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Narrador.

Liam estaba muy preocupado, Harry cambió radicalmente a poco de irse Louis, ya no sonreía, no quería salir con él, lloraba todo el rato y ni siquiera sus besos o caricias lo reconfortaba como antes.

No sabía que podía estar pasando y Harry no se lo quería decir, Liam pensó que se trataba de algo familiar muy grave y que los Styles no querían airear, le dolía mucho ver a su novio así.

Ya no iban a comer, ni a pasear, ni siquiera al centro comercial a la sala de juegos o incluso a bailar, Harry sólo iba a la escuela se sentaba pasaba toda la mañana ido como un zombi.

A veces sin avisar a Liam se iba en su moto y ni aparecía por clases, su trabajo también se vio afectado, sus padres creían que su hijo estaba pasando un episodio muy grave de depresión y decidieron no dejarle ir a trabajar, así que Harry se perdía por horas y horas y Liam no sabía nada de él.

Liam se lo reprochó miles de veces, pero Harry lo miraba con sus tristes y ahora rojos ojos pero no decía nada se limitaba a encoger sus hombros.

Una noche Harry no regresó a casa, sus padres volvieron del trabajo y él no estaba, llamaron a Liam y éste no sabía nada de él, llamaron a hospitales y a la policía, que lo encontró a la mañana siguiente, gracias a un radar que le sacó una foto a la matrícula su moto por pasarse de velocidad en la autopista.

Harry pasó la noche con unos nuevos e indeseables amigos, que vivían en un barrio marginal lleno de delincuencia al otro lado de la cuidad.

Tenían una filosofía de vida muy básica, llena de alcohol, drogas y coches robados.

Harry los conoció en la primera semana que pasó sin Louis, en uno de los bares a los que iba en vez de ir a la escuela, las primeras veces entró con miedo, pero poco a poco fue encontrado un lugar en el que se sintió cómodo y no pensaba en la tristeza.

A Harry ya le daba igual todo, Louis se fue dejándolo vacío y durante ese primer mes sin él, no encontró nada mejor que eso para llenar su existencia, además esos chicos y chicas lo aceptaban como era, sin hacer preguntas ni reproches.

Cuando la policía lo encontró lo llevaron a la comisaria, ya que estaba con esos delincuentes que rompían las ventanas de un edificio abandonado, estaba bebido y bajo los efectos de alguna droga, opuso resistencia y lo metieron en el calabozo.

Sus padres aterrados al ver en lo que su hijo había llegado, decidieron recluirlo en un Centro para superar sus adicciones y superar esa tristeza.

No sabían a que se debía esa depresión, pero que era muy profunda y dolorosa, ya que había pasado de ser su dulce, inteligente y trabajador hijo a convertirse en un delincuente amargado, borracho y drogadicto.

El primer mes que Harry estuvo en el Centro, lo pasó durmiendo y llorando, no comía y no quería tomar la medicación que el médico le recetaba.

Tampoco quería recibir visitas ni cartas, ni llamadas, en cuanto le decían que era sus padres o Liam se volvía a la soledad de su celda, porque eso era para él esa habitación en ese lugar, una celda.

Cuando llegó el segundo mes, Harry empezó a interesarse por hacer algo con su tiempo, descubrió la fotografía, el centro poseía talleres con distinta temática para sus pacientes, había taller de lectura y poesía, el de teatro, el de carpintería y el de fotografía.

Sus padres al enterarse de su pequeña mejoría, le proporcionaron todo lo necesario, la mejor cámara del mercado y el distinto material que le fuese necesario, todo era poco para que su hijo encontrase el camino de vuelta.

Harry poco a poco salía de su reclusión, pasaba horas en los jardines fotografiando flores, pájaros incluso a otros pacientes como él que le resultaba curioso retratar.

También se fue abriendo a los demás y empezó a participar en las charlas con su terapeuta y otros pacientes, contando alguna cosa que había retratado o pensaba retratar.

Cuando las cosas se ponían serias e intentaban sonsacar la raíz de su depresión, Harry se volvía a cerrar en banda, era un paso atrás pero valía la pena.

Cuando Harry empezó a sonreir de nuevo, volvían a empezar con las terapias, los sedantes en vena lo mantenían tranquilo y ya no gritaba, ni se arañaba en las noches.

Una tarde el Centro, organizó para los familiares una jornada de puertas abiertas para mostrar los trabajos que los pacientes hacían.

Los padres de Harry acudieron con miedo porque temían el rechazo de su hijo, pero no fue así, él les enseñó sus fotografías y mosaicos que hacía usando distintas fotos con tonos y tamaños varias con las que formaba un dibujo aún mayor.

Los señores Styles estaban muy orgullosos del talento de su hijo con la fotografía, pero sobre todo lo estaban por sus progresos personales.

Y aunque Harry aún no permitía que otra persona lo besara o abrazara, por sorpresa ese día él acarició la cara de su madre y estrechó la mano de su padre, era otro progreso que los enternecía, quizás a partir de ahora permitiese alguna vez visitarle.

En estos tres meses desde que Louis se fue Harry cayó en un pozo que jamás se pensaba que saldría, tocó fondo cuando la policía lo encontró y sus padres lo internaron, él estaba enfadado, triste, sediento y quería las drogas para olvidar el dolor, pero ahora día a día daba pequeños pasos, día a día superaba, aunque su amor por Louis seguía latente dentro de él.

Liam estaba muy mal también, echaba mucho de menos a Harry y se preocupaba por su salud mental, aunque la madre de su novio lo mantuviera informado de sus avances y luego estaba Louis, que hacía ya tres meses que se había ido de vuelta Londres y tampoco sabía nada de él.

45. Tu novio - tu vecino, mi gran amor.  ❤(Larry Stylinson)~ (Terminada).Where stories live. Discover now