12. Pienso dominarte

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Flavio: ehm... si-le enseñó una carpeta-cosas legales-Andrea miró a Irina que estaba con la mirada baja, apreció un ligero rubor en sus mejillas y por primera vez en mucho tiempo, Andrea, sonrió tiernamente-¿acabas de sonreír?-Andrea sacudió la cabeza y frunció el ceño.

Andrea: por ahí-señaló el despacho con severidad, Flavio en seguida obedeció y Andrea lo siguió cerrando la puerta-tú dirás.

Flavio: ¿puedes revisar estos documentos?-ella cogió la carpeta-mi hermano te habló de ellos ayer, pero decidiste darle un tiro...-ella soltó una carcajada recordándolo.

Andrea: déjalo en un pequeño rasguño, para que aprenda a no meterse conmigo

Flavio: el caso... mañana viene nuestro notario de la ciudad para validar lo que dice ahí, con lo cual es mejor que desistas de qué son tuyos.

Andrea: ¿Cuánto quieres?-lo miró fijamente.

Flavio: ¿perdón?

Andrea: sí, estoy dispuesta a pagar lo que sea necesario por esos terrenos, pon un precio, tengo suficiente capital para comprarlos-Flavio la miró a sombrado.

Flavio: yo... no contaba con esto.

Andrea: ¿y vosotros sois los que venís tan preparados de la ciudad?-comenzó a reírse.

Flavio: escúchame una cosa, somos gente honrada que solo vino aquí a trabajar, necesitamos ese terreno que estás invadiendo, acéptalo de una vez y se legal.

Andrea: ¡JAMAS!-golpeó la mesa fuertemente y Flavio se asustó-Te vas de mi casa ahora y le dices al tonto de tu hermano que si quiere mis terrenos no le va bastar con un notario, va tener que quitármelos él-frunció el ceño, ella lo miró con odio en los ojos y él sintió un escalofrío en su interior.

Recogió la carpeta sin pronunciar palabra y salió del despacho de aquella mujer dando un fuerte portazo, Irina lo observó desde las sombras, había escuchado todo, él observó la sala en busca de alguna señal que le indicase donde estaba ella, pero Irina solo se limitó a esconderse para que desistiera de esa idea y decidiera marcharse.

Flavio: y eso fue lo que me dijo.

Samuel: cancela el viaje del notario-tomó un sorbo de coñac.

Flavio: ¿¡¡QUE!!?

Samuel: vamos hacer las cosas como las debí hacer desde un principio.

Flavio: ¿Co...cómo?

Samuel: por las malas...-dejó el vaso sobre la mesa-si ella no está dispuesta a torcer el brazo yo no voy a ser menos.

Flavio: ay madre, esto va ser la guerra-se tomó su trago de golpe-Samuel, piensa, es mejor que venga el notario y se solucione todo por lo legal, no me está gustando nada todo esto.

Samuel: a mí tampoco, pero es obvio que me está desafiando.

Flavio: te estás obsesionando demasiado, déjala con sus demonios, antes podía empujarte un poco hacia ella pero ahora, no apruebo para nada que estés cerca de ella.

Samuel: ¿Qué quieres decir?

Flavio: que me parece una mujer peligrosa y que deberías limitarte a ignorarla, vecinos, solamente... no quiero que te haga daño de ninguna forma-le pasó la mano por el hombro-ayer te hizo un rasguño y no dudo en reírse de ello como si fuese un castigo... esa mujer disfruta castigando a la gente Samuel y tú...

Samuel: y yo no voy dejar que haga conmigo lo que se le dé la gana, eso tenlo claro pienso domarla-abandonó la sala mientras Flavio meneaba la cabeza a ambos lados.

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