44. Vente conmigo

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Andrea salió contenta de ver a Beatriz y darle su merecido, miro aquel espantoso sitio una vez más, aquella sería la última vez que visitaría aquel horroroso lugar, por fin le daba puerta a su pasado para comenzar una nueva vida al lado de su pequeña Aurora.

Entró en el rancho, más contenta que nunca y observó a Aurora en la sala, ya se había levantado, se acercó a ella.

Andrea: buenos días cielo, ¿dormiste bien?

Aurora: si como siempre-sonrió-aunque...-suspiró-quedan dos días para esa dichosa boda.

Andrea: tranquila mi amor, como te dije haré algo...

Aurora: me dijiste que tuviese paciencia y trato de tenerla pero no sé qué vas hacer... solo quedan dos días

Andrea: cariño, confía en mi ¿vale? Ahora menos que nunca voy a fallarte, tu padrino no se va casar con esa mujer, ni tu vas a ir a ningún internado, te quedarás aquí, con nosotros, ¿entendido?

Aurora: si-dijo con una sonrisa a la vez que la abrazaba-gracias por protegerme tanto, sabía que eras buena, mi corazón me decía que eras una bellísima persona

Andrea: gracias por ver eso en mí, corazón-suspiró mientras miraba sus intensos ojos-eres tan bonita...

Aurora: gracias Andrea

Andrea: ayer fui a ver a tu padrino, está bien, los dos hemos hablado de nosotros y también de ti... y coincidimos en que eres lo más importante de nuestras vidas-acarició su rostro-no vamos a dejar que nadie te haga daño ¿vale?

DOS DÍAS DESPUÉS

Se miraba frente al espejo con su vestido blanco, era ceñido en todo su cuerpo, marcaba sus curvas mejor que cualquier otro vestido, sonrió con su recogido y el maquillaje marcado mientras cogía el ramo de rosas rojas entre sus manos ultimando detalles antes de bajar.

Habían organizado algo sencillo en el rancho, unos cuantos amigos de la ciudad, su madre y algunos familiares e incluso el mismísimo don Felipe, padre de Flavio, había asistido a la ceremonia, sorprendido de recibir esa inesperada invitación.

Felipe: ¡No me dijiste nada, hijo!-Samuel meneó la cabeza.

Samuel: le dejé claro que no te metiera en esto...

Felipe: hijo-suspiró-sabes que aunque no llevamos la misma sangre te quiero como tal y debo decirte que tal vez te estés equivocando.

Samuel: Felipe... desde que llegué a estas tierras no he hecho más que equivocarme-sus ojos se aguaron-la mujer que amo me aborrece y mi ahijada, mi vida, no quiere saber nada de mí...

Felipe: lucha por ella si la amas y por la niña también, ambas se merecen que un hombre como tu luche por ellas, he escuchado cosas de la tal Andrea y no son muy alentadoras, pero si ha conseguido atrapar tu corazón tan mala no puede ser.

Samuel: no lo es, solo que... ha sufrido demasiado-suspiró con las lágrimas en los ojos-nuestros caminos se vieron truncados por culpa de una mala mujer...

Felipe: la tal Beatriz Alcázar-Samuel suspiró, Flavio entró.

Flavio: ya todo está listo-se notó tenso.

Samuel: bueno... tengo que casarme, iré a ocupar mi puesto.

Con el paso lento y pesado abandonó el despacho en el que se encontraban conversando y se fue a ocupar su lugar, Flavio y Felipe continuaron adentro.

Felipe: habéis hecho un buen trabajo aquí.

Flavio: gracias papá-dijo algo nervioso.

Felipe: me da pena Samuel y el tema que me contastéis sobre su pasado y el de Andrea... no me puedo creer como todavía existe gente tan mala...

LA VIUDAHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin