🌹C.21🌹

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Temprano por la mañana, mientras Leila desayunaba tranquilamente y leía un libro que debía repasar para sus clases, Coraline entró por la misma ventana que salió la noche anterior. Obviamente Ll no sé preocupó demasiado por ella, sino que estaba molesta.

Luego de haber estado tan preocupada durante días en vano, sus sentimientos de mejor amiga pasaron a ser otra cosa...

- Buen día. - la saludó descaradamente, y Leila simplemente levantó la mirada; ni siquiera movió la cabeza. Ella la observó durante un par de segundos y luego volvió su vista a las páginas de su libro.

- Te odio. No me dirijas la palabra. -gruñó ofendida. El verla tan animada y entusiasmada, como si jamás le hubiese pasado nada o si todo fuera perfecto otra ves, la ponían aún peor.

- Ni mi dirigis li pilibri. - la imitó para burlarse de ella descaradamente y sacó una cerveza del refrigerador.

- ¿A dónde fuiste? ¿Porqué de la nada estás de tan buen humor? -cerró su libro definitivamente y se puso de pie cruzada de brazos frente a C, quién bebía y comía como sí nada. Evidentemente tenía mucha hambre, porque la muy maldita se preparó un súper sándwich con todas las porquerías que tenían en el refrigerador; incluso le colocó una porción de pizza, papas fritas y algo de atún que Leila ni siquiera sabía que tenían...

- Juntando para el nuevo auto de mamá. -sonrió divertida y del interior de su chaqueta sacó un gran fajo de billetes.- Ya que tus padres no te han dado el tuyo hasta el momento...

- Que es lo que...

- Al parecer, tú querido ex novio está trabajando para alguien que le está pagando por entrometerse en los planes de nuestro querido amigo Paul, y él, al saber que nosotros conocemos muy bien a la mayoría de esos idiotas, nos ha pedido que lo ayudemos a eliminarlos. Y esto es solo un pequeño adelantó, bby. -le guiñó un ojo divertida y malvada a la ves.- Todo a vuelto a ser lo que era. Hemos vuelto al trabajo normal.

- ¿Porqué no me lo dijiste? Directamente te fuiste y...

- Tú estabas con nuestro quiero y atractivo amigo All. No quería estropearte la oportunidad de pasar una agradable noche a solas con él. - C le guiñó un ojo y se sentó sobre el pequeño sofá para comer tranquilamente.

- Eres una estúpida. - la insultó molesta.- Si esta noche vuelves a salir, yo quiero ir contigo. Necesito despejarme un poco... Sacar la cabeza de los libros un momento.

Sí... de los libros...

- Si tú quieres... Paul está como loco. ¿Recuerdas al Francés ricachón al que debíamos ver en aquella fiesta de gala? ¿El que me coqueteó y por un momento creí que podría llegar a ser el idiota que me mantendría económicamente en un futuro? Lo mataron. -gruñó, quitándose la peluca y mordió su súper sándwich de mala gana.

- ¿Qué te sorprende? Respecto a los hombres, estás tan jodida como yo, estúpida. ¿Porqué lo mataron?

- Paul no quiso darme demasiada información al respecto. Yo quise averiguar un poco más debido a que también siento algo de curiosidad por saber en qué baile estará metido, tanto él como Zayn, pero no quiso hablar. Lo único que sé es que nos necesita desesperadamente y está muy dispuesto a pagarnos un buen dinero por volver.

- Si... -dijo Leila. Por un instante quiso mencionar a Marcel y Louis, hasta que recordó que, según Alex, podría existir una posibilidad de que su repetido decaimiento se haya debido a en los y no quería volver a pasar por el mismo problema.

<<Seguramente se fueron por el compromiso de Louis. Esos idiotas ya no están mas en nuestras vidas y no quiero que vuelvan a aparecer. Ya causaron suficientes distracciones>> pensó Leila para sus adentros.

- Debes irte a La universidad. El autobús pasará en unos minutos, y si lo pierdes, también perderás tu primer clase. - le dijo Cc, sacándole de sus propios pensamientos.

- Sí... ¿Tú no irás? No tienes idea de cómo me han preguntado tus profesores por ti.

- Hmmm he decidido tomarme unos días. -habló con la boca llena, y para huir de la conversación salió del pequeño living para ir a su habitación.

Leila no pensaba dejarla ir tan rápidamente, así que la siguió.

- Coraline...

- No me llames así. -gruñó bastante seria mientras se cambiaba de ropa.

- ¿Me dirás qué diablos es lo que te sucede? Tú sabes que no soy tonta, y que tampoco soy ingenua. Algo sucedió con Styles. ¿Qué sucedió con él? ¿Por qué no quieres volver a la Universidad?.

Coco simplemente se mantuvo inmóvil durante un par de segundos y le negó la mirada.

- Se te está haciendo tarde. Nos vemos a la noche.

Sin decir nada más, Leila se retiró de la habitación, tomó sus cosas y se fue del departamento dando un fuerte portazo en mi entrada, sintiéndose muy molesta con Coco nuevamente.

