Tʜᴇ Oᴛʜᴇʀ➝ᴛʜᴇ ᴏʀɪɢɪɴᴀʟs, ᴛʜᴇ ᴠᴀᴍᴘɪʀᴇ ᴅɪᴀʀɪᴇs.©|

─Chapter; T H I R T Y T W O.

𝐋𝐀 𝐒𝐀𝐁𝐈𝐃𝐔𝐑𝐈́𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐋𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄.

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❝Sócrates dijo: 
la verdadera sabiduría
está en reconocer la ignorancia.❞

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Nueva Orleans sin duda alguna era la mejor ciudad que había conocido, era hermosa, grande y perfectamente imperfecta, pero solo el exterior, lo que eran las calles, las casas, los centros comerciales y los pintorescos museos donde exhibían obras de arte preciosas que te hacían sentir de una manera distinta cada una. Mirar todo aquello era efímero, pero lo que más me gustaba de estar aquí era el hecho de poder convivir con los Mikaelson, ir a Rousseau's con Kol y pasar horas con él. Cuando llegue con Klaus hace tres días, Rebekah me llevo de compras, duramos con siete horas yendo de tienda en tienda, jugué con Hope, y le ayude a Freya a cocinar, al final Hayley me invito al pantano a conocer a su manda de licántropos, Klaus se negó pero al final acepto; al final me quede con Elijah y Finn leyendo grimorios a los cuales no les entendía nada, y cada que podía Elijah se burlaba de mi por eso. Por otra parte el problema con las brujas no se controlaba ni por un momento, Davina ya estaba harta y se miraba demasiado estresada, ella y Kol siempre se peleaban, y lo que escuchaba es que ambos terminaban en la cama, lo cual me daba risa; Kol no espero para contarles a sus hermanos de mi inocencia perdida con Klaus, lo primero que paso fue el enorme y largo sermón de Elijah como mi padre, luego Rebekah felicitándome y al final Freya diciéndome sobre anticonceptivos, ya que Klaus si puede engendrar. Sin lugar a dudas la familia Mikaelson era un estuche de monerías de distintas formas y los amaba por ello y por muchas cosas más.

Me encontraba sentada en un parque, viendo los enormes árboles que adornaban todo, vi a una mujer de cabello negro y enormes ojos grises acercarse a mí con una extraña sonrisa en su rostro.

-¿Eres Victoria?-tenía una voz grave y dulce a la vez.

-Si.

-El aquelarre de brujas te tiene una oferta.

-¿Qué?-pregunte extrañada.

-Si entregas a Hope Mikaelson a la media noche mataremos Elena Gilbert.

-No muchas gracias-dije con sarcasmo-A mí me gusta matar a las personas con mis propias manos, y si me vuelven a proponer algo así, hare que los Mikaelson las maten.

-No sabes de elecciones.

-Y tú no sabes de lealtad-y sin más la bruja se fue.

-Las brujas son una perras enfadosas-Kol se había sentado al lado de mí.

-Sí que lo son-suspire.

-¿Vamos a Rousseau's?-pregunto.

-Vamos-y ambos nos pusimos de pie, comenzando a caminar a aquel bar lleno de bourbon, al llegar nos sentamos en la mesa y pedimos una botella.

-Klaus y Elijah cada vez están más estresados, Hope está teniendo pesadillas horribles.

-¿Por qué no solo sacan a Hope de aquí?-pregunte y Kol levanto la cabeza.

-Creo que nadie ha pensado en eso.

-Tengo entendido que son brujas ancestrales, no pueden hacer magia fuera de Nueva Orleans.

-Vamos con mis hermanos-dijo tomándose de un trago el bourbon y yo imitándolo.

Ambos salimos del bar y comenzamos a caminar, entonces algo aventó de Kol, cuando voltee era la misma bruja con la que hable en el parque esta me miro con una sonrisa y con un hechizo hizo que cayera junto a Kol, me raspe la espalda y al parecer me rompí el tobillo, no podía moverlo.

-Me rompí el tobillo Kol-murmure con dolor.

-¿Qué quieres Alesha?-pregunto el original.

-A Hope Mikaelson-dijo.

-Es solo una niña-dije.

-Y suficiente para que este en la cosecha. Si a media noche no está, habrá guerra-y sin más se fue.

-Toma de mi sangre-me ofreció Kol y yo bebí.- ¿Mejor?

-Sí, ya puedo caminar-dije poniéndome de pie.

-Vámonos antes que otra bruja loca llegue. 

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Cuando llegamos le platicamos nuestro plan, Freya me dijo que ya lo habían pensado, pero que ellas le pusieron un hechizo a Hope para que no saliera de la ciudad, también les comentamos lo dicho de la Alesha, y Elijah se molestó tanto que aventó la botella de bourbon y todos los grimorios del escritorio, yo decidí quedarme callada y sentada en una silla de la sala, sin duda alguna ellos estaban más que molestos, Klaus por su lado no se despegaba de Hope no quería dejarla sola ni un momento, yo decidí subir al balcón para relajarme un poco. Cuando llegue me encontré con Gabriel, el brujo con el que me bese como hace un año.

-¿Sigues ayudando a los Mikaelson?-pregunte.

-Hope es una niña, claro que los ayudare-volteo a verme-Sigues igual de hermosa como la última vez que te vi.

-Gracias.

-¿Tengo aun una oportunidad?, ¿o vendrá Klaus a decirle que hago mi trabajo?

-No la tienes, estoy con Klaus-dije.

-Me lo imaginaba-dijo mirándome-Espero que seamos buenos amigos.

-Lo seremos Gabriel.

Ambos nos sonreímos y yo me quede viendo las calles y a la ciudad, un momento de paz me llego hasta que escuche el gran reloj dar el toque de la media noche, y una oleada de mal presentimiento me llego.

-Es mejor que entremos-dijo.

-Si-murmure.

Todos los Mikaelson se miraban desesperados, hasta que el estruendo de la puerta rompiéndose se hizo presente, las brujas comenzaron a atacar, Klaus las mataba, pero llego un momento donde Hope comenzó a correr, y detrás de ella iba Alesha; yo corrí en su dirección y tacle a la bruja, cayendo en una mesa de cristal yo arriba de ella, y cuando me levante, Alesha tenía los ojos abiertos y de su boca salía sangre. La había matado; Hope me volteo a ver y sus ojos se abrieron al verme cubierta de sangre.

-Corre Hope-le dije tomándola de los hombros-Haz tu hechizo de esconderte, ahora-le dije y ella corrió escaleras arriba.

Yo un enorme palo que tenía un pico y mate una bruja que quería hacer un hechizo a Rebekah, pero un brujo me sonrió y aventó el palo que tenía en mis manos con magia, y se comenzó a cercar a mí, yo comencé a retroceder hasta que quede contra la pared. Pero entonces corrí a la izquierda pero él me alcanzo tomándome de los hombros por detrás, hasta que sentí como me enterraban un palo, el mismo palo con el que mate a la bruja, vi como salía por mi estómago y enfrente de mi estaba Klaus, la sangre comenzó a salir de mi boca, hasta que caí de rodillas.

-¡Victoria!-escuche el grito de Klaus, que rápidamente llego ante mí y me saco el palo, caí en sus brazos.-Bebe-me dijo dándome de su sangre, pero no funcionaba.

-Te...amo-dije y solo sentí como mis ojos se cerraban y deje de respirar.