🌹C.10½🌹

824 76 9
                                    

Al finalizar sus clases, Nathan le pidió a Coraline que lo acompañara a la biblioteca porque debía utilizar el internet para acabar un trabajo; ella aceptó solamente porque pensó que allí encontraría a Marcel, y tenía un plan bastante interesante para molestar a Nathan que lo incluía...

<<No tiene idea de con quién se ha metido>> ronroneó la voz de Colder dentro de su cabeza, y a Coraline por poco se le escapa una risa malvada.

— Ven, allí hay un lugar disponible –dijo el chico rubio señalando una computadora, y la tomó de la mano para arrastrarla hacia  allí y obligarla a sentarse junto a el.

Coco buscaba a Marcel con la mirada pero no había ni rastro de su presencia. Por un momento se le ocurrió que podría estar entre las estanterías o con la bibliotecaria ya todos los días se encontraba en el mismo lugar, pero ésta vez no, él se encontraba sentado detrás de ella y el rubio, observándolos a través de el reflejo de su pantalla en silencio; se mantenía cubierto pero atento. No quería ser visto; planeaba oír toda su conversación...

— Bien, aquí está –Nathan llamó la atención de C para que observara la pantalla pero lo observaba con total desinterés debido a que ya sabía qué hacer, no necesitaba consultar nada en internet. El chico le hablaba y explicaba sus planes mientras ella miraba detenidamente el techo en busca de un agujero– Coraline ¿Me estás prestando atención? –le preguntó un tanto disgustado.

— Sí, está bien –respondió, y cuando levantó la mirada dio un salto del susto alejándose de Nathan al instante; nadie entendía que demonios le sucedía.

— ¿Qué sucede? –quiso saber él, alarmado por su repentina reacción tan extraña.

— ¡Hay una araña en el teclado! –exclamó aterrada, alejándose cada ves más de él y el pequeño arácnido de patas largas.

¿Quien lo diría? La gran Reina de hielo que no le teme al peligro o la muerte, le tenía fobia a una pequeña añarita inofensiva.

— ¡Oh! –dijo él al verla y la corrió con una hoja; luego siguió escribiendo como si nada, a diferencia de ella que aún no quería ni acercarse– No te va a comer, solamente era una simple arañita. Ven aquí, ya se fue...

— Para ti –gimió nerviosa y se acercó lentamente observando en todas las direcciones; saltaba de ves en cuando sintiendo la desagradable sensación que le había provocado en su piel.

— ¿Le temes a las arañas? –preguntó Nathan divertido, casi a punto de reír.

— No... Bueno... Me agradan cuando están lejos de mí y no se mueven; mientras no se acerquen a mí todos los insectos me agradan, a menos que los malditos tengan alas, a esos los detesto de todas las formas...

— Dios –rió él.

—No te burles de mí –se quejó molesta.

— Estás traumada.

— Es maldita quería matarme –se quejó en su defensa, sin exagerar– Estaré por allá si me necesitas, no quiero estar aquí mientras esa desagradable plaga siga aquí –señaló la sección de astronomía antes de ponerse de pie y alejarse de él. Nathan la dejo ir ya que no quería continuar soportando su histeria.

Marcel prestó atención a cada segundo, lo cual le había dado una agradable idea para la noche. No podía poner películas de terror porque Coraline las detesta, pero sí podía poner de cualquier otro genero que, sin ser de terror, podría llegar a espantarla lo suficiente como para lanzarla a sus brazos. Procurando que Nathan no lo viera, Styles se puso de pie y se dirigió hacia la sección de astronomía para buscarla; quería aprovechar el momento para charlar con ella a solas. Se asomó por la estantería del sector de al lado y la observó examinar detenidamente un libro viejo, tomó valor y se obligó a acercarse a ella. Caminó lentamente en silencio para sorprenderla, y una vez que se encontró detrás suyo sin que se percatara de su presencia, pellizcó su cintura provocando que esta diera un salto sorprendente; se encontraba tan nerviosa que lanzó el libro por los aires. Tuvo mucha suerte de haberlo podido atrapar antes de que se rompiera y sus hojas volaran por los aires...

Désaccord (1)Where stories live. Discover now