1. PREFACIO

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Aquel territorio no pertenecía a ningún lugar, simplemente no existía, sólo era oscuridad. Ante la noche eterna lograba distinguirse una figura humana sentada junto a su halcón de compañía sobre una pequeña roca.

―Por fin has llegado ―dijo―. Parece que ya han empezado a moverse.

―El viejo Lobo Azul ha enviado a su cachorro a proteger la zona cercana a la capital de Iderio. No ceja en su empeño de retar al destino. Eso nos puede otorgar cierta ventaja.

―Los dos sabemos que jamás lo logrará; sin embargo, el clan del hielo será nuestro aliado y no solo ellos; tu hijo también se incorporará; entrenará al chico, deberá proteger a la luz que más brilla para lograr el éxito en esta contienda.

―Tu futuro se está cumpliendo, lucharemos para darles una esperanza. Ellos cumplirán su destino, esta vez no habrá huidas, ni segundas oportunidades. ―La figura alta de cabello dorado dio media vuelta, regresando a la oscuridad. Aunque se paró solo un momento a escuchar a su compañero.

―Cruel destino y a la vez única esperanza. Solo podemos depositar nuestra fe en los herederos de la luz.

―Cuídate, alquimista ―dijo en forma de despedida―, hasta nuestro próximo encuentro.

―Hasta pronto, Egion del reino de los elfos.


HEREDEROS DE LA LUZWhere stories live. Discover now