24. Hasta que cambies M. (4/5)

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Andrea: tengo que irme...

Samuel: ¿Por qué eres tan dura?

Andrea: la vida me hizo así Samuel... no esperes nada bueno de mí, solo lograré decepcionarte.

Samuel: tratas de hacerme creer que eres mala, pero te veo con Irina, con mi ahijada y me demuestras totalmente lo contrario.

Andrea: eso es porque todavía no me conoces lo suficiente.

Decidida se fue dejando a Samuel nuevamente desconcertado, como cada vez que se encuentran. Abandono el rancho para irse al suyo sin mirar atrás, no podía apartarse de sus objetivos y mucho menos abandonar la búsqueda de la pequeña hija que tuvo hace 15 años, ya sea viva o muerta.

Samuel entró nuevamente en la casa y acudió a la cocina a por un vaso de agua, allí estaba Juana, aquella mujer que por años sirvió a los Gallardo Alcázar y que ahora trabaja para él, apenas tuvo tiempo de conversar con ella desde que llegó y recordaba que era una buena mujer que siempre sabía de todo lo que pasaba en el rancho. Había decidido enterrar su pasado desde el día en el que Beatriz lo sacó a golpes del rancho e ignorar todo lo relacionado con él, pero el hecho de reencontrarse con la viuda de su medio hermano y sentirse tremendamente enamorado de ella estaba haciendo que desenterrase su pasado

Samuel: Juanita...-se apoyó en la encimera mientras ella acababa de recoger-¿Qué paso hace 15 años en ese incendio?

Juana: señor Samuel...-lo miró con el rostro pálido.

Samuel: habla... lo único que sé es que Beatriz provocó el incendio en el que murieron Fabio e Ignacio...después Beatriz se volvió loca y Andrea heredó todo.

Juana: eso no es nada Samuel... Beatriz hizo de la vida de Andrea un tormento, yo era testigo de los continuos maltratos de la señora hacia ella... incluso estando embarazada-suspiró-en el pueblo se cuenta que esa noche Andrea se puso de parto y que la hizo parir de una forma tan horrible que la niña perdió la vida... otros aseguran haber visto a Beatriz abandonando a la niña en los campos de algodón-él se sobresaltó y tragó saliva.

Samuel: ¿Esa niña puede estar viva?

Juana: nadie lo sabe... la señora se volvió completamente loca y es incapaz de recordar o decir algo... la tienen en el sanatorio a las afueras del pueblo...

Samuel: entiendo...

Juana: después de eso Andrea lo heredó todo, aunque se rumoreó de un bastardo como heredero de la mitad de los bienes, Andrea lo buscó pero al no aparecer se quedó con todo.

Samuel: Juana... ese bastardo soy yo...-la mujer abrió la boca y se puso pálida.

Juana: ay dios... ¿y vienes a reclamarle algo?

Samuel: para nada... volví por la tierra de mi padre, él amaba esto y yo quiero continuar lo que él empezó, a parte adoro el campo-ambos se quedaron en silencio-voy a dormir, buenas noches, como siempre te pido discreción.

Caminó hacia su habitación con varias ideas atormentando su cabeza de forma constante, entró, se puso el pijama y se asomó hacia el gran ventanal de su habitación, las palabras de Juana se habían clavado en su mente.

Samuel: puede que la hija de Andrea esté viva...-meneó su cabeza-no puede ser... ella no puede ser...-respiró profundo-tengo que averiguarlo...

Se fue a dormir con mil sentimientos encontrados en su mente y en su corazón, con varias ideas en su cabeza que no eran del todo firmes y con las que no podía sacar conclusiones sin apenas corroborarlas, debería hacer algo que jamás había entrado en sus planes cuando decidió trasladarse a San Juan.

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