefiero observar y dejar que el aire relaje todo mi cuerpo. Cierro los ojos y siento la brisa tocarme suavemente, un pequeño rose en mi pierna me hace abrirlos.

Observo a Elimn sentada a mi lado, con una sonrisa lobuna. Por un momento me sentí un pequeño patito frente a un enorme león, desechó ese pensamiento tan absurdo y extraño. ¿ Es normal que todo en ella me parezca extraño?.

— Hey— saluda, le doy una media sonrisa— ¿ porqué no juegas?.

Me encojo de hombros restándole importancia a su pregunta, emite una pequeña risilla que me hace observarla.

— Disculpa, es que supongo que eres media pesadita— enarco las cejas escéptica, porque interiormente deseo haber escuchado mal.

—¿ Pesadita?— inquiero curiosa, la verdad es que esa palabrita no me a gustado.

— Ajá, pero tranquila todas hemos tenido esos momentos de estar fuera de la línea — da un sorbo a una lata de soda que lleva entré sus manos.

Trago saliva lentamente al escucharla, inhalo lentamente tratando de que su comentario no me afecte, no puede afectarme, porque ya he superado esa etapa de mi vida.

Lo he superado

Lo he superado

Lo he...

— Elimn — me escucho decir, las palabras brotan de mis labios sin poder detenerlas — Yo... Mmm... Yo... ¿ estoy gorda?.

Por un segundo creo ver una sonrisa asomarse en sus labios, supongo ha sido efecto de mi imaginación o de los nervios que en tan sólo segundos se han apoderado de mí estómago ante la espera de su respuesta, la cual honestamente no sé si quiera escuchar.

— La verdad... Sí.

Siento mi piel erizarse, asiento y n un intento fallido de que no pueda notar cuánto me ha afecto sin embargo la confianza no llega con el tiempo. Llega solo cuando estás lista para tenerla, porque sino te la mereces ella no irá hasta ti.

Mi garganta empieza a doler, duele a ver corrido para no llegar. Intento darle una sonrisa mientras ella continua hablando sin parar, es inevitable no escucharla. Algo en mi interior me dice que ella es capaz de decirme todo lo que los demás por lástima no son capaces.

— Tienes varios quilos demás, querida — se acerca hasta mi oído y susurra, ese simple acto hace que me sienta diminuta frente a ella— si yo fuera tú, me pondría a hacer dieta a Ethan no le gustan— toma una pequeña distancia y me observa de píes a cabeza —. Las gorditas.

Gira sobre sus talones y desaparece cantoneando sus caderas mientras la maraña en mi interior crece más y más, es ahí donde no puedo evitar observar su perfecto cuerpo, su seguridad al andar, no puedo dejar de ver todo eso que yo no tengo, que me falta.
El aire se vuelve tan pesando que siento no ser capaz de respirar, la arena bajo mis pies parece querer tragarme, me siento pesada, una sensación de asfixia me embarga , la cabeza me empieza a martillar, todo empieza a oscurecer a mi alrededor y sólo puedo escuchar cuatro palabras taladrar hasta lo más profundo de mi cerebro

No quiero ser gorda.

*Flashback*

— ¡ Fernanda corre!— el aire es tan pesado que no llega a mis pulmones, detengo mis pasos para tratar de recuperar el oxígeno.

Siento sus pasos acercarse.

— ¡¿ Porqué te detienes!?— me grita.

— Lo... Siento — no puedo casi hablar, púes pongo todas mis fuerzas en respirar — no puedo... Mamá.

— ¡ No puedes!— lleva sus manos hasta mi suéter, hala fuertemente de éste haciendo que levante mi rostro para verla— ¡ Tienes que poder!, no lo entiendes... Estas obesa, llena de grasa y por ello te ves así — su mirada recorre mi cuerpo con asco.

Lágrimas empiezan a descender por mi rostro.

— No puedes estar gorda, no lo vez... Nadie te va a querer, todos te rechazaran — zarandea mis hombros y siento el dolor sobre éstos —. grabatelo bien, Fernanda... No serás gorda, repitelo.

No puedo hablar, estoy dedicando todas mis fuerzas a respirar, siento el ardor en mi mejilla tras la cachetada que me acaba de propinar.

— ¡ Que lo repitas te he dicho!,

— No seré... Gorda — susurro entre lágrimas.

— ¡ Más fuerte!.

— No seré gorda...— lágrimas descienden sobre mi suéter pero eso no la detiene, nunca lo ha hecho.

— ¡ Más!.

— ¡No seré Gorda!.

* Fin Flashback*.
                  

YO: SOY LA GORDA ©Onde histórias criam vida. Descubra agora