-XII-

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Narrador.

En los nueve meses siguientes que Harry pasó en el Centro hizo grandísimos progresos, después de la visita de sus padres en la jornada de puertas abiertas, permitió que lo visitaran.

Empezaron con una vez al mes, luego una vez cada quince días, después una a la semana y últimamente los ve los sábados y los domingos de cada semana.

También permitió que Liam lo llamase y le mandase cartas y regalos, pero no quería verlo.

Liam se creía que era porque no lo había hecho bien con Harry, que no era feliz y su enfermedad lo había echo incapacitado para el amor.

Pero aún así, Liam se conformó con oír su voz por teléfono y mandarle unas letras para que él supiese que lo quería y lo apoyaba en su recuperación.

Harry no quería ver a Liam porque se sentía culpable, le atormentaba la idea de tener frente a él a ese chico que solo hizo quererlo incondicionalmente y que siempre lo trato con respeto y cariño.

Se sentía un ser despreciable, por haberlo engañado y mantenerlo ilusionado cuando él solo sentía afecto.

Y cuando Louis irrumpió en sus vidas, tampoco fue sincero con Liam, calló  por miedo a que ellos discutiesen y Louis se fuese antes de tiempo.

Harry amó a Louis desde el día en que lo conoció y así sería hasta el día que Dios decidiese llevárselo, por eso no podía enfrentarse a Liam ya que él esperaba un amor que jamás llegaría a sentir.

Liam tenía que verlo como un amigo, y si eso conllevaba que pasase más tiempo pues así sería, algún día se cansaría y conocería a alguien que lo llegase a amar como se merecía.

Harry pasaba las horas del día en el taller de fotografía, adoraba ese lugar, allí se evadía de sus problemas y no pensaba tanto en Louis.

Un año había pasado desde que conoció a Louis y su recuerdo seguía vivo dentro de él.

Cada noche volvía a revivir sus caricias, sus besos, su cuerpo sudoroso y jadeante penetrandolo hasta caer exhaustos, sus ojos azules, esos diabólicos ojos que lo observaban a todas horas y no podía olvidar.

Cada noche su mente le jugaba malas pasadas haciéndole creer verlo en la oscuridad y que se metía en su cama y se aman como antes hicieron, pero no es así solo son sueños y pesadillas que lo dejan aún más sediento de Louis.

Su terapeuta había estado intentando que hablase de su depresión, llegar a su raíz, que Harry afrontarse sus miedos y de una vez dijese abiertamente lo que lo bloqueaba su mente.

Un día inesperado Harry lo dijo, en una de las tantas charlas que solían tener en el Centro, habló de un amor que lo ahogaba, que lo atormentada y que le consumía lentamente, y le resultaba imposible de olvidar, pero jamás dijo su nombre.

A partir de ahí su terapeuta, lo guió para enfocar su futuro en la fotografía y conseguir ordenar a su mente, entendiendo que Louis había sido un amor que pasó y si estaban destinados, la vida los volvería a reunir.

Harry superó muchas cosas y después de un año allí dentro, por fin, un día por primera vez tubo deseos y la fuerza suficiente para  enfrentar su vida.

Los médicos no le dieron el alta totalmente, pero Harry hizo la prueba volviendo a casa con sus padres, por una semana, ellos estaban muy contentos había sido un largo año de sufrimiento, de velar por la salud mental de su hijo y con el miedo constante de que se hiciese daño o no se recuperase jamás.

En las primeras noches Harry se sintió muy extraño en la que era su habitación, extrañaba su celda en el Centro, con el tiempo aprendió a apreciarla y era como su refugio.

Además su antigua habitación le traía el recuerdo de aquella primera vez que él y Louis habían compartido  placeres en los brazos del otro, los besos, las caricias todo volvió a su cabeza, la despedida, el baño del aeropuerto, verlo alejarse, pensó que se ahogaría, pero logró afrontarlo y ordenó sus ideas, como su terapeuta le dijo, sólo eran recuerdos, solo eran pensamientos que formaban parte de su pasado y que necesitaba dejar atrás para poder avanzar .

Desde la ventana de la habitación observaba a la gente, los coches, incluso volvió a ver a Liam que felíz de su regreso, lo saludaba agitando su brazo y mandándole un beso.

Después de esa semana de prueba vinieron más y más, Harry cada vez estaba mejor y comenzó saliendo a la calle, primero con sus padres, luego solo.

El siguiente paso fue la escuela, regreso a ella pero cambio su especialidad y siguió con la fotografía y la ilustración.

Su último obstáculo era Liam y la culpa que sentía, se enfrentó a Liam, se hablaron, se tocaron y Harry fue capaz de dejarle claro que eran amigos que no quería nada serio.

Liam lo aceptó y empezaron de nuevo, se contaron todo, hablaron de fotografía, de sus terapias, de la escuela e incluso hablaron de Louis.

Liam le dijo que llevaba mucho tiempo sin saber de él, que su número de teléfono ya había cambiado de dueño y su cuenta en el chat había sido borrada, estaba muy dolido con Louis, no sabía porque su amigo se portaba así con él, no se lo merecía.

Otras veces pensaba lo peor y creía que podía haberle pasado algo, aunque esa idea no se la comentó nunca a Harry, no quería asustarlo.

Harry fue avanzando paso a paso y  sin retorno, estaba fuerte, seguro y aunque en un rincón de su corazón seguía el recuerdo de Louis, ya no ocupaba toda su mente, ya no lo bloqueaba, no lo dominaba, ni tampoco lo atormentaba.

45. Tu novio - tu vecino, mi gran amor.  ❤(Larry Stylinson)~ (Terminada).Where stories live. Discover now