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Al volver a casa luego de un frustrante día de universidad sin su amiga, Leila se sintió frustrada y somnolienta. Ya no deseaba salir como antes, ella quería volver a su cama y dormir hasta la semana siguiente; pero inesperadamente se topó con una situación que no esperaba tener que soportar. Al entrar al departamento le llamó la atención ver a Coraline se encontraba ya vestida para salir, y caminaba por la pequeña sala de estar y la cocina con sus altos tacones de aguja de un lado a otro nerviosamente; luego, lanzó su teléfono contra la pared completamente furiosa, y este estalló en mil pedazos.

Algo grave acaba de suceder.

- ¿Estás loca? Que acabas de...

- Tenemos problemas, y esos malditos imbéciles también los tendrán. - gritó furiosa. Tomó una silla del comedor y la tiró lejos debido a la ira que se apoderó de ella.

Parecía una demente a la cual los tornillos firmes que le quedaban, se le hubiesen alojado por completo.

- ¿Quiénes? que...

- Marcel y Louis o Harry y Will... ¡Como se llamen! Esos bastardos nunca se fueron. Paul acaba de llamarme y me dijo que esos estúpidos se infiltraron de alguna forma a su empresa. Robaron algo que necesita recuperar... no me dijo que es -gruñó. Leila estaba sorprendida por eso, pero aún así no se sentía tan molesta como su amiga castaña...

- ¿Porqué estás así? - le preguntó.

- Nada -respondió, revolviendo su cabello y acomodándolo nuevamente.

- ¿Sabes qué? Ya me canse de ese "Nada". Ahora mismo me dirás que diablos está pasando. ¡¿Que sucedió con Marcel?!

- ¡No pasó nada! ¡Dios! -gritó ya cansada por lo insistente que resultó ser.

- Te niegas a hablar conmigo como si nos hubiésemos conocido hace apenas 2 días. ¿Sabes qué creo que es? Tú estas enamorada de él. Eso es lo que sucede. -dijo y Cc la observó extrañada durante un par de segundos.

- Estás loca. -negó con la cabeza.- Sé donde está y debo matarlo esta noche. -dijo, hablando consigo misma y se dirigió a su habitación.

Leila la siguió por detrás y cada ves se sentía más nerviosa de ver a su amiga tan paranoica.

Coco buscaba sus armas y su peluca. Comenzó a prepararse rápidamente para salir.

- Coco... - la llamó.

- Voy a encontrarlo esta misma noche y lo mataré. Estoy cansada, tanto de ellos como de ti y tus estúpidas especulaciones respecto a mí.

- ¿Demostrarme qué? Estás paranoica y demente. ¿No te has dado cuenta de lo que vas a hacer?

- ¡Sí! ¡Soy completamente consciente de lo que voy a hacer, maldita sea! -explotó, ya cansada de tener que oír la insistente voz de Leila.- Tú crees que soy igual de estúpida que tú como para enamorarme tan fácilmente de un idiota, pero no es así. Sí, admito que pude haber llegado a tener cierto grado de interés en él; pero eso no puede suceder. ¿Crees que yo estoy demente? ¡Mírate a ti! Insistes en una ridiculez. No piensas con la cabeza. Si realmente fueras mi amiga, apoyarías mi decisión. Debemos eliminarlos a ambos porque sabes que no son nada más que un jodido estorbo. - le escupió en la cara sus palabras llenas de ira.

- Voy a ignorar tus ofensas hacia mí  simplemente porque quiero pensar que solamente estás molesta y no que realmente piensas eso de mí. -lloró con la voz quebrada y sus ojos vidriosos.

- Leila... -dijo y le negó la mirada, colocándose su peluca de una ves.- No puedo permitir que él continúe viviendo. Tenías razón ¿Okey? -admitió.- Él... me agrada. Ha llegado a ser sorprendente para mí, y durante ese fin de semana... -permaneció en silencio durante un par de segundos. El confesar aquella gran verdad le dolía enormemente, de una forma que nunca nadie podría llegar a imaginarse.- Es por eso que me niego permitirle seguir viviendo. Yo no pienso acabar como la estúpida de mí madre, y mucho menos ser una tonta ingenua. Tú quieres que no piense con la cabeza pero... No puedo hacerlo.

- Sí, sí puedes. -se apresuró a tomarla por los hombros para que la mirase a los ojos.- Tú no eres tú madre y tampoco vas a acabar como ella. Marcel... Harold... como sea, tampoco es tu padre. Talvez sí parezca ser un maldito traidor y farsante, pero recuerda que tú también y aún así jamás serías capaz de fingir interés puro hacia alguien en especial.

- No me hables de esas estupideces, por favor. -hizo una mueca asquerosa.

- Sí, te voy a hablar de eso porque sé que tú también quieres hacerlo. Él te gusta y mereces darte una oportunidad. No puedes...

- Basta, Leila. Es mi vida, y yo tomo mis propias decisiones. No insistas más. -le pidió, hablando con firmeza y sinceridad.- Voy a hacer esto, quieras o no. Está en tus manos el decidir si quieres hacer esto conmigo, o no. En el caso de que te niegues a aceptar apoyarme en esto, supongo que... yo deberé encargarme de Louis y... Ya no podremos ser compañeras. No más.

