Mi historia

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Christian PDV

- Tienes razón
- ¿Quieres hablarlo aquí o en el sofá?
- En el sofá
- Vale. Vamos
Nos sentamos en el sofá cara a cara.
- Bueno. Creo que ha llegado el momento de aclarar todo lo que ha estado pasando durante estos meses
- Sí
- No sé por dónde empezar. Ya sabes cómo era antes. Mi estilo de vida podríamos decir
- Sí
- Te contaré una pequeña historia. Con eso creo que podremos avanzar
- No tienes porqué hacerlo
- Sí tengo. Si de verdad queremos aclarar las cosas, debo contártelo. Así sabrás porqué hacía lo que hacía.
"Esta historia podríamos decir que empieza cuando yo apenas tenía 4 años. Vivía con mi madre, ya que mi padre nos había abandonado a ella y a mí cuando yo apenas tenía 1 o 2 años. Ni siquiera tengo recuerdos de él, y de mi madre son escasos. Ella era bastante diferente a las demás madres y podríamos decir que no tenía nada en común a las otras, y ¿sabes por qué Ana?¿sabes por qué mi madre no se parecía a ellas? Porque mi madre era una puta adicta al crack. Eso era. Vivía con ella, así que te puedes imaginar cómo era mi vida con apenas 4 años. Vivíamos con su chulo y ella se encargaba de hacerle trabajillos especiales. Todo el dinero que ella ganaba era para su chulo. A mí simplemente no me prestaba atención, tenía que sobrevivir por mí mismo. ¿Sabes qué era lo peor de todo? No era que mi madre no me prestara atención, que no se acordara de mi cumpleaños, que no me diera de comer, que no me quisiera, que no le importara en lo más mínimo, que le importara más su chulo que su propio hijo... No. En realidad, ninguna de esas cosas me importaban al fin y al cabo. ¿Sabes por qué? Cuando mi madre quedaba inconsciente a causa de las drogas, su chulo no encontraba una forma más ética de pasar el tiempo, por lo que, pasado el tiempo, se cansaba de esperar a que mi madre despertara, por lo que al final encontró un hobby que le gustaba bastante. ¿Sabes cuál era? Mi madre y su chulo fumaban bastante. Gracias a él, mi madre se volvió adicta a ello, y cuando mi madre dormía, el chulo, para esperarla, empezaba a fumarse varios cigarrillos, pero lo que no sabrás es dónde apagaba los cigarrillos. Pensarás, "en un cenicero por supuesto". En realidad no. Para empezar, su diversión buscaba algo que le distrajera, que le divirtiera. ¿Sabes qué encontró? A un niño de 4 años sentado debajo de una mesa por miedo a que el chulo de su madre le hiciera daño. Tenía bastante miedo, y pensaba que con su disfraz de zorro el hombre malo nunca lo encontraría, pero sabía que con su poca inocencia llegado el momento él lo encontraría, y aquel día llegó, lo que tanto temía ocurrió. El chulo lo encontró, le agarro fuertemente y el niño empezó a gritar. Llamaba desesperado a su madre, pero su madre, inconsciente, no le hacía caso. El chulo nada más se reía, se alegraba de la desgracia del niño, no le importaba. Agarró al niño fuertemente, le subió la camiseta y acercando el cigarrillo al niño, que no paraba de pedir que parase, el hombre acercó el cigarrillo al pecho del niño y lo apagó una y otra vez, repetidas veces, por la espalda, por el pecho, no paró hasta saciarse. El hombre, cuando pensó que era suficiente, dejó al niño tirado en el suelo, se levantó, se acercó a su puta y se fue, dejando a la madre y al hijo solos, indefensos, sin nadie que les cuidase, y sobre todo al niño, que llorando, esperaba que su madre despertara, pero eso nunca ocurrió. Cuatro días después la policía apareció y se llevaron el cadáver. ¿Qué fue del niño? Te lo puedes imaginar. Fui a un centro de acogida donde estuve durante un mes. A causa de las heridas tuvieron que llevarme al hospital. Ya te imaginarás quién me atendió. No permitía que nadie se acercara a mí, pero, con Grace fue diferente. Supongo que fueron sus palabras, pero dejé que me curase. No hablaba. Un mes después fui adoptado por los Grey." Esa es mi historia
Miro a Anastasia y la veo llorando.
De un momento a otro la tengo encima de mí llorando y abrazándome. No sé qué hacer. Estoy estático y tieso. Al cabo de un minuto reacciono y la abrazo.
- Lo siento
- ¿Por qué?
- Por lo que tuviste que pasar
- No fue tu culpa
- Lo sé, pero aún así
- Anda. Para de llorar. No merece la pena
- No te hagas de menos. Estás dolido. Por eso no dejas que la gente se acerque a ti. Piensas que te harán daño. Que te haré daño
- No pienso eso de ti
- Entonces, ¿por qué te alejas?¿por qué huyes siempre que las cosas se ponen tensas o raras?
- Es complicado
- ¿Por qué?
- Sabes mi historia
- Sí. ¿Y qué?
- No me gusta el contacto con la gente, no me gusta que me toquen, aunque eso ya lo sabrás
- ¿Y tu familia?
- Saben mi condición. Mantenemos contacto, pero no el que les gustaría
- ¿Por qué no intentas abrirte a los demás?
- No puedo. No me sale
- Eso es mentira. Te has abierto a mí. Me has contado tu historia
- Eso es distinto
- ¿Por qué? Venga. Sabes que eres tú el que no lo intenta
- Lo veo complicado
- Pero no imposible. Puedo ayudarte
- ¿Ayudarme?
- Sí
- ¿Cómo?
Veo que piensa. Después se acerca a mí y me abraza.
- ¿Te incomoda esto?
- No
Se despega un poco y me mira fijamente. Después, siento su boca sobre la mía. El beso no dura mucho.
- ¿Y eso?
- Tampoco
Se pone encima de mí y empieza a besarme. Con los brazos me sigue rodeando los hombros. Se acerca más a mí y se posiciona encima de mi entrepierna.
- ¿Y esto?
- No
Continúa, pero esta vez más intenso. La sigo, intensificando mi agarre. La tumbo en el sofá y me pongo encima de ella. Continuamos con el beso hasta que nos separamos. Empiezo a besar su cuello por largos minutos hasta que me separo.
- ¿Ves? No es tan complicado
Cierto. Pero creo que solo con ella.

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