11. Un nuevo poder Prt.2

5 2 0
                                    


Dreid decidió reposar en el interior del templo de Ve-Gor junto al resto de sus compañeros. Aquella sería la última noche que el semielfo compartiría estancia con sus amigos, pues ya había decidido marchar en busca del que acabó con la vida de Lennan. Baren, preocupado por su maestro e incapaz de conciliar el sueño, se dirigió al exterior al contemplar una luz proveniente de una pequeña hoguera creada por Nisha.

―Adelante ―invitó Nisha a sentarse al joven junto al fuego―. Hoy no resulta fácil descansar bajo el manto de los sueños.

―Lamento la pérdida ―aquella era la primera vez que Baren hablaba con el joven de ojos rojos.

―Puedo ver que vuestras palabras son verdaderas, eso consuela mi espíritu. Sagras me dijo que algún día mi destino me llevaría a conocer seres fascinantes. El mundo es mucho más grande que nuestra pequeña herrería, y me alegro. Pero también he descubierto el deseo de venganza...un deseo que no deja de aumentar en mi corazón... Se lo debo a Lua y Kyria. Espero que algún día vuestros caminos os lleven hasta nuestro hogar brindándoos la oportunidad de conocer a las personas que Sagras más ansiaba proteger. Las personas por las cuales yo cedería mi vida. Lua me entregó una familia cuando yo creí haber perdido todo. ¿Tenéis familia, Baren? ―Nisha no dejaba de observar las llamas y únicamente cuando le preguntó fue cuando le miró directamente a los ojos. Aquel joven era desdichado, pero decidido. Baren quedó fascinado por aquella mezcla de sentimientos encontrados.

―Dreid y Agoyh son mi familia... Mi verdadera madre falleció al darme a luz, y mi padre murió cuando apenas era solo un niño a manos del ejército de Ukog... Ambos murieron por mí. ―Sonrió tristemente el joven.

―En cierto sentido vuestra venganza se ha visto cumplida. La mía no ha hecho más que empezar ―el tono de Nisha bajó hasta ser un susurro―, hay alguien a quien deseo arrebatar su vida.

―Mi lucha no presenta otro objetivo que entregar a los demás la oportunidad de devolver la felicidad a sus corazones, al igual que me fue entregada a mí al conocer a Agoyh y a los demás.

―Grandes son las diferencias que nos unen joven amigo.

―El alba pronto hará su aparición. Volvamos al interior del templo, temo que Dreid parta en busca del responsable de la muerte de Lennan.

Al internarse en el templo alertaron a los lobos que custodiaban las puertas, tras dejarlos pasar se unieron al semielfo que ya se disponía a partir, retenido únicamente por Agoyh, que había acompañado a Aruc a descansar.

―No me es fácil admitir las evidencias, pero parece ser que Ukog no era más que un ser manipulado por el Consejo de Loudim desde la sombra ―admitía Agoyh―, Lennan fue derrotado por dos de los hechiceros más poderosos que pueblan estas tierras. Era un hechicero excepcional. ―Un enorme poder colapsó el templo, alguien capaz de romper la protección levantada por Lennan y Eria había entrado. Un fuerte viento azotó las entrañas del templo―. ¡Todos a cubierto! ―alertó el maestro del hielo. Aruc y Riv pronto se prepararon para el combate, creando las primeras protecciones.

―Posee un espíritu mágico extraordinario ―intervino Riv―, se trata de un hechicero de mi orden, el viento responde ante él.

Un fuerte viento se alzó ante ellos, ni siquiera Riv fue capaz de controlar las fuertes corrientes de aire, pronto Aruc tomó la decisión de crear una enorme barrera de protección. La hechicera miró hacia su madre que permanecía en la prisión de hielo. El fuerte viento se desvaneció dejando tras de sí un ser alto, estilizado, de orejas puntiagudas y larga cabellera dorada. Dreid reconoció aquel rostro, un rostro que había buscado durante largos años. La barrera de Aruc se desvaneció.

HEREDEROS DE LA LUZWhere stories live. Discover now