- ¿Tienes que llevarlo hasta esos extremos? - la miró sorprendida y horrorizada a la ves.

- ¡Estás intentando obligarme a hacer algo a lo cual me niego a hacer por una estupidez! Pones en primer lugar algo que pudiese o no ser una posibilidad antes que yo. Eres la única a la que le he contado a qué se debe mi manera de pensar y aún así te atreves a insistir, dándome a entender que en realidad no te importa.

- ¡No es así! Yo solamente quiero ayudarte...

- Entonces ayúdame a deshacerme de lo que realmente es un problema, tanto para ti como para mí, y volvamos a ser como antes, como en realidad somos... -le ofreció su mano.- Ellos en realidad no son nadie, y jamás lo fueron, porque sabes que en el mundo al cual pertenecemos no existe la verdadera amistad.

Leila lo pensó durante un par de segundos y un par de lágrimas cayeron por sus ojos, a pesar de todo, ella sí sentía algo por Louis y no quería matarlo; pero tampoco quería perder la amistad de la única chica que la ha apoyado tanto durante tantos años.

Ll aceptó la mano de C y la apretó con fuerza.

- Somos las dos contra el mundo. -aceptó la morena, esforzándose por sonreír.

- Y nadie más. -confirmó la castaña, antes de soltar su mano y retomar lo que estaba haciendo. Volvió a prepararse, y Leila tuvo que ir a su habitación en busca de un atuendo para usar para salir.

- Y... ¿Qué hay de Alex? -preguntó dudosa desde su habitación.

- Él... se podría llegar a considerar como la mascota. -pensó Cc desde el cuarto de baño donde se colocaba cuidadosamente sus lentes de contacto con color.

Una ves listas, ambas salieron del departamento. La noche anterior logró obtener "prestado" un nuevo auto, así que no había necesidad de tomar el autobús o ir caminando. Coraline condujo hasta el bar donde ella suponía que esos dos se encontraban, y con un pequeño mensaje se Paul recibido 10 minutos después de salir, lo confirmó.

Ambas se quedaron en el interior de vehículo estacionado bajo la oscuridad durante largo minutos, esperando a que esos dos salieran de ese lugar para poder atraparlos más fácilmente.

- Ya tengo un nombre para este Bb -dijo Cc mientras acariciaba el volante del vehículo- Batco.

Leila la observó detenidamente durante un par de segundos sin lograr comprender.

-... Ay, Jesús -silbó haciendo caras como si estuviera loca... Bueno, ya lo estaba.

- Ok trasero de yunque, afuera. - la corrió del auto y Leila la miró nuevamente.

-... ¿Ah? ¿Porqué?

- Paul me acaba de enviar un mensaje. -dijo, chequeando su teléfono.- Tiene a dos espías allí dentro de él bar. Mark y Boris los están observando y Louis está a punto de salir.

Leila tragó saliva con fuerza. No quería tener que hacer nada y mucho menos enfrentarse a aquella situación.

《Debo matar a Louis. Por lo menos... creo que así acabaré finalmente con su padecer 》 pensó para sus adentros. Intentaba auto convencerse para tomar valor, salir e ir tras él; pero luego recordó el resto de las cosas que le había contado. Louis está obligado a cumplir con su trabajo  solamente porque es responsable de mantener a su madre y a sus hermanas. Él tiene una familia.

- ¡Leila! -exclamó C, sacándole de sus pensamientos.

- ¿Qué?.

- Allá va. -señaló hacía la entrada del Bar, por la cual él salía medio tambaleando. Estaba completamente ebrio otra ves.- ¡Vamos!

- ¡Ay, ya voy! -exclamó saliendo rápidamente de allí y suspiró profundamente nerviosa.

¿Qué pensaba hacer?

Ella también debió ser sincera con su amiga respecto a lo sucedido entre él y ella aquel fin de semana. Coraline no fue la única que tuvo una experiencia... interesante. Posiblemente sí Leila le hubiese contado, la  situación podría ser diferente; pero era tarde.

Leila salió del auto y se escabulló para ocultarse bajo la oscuridad de la noche. Le lanzó a su amiga una última mirada y salió de allí para ir tras él.

Louis iba cruzando hacia otra cuadra, andaba medio perdido, así que debía apresurarse por atraparlo. Luego salió su amigo de aquel bar, y se veía alarmado. Al parecer lo estaba buscando, porque primero miró a la derecha intentando agudizar su vista, y justo cuando miró a la izquierda, Leila logró atraparlo y ocultarlo en un callejón; cubriendo su boca para que no hiciera ruido. Marcel no pudo verlo a tiempo, y por ello optó irse caminando a paso veloz por la derecha.

- Lo siento, styles. -murmuró C por lo bajo, hablando consigo misma.- El trabajo es primero.

Salió del auto y lo siguió de manera sutil.

Los chicos malos están por doquier, pero las chicas también; y ellas, son aún peor.

Désaccord (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora