LA VIUDA

34. Tu pasado

Patricia: yo no quería que las cosas se diesen así, pero por culpa de tu niñita ahora tengo que quedarme aquí.

Samuel: lo dices como si tuvieras otro lado a donde irte...-la miró levantando las cejas cansado de que acusara a Aurora continuamente-si te quedas aquí es con la condición de que dejes en paz a mi ahijada... si sigues atormentándola con esa idea absurda mandaré que te lleven a un hospital-ella abrió los ojos.

Patricia: ¡ESTOY INVALIDA!

Samuel: y lo siento en el alma... pero tampoco te pases-sentenció y se fue a buscar a su ahijada.

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Flavio decidió hacerle caso a Samuel y después de que volvieran se aventuró a visitar a Irina en el rancho Alcázar, no la encontró en la casa y salió a los alrededores encontrándola recogiendo fresas con una inmensa sonrisa.

Flavio: me alegro que sigas conservando esa sonrisa-ella se sobresaltó y se levantó.

Irina: Flavio... ¿has venido?

Flavio: sé que has pedido tiempo, pero ya pasaron un par de semanas y no me conformo con él está bien de Andrea y Samuel.

Irina: siento todo lo que has sufrido por mi culpa, pero necesitaba sanar muchas heridas del alma...

Flavio: ¿Por qué no me dijiste nada? ¡Te hubiese protegido de ese...!

Irina: ¡me daba vergüenza! No quería darte pena, lastima o que pensaras que era vulnerable.

Flavio: jamás te tendría lástima-se acercó a ella acariciando sus pequeños moratones-te quiero con locura y aunque no fueras vulnerable te protegería igual... porque te adoro...

Irina: Flavio yo...siento haberte alejado de mí, me he dado cuenta de lo mucho que te quiero y que te necesito eternamente a mi lado.

Flavio: Irina...-posó un dedo sobre sus labios.

Irina: dejemos eso atrás... te lo suplico, quiero que me quieras como nunca y seamos todo lo felices que nos merecemos, vuelve conmigo...

Flavio:-sonrió-está bien... dejaré eso atrás, ahora que está en la cárcel eres libre de sus amenazas...

Irina: ¡Ya tonto, deja el tema!-sonrió-Vuelve conmigo...

Flavio: dilo otra vez.

Irina: ¡¡VUELVE CONMIGO!!-gritó con una sonrisa y con delicadeza Flavio la abrazó uniendo sus labios con los suyos dándole respuesta a su orden.

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Samuel: ¿puedo?-dijo desde el umbral de la puerta.

Aurora: si...-suspiró sentándose en la cama y su padrino avanzó sentándose a su lado, ella se posó sobre sus piernas y el acarició su pelo.

Samuel: nada de lo que paso es tu culpa, solo fue un accidente.

Aurora: lo sé... pero me siento culpable de que ella esté así...por imprudente...

Samuel: es temporal cielo, pronto estará caminando y se irá de esta casa, nosotros seguiremos con nuestra vida, tu irás a la escuela, yo estaré con Andrea, el cultivo crecerá...

Aurora: no me gusta que esté tan cerca de ti...

Samuel: tranquila, cielo

Aurora: Andrea si es mucho mejor que ella, ¿has visto como me protegía hasta de ti? Como si fuese su propia hija.

Samuel: si-se puso nervioso-me fije.

Aurora: estoy segura de que será una madre ideal el día que lo sea.