Tʜᴇ Oᴛʜᴇʀ➝ᴛʜᴇ ᴏʀɪɢɪɴᴀʟs, ᴛʜᴇ ᴠᴀᴍᴘɪʀᴇ ᴅɪᴀʀɪᴇs.©|

─Chapter; Z E R O.

𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐓𝐀𝐑.

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❝Te haré referencia como aquel
que destruyo mí vida,
sin importar que sucediera
en el proceso.❞
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𝕾𝖊𝖕𝖙𝖎𝖊𝖒𝖇𝖗𝖊 25 𝖉𝖊 1864. 𝖁𝖎𝖗𝖌𝖎𝖓𝖎𝖆. 𝕸𝖞𝖘𝖙𝖎𝖈 𝕱𝖆𝖑𝖑𝖘.

Ella intentaba ayudar a sus hermanos que se encontraban en el piso de aquella pequeña carretera llenos de sangre por los balazos que estaban dentro de su sistema, ella luchaba contra algunos soldados que intentaban llevársela, su padre ya la hacía muerta, pero aquellos hombres no perderían su oportunidad de atrapar a la hija de un fundador.

-¡Suéltenme!-gritaba Victoria.

Pero nadie la ayudaba y ningún soldado la soltaba, intentaba quitárselos de encima, pero entonces sintió como estos comenzaban a liberar su agarre, vio como ellos empezaban a sangrar de cada orificio de su cara, hasta que cayeron muertos. Al levantar su mirada se topó con Emily Bennett, la bruja personal de Katherine Pierce.

-Esto no es personal Victoria- decía ella viéndola- No tienes la culpa, pero ella me lo pidió, y le debo la vida.

-¿De qué hablas Emily?-pregunto Victoria un poco asustada.

-Solo dormirás mucho tiempo, y ellos lo sabrán.- Emily había tomado fuertemente del brazo a Victoria mientras palabras incoherentes y extrañas salían de su boca- ayúdame a subir a tus hermanos a esa carretilla, y los llevare a otro lugar.

Victoria no comprendía nada de lo que Emily había dicho, sólo la obedeció y le ayudo a subir a sus hermanos a aquella carretilla. El viaje fue rápido, pronto iba a amanecer y ya se encontraban en una pequeña cabaña cerca del lago de Mystic Falls. Ayudo a Emily a bajar a sus hermanos y dejarlos en el suelo con cuidado, pero al voltear a otro lado pudo ver plantas y una enorme fogata; Emily la tomo fuertemente del brazo y la ato a un pino cerca de ahí.

-¿Qué haces Emily?-Victoria comenzaba a sacar leves lágrimas de sus ojos.

-Ella me pidió que lo hiciera; es un castigo por inferir en sus planes- explicó Emily.

-¿Hablas de Katherine?-pregunto Victoria- Lo hacía por mis hermanos. Ellos no merecían que le pasara todo eso; que se convirtieran en un monstruo como ella.

-Es por eso mismo que tu castigo será peor, Victoria. Te lo repito, nada es personal; sólo es lealtad- entonces puso algunas cosas y volteo a ver- Vita mors est et vita aeterna saecula.

Emily repetía ese hechizo constantemente sin parar, hasta que vio como Victoria comenzaba a sangrar de la nariz, y poco a poco comenzaba a cerrar sus ojos por un largo tiempo.

-Lo siento Victoria; pero era por tu bien.

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Damon y Stefan habían despertado, habían tomado sangre saliendo de la transición para darle paso a su cambio perpetuo, y se habían peleado, Emily miraba como ambos Salvatore tomaban sus cosas furiosos con el otro, olvidándose algo muy importante; su hermana menor, que ahora se encontraba en un sueño eterno. Emily paso saliva en seco y se acercó a ambos hermanos, lista para explicarles lo de su hermana.

-Tengo algo que decirles sobre Victoria- y tomo totalmente la atención de ambos hermanos.

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Ambos hermanos estaba furiosos con Emily, pero aquella bruja ya había huido, ya no sabían que pensar de Katherine, que pensar después de lo que ambos habían pasado. Su hermana estaba en un sueño eterno del que jamás iba a despertar. Dieciséis años eternos.

-Te prometo, hermano; una eternidad de miseria- Damon había volteado a ver a Stefan, recitando aquellas palabras que a ambos los condenarían.

Y así mismo, salió por la puerta. Salió de la vida de Stefan, llevándose consigo el cuerpo de su hermano. Tenía algo que hacer y era consagrarlo y ponerlo en la cripta familiar. Aquella noche Stefan y Damon Salvatore habían perdido algo más que su vida como humanos, habían perdido a su hermana menor.

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153 𝖆𝖓̃𝖔𝖘 𝖉𝖊𝖘𝖕𝖚𝖊́𝖘. 𝕬𝖓̃𝖔 2017.𝕸𝖞𝖘𝖙𝖎𝖈 𝕱𝖆𝖑𝖑𝖘.

Todos se encontraban alrededor de Elena Gilbert, felices por su regreso; Damon la sostenía de la cintura feliz porque su chica estaba con él. Pero por otra parte algo dentro de todos ellos estaba roto, devastado y era una herida profunda y dolorosa. Enzo y Stefan estaban muertos. Damon intentaba ser fuerte por Caroline, por Bonnie y sobre todo por Elena. La cura no funciono y el seguía siendo vampiro, Elena era humana y todo estaba igual, pero sin su mejor amigo y sin su hermano.

Todos comenzaron a caminar hacía la casa Salvatore, hasta que escucharon ruidos en la cripta, la primera en voltear fue Caroline, que cuando sus ojos chocaron con la entrada, vio a Stefan parado, con una sonrisa en su rostro; sin marca exterior del fuego, y con su anillo en mano. Damon soltó la mano de Elena y se acercó a Stefan, tocándolo de los hombros y de la cara con su mirada de asombro.

-Estas vivo, hermano- dijo Damon- ¿Pero cómo?-su confusión era notoria.

-Es lo de menos Damon, Enzo también está vivo; y ella ha despertado.

-Sí, Elena ha regresado.-dijo Damon.

-Yo no hablo de Elena; Victoria está respirando. Ella se encuentra dentro de la cripta despierta.

-Eso es imposible-murmuro Damon, que rápidamente comenzó a correr hacía dentro- ¿Victoria?-pregunto con sus ojos abiertos, visualizando la figura de su hermana menor parada.

-Hola hermano.

Y aquello enormes ojos idénticos a los de Damon aparecieron entre la luz del sol, que reflejaba su despertar lleno de pureza. Ambos hermanos sonrieron al verla. Su corto cabello de color castaño claro idéntico al de Stefan, sus ojos azul celestes, su figura pequeña por su eterna edad; y sobre todo aquella hermosa sonrisa que la caracterizaba. Aquella joven de aspecto inocente y tierno, hermana de Stefan y Damon, estaba de regreso; estaba lista para que todos la conocieran, y estaba lista para saber que había pasado en estos largos años de su ausencia perdida. Victoria Salvatore había vencido otro triunfo.

-Bienvenida al año dos mil diecisiete, hermana.