🌹C.12🌹

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🌹Coraline🌹


En la mañana siguiente al despertar, Coraline apenas recordaba de lo que había sucedido en la noche anterior por haberse dormido tan profundamente. Las 5 cervezas le afectaron un poco y se encontraba en un leve estado de confusión, pero casi ni le importó ya que se sentía bastante cómoda... Porque no tenía idea de cómo y con quien estaba. De a poco fue despertando y el efecto de un buen sueño atrasado provocado por el estrés y los estudios, y ella abrió los ojos como platos horrorizada al sentir unos fuertes brazos a su alrededor.

- Que diablos... -refregó sus ojos pero su vista era borrosa debido a que no tenía sus lentes puestos; podía distinguir algunas formas que estaban cerca, y afortunadamente sus gafas se encontraban en las manos de él.

La sala era un completo desastre; habían muchas palomitas esparcidas por la habitación, botellas de cerveza y las envolturas de la comida rápida. Coraline quiso levantarse para alejarse de él pero Marcel la abrazó con más fuerza, acortando la distancia entre sus rostro. Lo malo no era la posición ya que, de cierta y extraña forma, a ella le agradaba; lo malo era que sin sus lentes él ya no era Marcel, sino Harold. Estaba profundamente dormido, no era consiente de lo que hacía, pero ella sí y quería salir de esa terrible e incómoda situación...

- Maldición -gruñó sin poder despegarse de él. No tenía ni idea de cómo ni porqué acabó de esa forma sobre él; se negaba a pensar lo peor, hasta que recordó perfectamente su agradable y escandalosa escena de locura; quiso que la tierra la tragara para regurgitarla en África lejos de él porque eso fue en definitivo una humillación...

Marcel comenzó a despertar lentamente y ella se mantuvo totalmente inmóvil para evitar que despertara por completo; su plan era escapar de allí sin que él se diera cuenta, o de lo contrario deberá enfrentarlo...

La suerte no estaba de su lado; el chico hizo una mueca a punto de abrir los ojos. Coraline no pudo pensar nada mejor que fingir continuar dormida sin tener en cuenta el pequeño e insignificante detalle de que tenía sus gafas puestas. Marcel se dio cuenta de inmediato y sonrió divertido pero no fue tan tonto como para desaprovechar la situación; la estrujó y hundió la nariz en su cabello para inhalar su fresco aroma a limón.

En definitivo Coraline quería morir, quería alejarse de él inmediatamente y volver a casa para darse una ducha urgente. Eso era demasiado, no podía soportar ni un segundo más en su propia farsa. Era momento de acabar de una ves por todas...

- Sé que estás despierta, Reina -gruñó él con su voz ronca y le besó la cabeza. Ella no pudo evitar morder su labio inferior con fuerza y maldijo de un millón de formas por dentro.

Lentamente Coco levantó la mirada para encontrarse con la de él y sonrió fingiendo timidez...

- Hola -intentó parecer inocente pero con esa cara de maldita, el mismo diablo se retorcía de risa.

- Buen día -quiso besarla pero ella aprovechó su distracción y se apresuró a ponerse de pie, alejándose de él.

- Maldición ¡Que desastre! -exclamó "sorprendida", y como nunca comenzó a ordenar todo. Sin importar que fuera su enemigo, se sentía un tanto incómoda y culpable por haber hecho tal desastre con las palomitas de maíz.

Marcel se encontraba medio adormilado y no pudo evitar bostezar de tal forma que parecía estar a punto de tragarse a la chica; se estiró y todos sus huesos tronaron debido a la mala posición en la que había sonido por la noche, pero de todas formas él sentía que había dormido cómoda y plácidamente...

Désaccord (1)Where stories live. Discover now