LA VIUDA

43. Este secreto me esta quemando

Samuel: ¿Por qué has venido?-ambos se encontraban abrazados en el pajar, cubiertos por una mantilla.

Andrea: te echaba demasiado de menos...

Samuel: te noté muy diferente-se rascó la cabeza.

Andrea: tal vez por qué la Andrea de siempre ha venido para quedarse

Samuel: ¿Por qué ahora? ¿Por qué haces esto cuando me caso en tres días?

Andrea: Samuel...-ambos se miraron-tal vez sea tarde para arrepentirme de empujarte a los brazos de Patricia, pero estoy muy arrepentida...

Samuel: ¿Qué quieres decir?

Andrea: que voy impedir que te cases a toda costa

Samuel: no puedo hacerle eso a Patricia, ya le he hecho mucho daño...

Andrea: más daño le vamos hacer a Aurora si te casas con Patricia y si permito que lo hagas.

Samuel: ¿haces esto por ella?

Andrea: y por qué te quiero como una tonta.

Samuel: no... nos separan demasiadas cosas Andrea...

Andrea: ¿eres tú el que se rinde ahora?

Samuel: Andrea... yo....-suspiró-tienes tus demonios internos todavía, aunque reconozco que te sentí más cerca, tampoco puedes vivir sabiendo que soy el hermano de tu difunto marido y...

Andrea: esta vez sí estoy dispuesta a cambiar-interrumpió-comprendí que Fabio ya esta muerto y tú no tienes ni tuviste la culpa de lo que me pasó, fuiste el único que se dio cuenta de mi estado y trató de ayudarme, si no fuese por la víbora de Beatriz...

Samuel: Beatriz... el eje de todo mal-suspiró.

Andrea: has ido a verla ¿verdad?

Samuel: si... fue ahí cuando comprendí que mi pasado había vuelto a mi vida.

Andrea: está obsesionada contigo.

Samuel: lo sé, me ha repetido cientos de veces esa obsesión...

Andrea: pero... ¿me amas a mí?

Samuel: que no te quepa la menor duda-besó suavemente sus labios.

Andrea: ¿te ha dicho algo sobre mi hija?-él se tensó.

Samuel: Andrea, debo decirte algo, un secreto que me está quemando desde hace un tiempo y por el que posiblemente me odies después de esto...

Andrea: ¿Qué pasa?-dijo temerosa a la expectativa.

Samuel: cuando Beatriz me echó del rancho yo traté de ayudarte-ella afirmó-pero no sabía que te encontrabas de parto... sé que esa niña que nació salió viva del rancho en los brazos de Beatriz-sus ojos se aguaron al igual que los de Andrea que lo miraba con ellos muy abiertos.

Andrea: ¿¡Quién te dijo eso!?

Samuel: Juanita...-ella entreabrió la boca-está trabajando en mi rancho y me contó que varios trabajadores la habían visto salir de allí con ella pero no sabían si viva o muerta-Andrea comenzó a vestirse con aceleración mientras Samuel continuaba-esa misma noche que Beatriz se fue yo... me encontré....-cogió aire-a una recién nacida entre el algodón, yo no me imaginaba de quien sería, solo estaba allí, abandonada-Andrea se levantó de pronto después de ponerse el calzado y se quedó atentamente mirando a Samuel mientras las lágrimas desbordaban en sus ojos-a esa niña le puse el nombre de Aurora, una pequeña con los ojos de su padre, el pelo de su madre y un característico lunar al final de su espalda que descubrí que solo otra persona podía tener y esa era su madre, tú, Andrea.