Él

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Anastasia PDV

- Siento llegar tarde. Acabo de llegar a la ciudad
¿Que acaba de llegar? ¿Quién es este hombre?
- No importa. Todavía no habíamos empezado, pero viendo que no falta nadie podemos dar comienzo con la lectura de los testamentos.
¿Cómo que ya estamos todos? ¿Este hombre qué pinta aquí?
- Disculpe pero, no entiendo. ¿Qué hace este hombre aquí?
- Pronto lo descubrirás
- David. ¿Qué pasa? Me llegó la citación y me decía que era urgente, pero no especificaba el porqué era necesaria mi presencia - dijo el hombre desconocido
- Ahora lo sabréis. Paso a proceder a la lectura del testamento de Carla Steele: Yo, Carla Steele, mayor de edad y en pleno uso de mis facultades mentales expongo el proceso que se deberá de llevar a cabo después de mi muerte una vez leído este testamento. Todas mis propiedades, cuentas bancarias y objetos personales y todo lo que tengo en mi poder pasará a manos de mi hija, Anastasia Steele. Al ser menor de edad, solo podrá disponer a la finalización de esta lectura de mis objetos personales. Podrá acceder a mis cuentas bancarias una vez que haya cumplido la mayoría de edad, los 18 años. Y por último, podrá tener a su entera disposición cada una de mis empresas una vez que haya acabado la universidad y obtenido el título universitario. En el momento de obtenerlo podrá hacerse cargo, si así lo desea, de la presidencia de cada una de ellas. Estoy convencida de que cuando llegue el momento lo hará mucho mejor a como yo lo hice. Hasta el momento en el que mi hija pueda hacerse cargo, la presidencia de mis empresas pasará a manos de Christian Trevelyan Grey. A la finalización de esta lectura, mi abogado, David Green, pasará a entregarle al señor Grey una carta donde le vendrá explicado lo que querré que haga con cada una de ellas. Mi marido, Raymond Steele y yo, concretamos que el tutor legal de nuestra hija, después de nuestro fallecimiento fuera el señor Christian Grey.
Christian, sabemos que tus empresas te ocupan mucho tiempo, pero eres el único en quien podemos confiar a nuestra hija. Sentimos mucho si nuestra decisión no te ha parecido la correcta. Te pedimos que cuides de nuestra niña. Sabemos que solo tienes 21 años y que nuestra decisión te supondrá una carga, pero confiamos en que la cuidarás como si fuera tu hermana pequeña.
Y por último, Ana, hija; te pido que tengas paciencia y que respetes a Christian. Que dejes tu cabezonería y que intentes comprender cada decisión que tome. Tú no le conoces a él, pero él tampoco te conoce a ti. Como ya he dicho, tiene 21 años, casi un adolescente, por lo que no sabrá cómo controlarte.
Mi niña, ha llegado el momento de la despedida. Siempre son muy duras, pero esta me parece la peor. Mi abogado te entregará, cuando finalice de leer este documento un sobre, en cuyo interior se encontrará una carta. Léela cuando estés preparada.
Te quiero mucho hija, no lo olvides nunca. Aunque no estemos allí físicamente, siempre estaremos en tu corazón, pase lo que pase y te protegeré allí donde estés, nunca estarás sola. Cuídate mucho y busca tu felicidad. Vive el presente y piensa en el futuro, no te estanques en el pasado. Quiero que nos recuerdes, pero quiero que vivas tu vida. Quiero volver a ver esa sonrisa que tanto me gusta.
Con eso me despido. Al acabar queda vigente y acordado todo lo escrito.

Y de pronto se hace el silencio.
El abogado nos entrega a cada uno una carta, lo que quiere decir que él...

Mi tutor legalWo Geschichten leben. Entdecke jetzt