Anastasia Steele, una adolescente de 16 años, verá cómo su vida da un giro inesperado. A causa de ello conocerá a alguien que pondrá su vida patas arriba y le hará ver que no todo es tan malo y que el dolor se puede superar si no estás solo.
Aterrizamos en Seattle después de 50 minutos. Durante el vuelo, Christian estuvo trabajando con su portátil y yo escuchando música. Bajamos del avión y vi cómo metían mis cosas en una furgoneta. - Ellos se encargarán de llevar tus cosas a mi apartamento - dice Christian Nos metemos en el coche y Taylor conduce. Nos paramos en un edificio elegante y lujoso. - Ya estamos - dice Christian Salgo del coche y leo "Escala" en lo alto. - Irán subiendo tus cosas, pero nosotros podemos subir ya - dice Christian Nos adentramos en el edificio y nos dirigimos a unos ascensores. Sawyer está con Taylor controlando mis cosas. Subimos en el ascensor y veo cómo teclea un código en el panel. - Mi apartamento está en el ático y es necesario ingresar un código. Te lo daré luego para que puedas utilizarlo Llegamos a su piso y las puertas se abren. - Vaya
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- ¿Te gusta? - Sí, es precioso. Tienes buen gusto - Te enseñaré todo el apartamento y tu habitación ahora Me enseñó todo el apartamento menos una habitación que está cerrada con llave. Me dijo que allí guardaba muchas cajas con documentos sobre la empresa y que estaban todos amontonados y que había que tener cuidado. - Y esta será tu habitación
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- Es bonita - Irán subiendo tus cosas a esta habitación. Cuando estén todas podrás colocarlas - De acuerdo - Mientras suben tus cosas te presentaré a alguien Bajamos a la cocina.
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Allí se encontraba una mujer. - Anastasia, esta es Gail. Gail, esta es Anastasia Steele. Me haré cargo de su custodia - Encantada - Mucho gusto, señorita Steele - Solo Ana - Gail es mi cocinera y ama de llaves. Si tienes alguna duda sobre la casa o sobre cualquier otra cosa, puedes recurrir a mí o a Gail - Está bien Christian se fue a su despacho a trabajar y yo me fui a mi habitación porque ya habían acabado de subir mis cosas. Primero ordené toda mi ropa, calzado, joyas y demás en el armario. Luego coloqué en el baño mis cosas de aseo. Las joyas de mis padres no las pondría, así que necesitaba un lugar seguro para guardarlas. Bajé para ir al despacho de Christian para hablar con él. Llamé a la puerta antes de entrar. - Adelante Entré y lo vi sentado en la silla viendo el portátil. - ¿Quieres algo? - Sí - Tú dirás - Ya he acabado de ordenar todas mis cosas, pero necesito un lugar seguro para guardar todas las joyas de mis padres - Está bien. Ven Se levantó de su asiento y salió de la habitación. Subimos las escaleras y nos dirigimos a lo que creo que era su habitación. - Por aquí Nos metimos en su armario y en un teclado oculto por la ropa puso un código. - Este código también te lo daré Al acabar de meter el código, la pared se abrió y apareció una caja fuerte. - Y este código también Metió el código y abrió la caja. - Mételas ahí Metí las joyas y luego él la cerró. Puso nuevamente el código y la caja desapareció y la pared se cerró. - Siempre que las quieras puedes venir a por ellas - Gracias - Ahora ven a mi despacho, te daré las contraseñas de todo Bajé a su despacho y en un papel me puso las tres contraseñas, después subí a mi habitación. Gail me avisó antes de subir que la comida sería a las 02:00 PM por lo que tenía dos horas para descansar un poco. Siento que alguien me llama pero no consigo saber quién es. Estoy muy cansada. Al final logro despertarme y me encuentro a Christian. - Al fin. Llevo 7 minutos llamándote - Tengo el sueño pesado - Eso ya lo veo. La comida está lista Y con eso sale de la habitación. Bajo y me encuentro a Christian sentado ya a la mesa. Gail nos sirve la comida y se retira. - ¿Qué tal vas? ¿Cómo te sientes? ¿Te adaptas? - Es pronto para saberlo - Ya No hablamos mucho durante la comida. Al acabar él se fue a su despacho y yo a mi habitación. Este hombre es un obseso del trabajo. Ya veo porqué no hay ninguna chica a parte de Gail viviendo con él. Al llegar a mi habitación ordené un poco y hablé con los chicos. Después de un baño relajante y después de secarme el pelo y ponerme ropa cómoda dieron las 07:00 PM. Ya no sabía qué hacer. Al menos en Portland tenía a mis amigos y podía quedar con ellos, pero aquí no puedo hacer nada. Bajé al despacho de Christian y llamé como antes. - Adelante - Christian - ¿Sí? - Voy a salir - ¿A dónde? - A la calle - ¿A qué? - A dar una vuelta - ¿Sola? - Sí - ¿Sin Sawyer? - Sí - ¿Crees que te voy a dejar ir sola sin Sawyer por una ciudad que no conoces? - Recuerda que no te estoy pidiendo permiso - Ya estamos. Eres muy cabezona - Mira quién fue a hablar - digo susurrando - ¿Qué has dicho? - Que si puedo ir - Si quieres salir sal - Bien - Pero con Sawyer - No hace falta - Sí que la hace. O sales con Sawyer o no sales - Vale, vale Salí de su despacho y cerré la puerta. No tenía pensado decírselo a Sawyer. No me iba a pasar nada. Cogí las llaves de mi coche azul y salí sin hacer ruido y sin que nadie me viera. - Genial - pensé Bajé corriendo por si se daba cuenta. Christian me dijo que los coches los dejaron en el garaje, en el subterráneo. Bajé y vi mis dos coches y al lado 5 coches más, seguramente de Christian. ¡Cómo le gustaban los coches a este hombre! Todos de gama alta, cómo no. Salí del garaje y salí a explorar la ciudad.
